El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el jueves que el acuerdo por 25.000 millones de dólares entre el gobierno y los prestamistas hipotecarios más importantes del país termina con una "era de imprudencia" y ayuda a los propietarios responsables.
Obama calificó el acuerdo como un "paso importante" que tiene que ser profundizado por más medidas por parte del Congreso y la banca para revivir al alicaído sector inmobiliario.
El mandatario señaló que el pacto "da vuelta la página a una era de imprudencia que ha dejado mucho daño a su paso" y permitirá invertir las prácticas ilegales llevadas a cabo por dudosos prestamistas.
Cinco de los mayores bancos estadounidenses junto a 49 de los 50 estados acordaron ayudar a los propietarios a reducir el monto que deben de sus hipotecas y proporcionar una indemnización por el embargo injusto de viviendas.
La medida es un rayo de esperanza para millones de estadounidenses que han visto desplomarse el valor de sus viviendas, mientras que el coste de sus hipotecas se ha mantenido en los niveles de la íépoca de auge inmobiliario.
Tambiíén brinda una compensación para aquellos que perdieron sus hogares a pesar de los cuestionamientos a los bancos por no respetar el debido proceso.