Por... Cira Rodríguez Cíésar
Tal como lo previó a principios de este año la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 2012 concluye con una tasa de desempleo mundial en alrededor del 6,1 por ciento, o sea 202 millones de desocupados, un aumento de seis millones respecto al año pasado.
Tres años de declives económicos globales empeoran los mercados laborales en todo el mundo, y ante la perspectiva de un mayor deterioro se espera un retraso equivalente a 200 millones de puestos de trabajo, un incremento de 27 millones desde el inicio de la crisis.
La leve recuperación que comenzó en 2009 fue efímera y superficial, por lo que desde el tercer trimestre de 2011 las penurias de algunas economías avanzadas empeoraron, pues las inversiones y la creación de empleos en el mundo se mantuvieron bajas.
Tanto la OIT como otros organismos internacionales, incluso los de corte neoliberal, coinciden en que la inestabilidad del sector financiero y las primas de riesgo en ascenso limitaron el acceso a críéditos y ensombrecieron el ánimo de los empresarios y los consumidores.
De ahí que la economía mundial registró un rápido debilitamiento, pues la incertidumbre se extendió más allá de las economías avanzadas y, en la coyuntura actual, es evidente incluso una recaída en mayor recesión.
A ello se sumaron las políticas de austeridad para tranquilizar a los mercados financieros, que oscurecieron las perspectivas de trabajo por lo que unos 202 millones de personas estíén en paro este año, con tendencias especialmente preocupantes en Europa, donde la tasa de desempleo aumentó en casi dos tercios de los países desde 2010.
Para la organización con sede en Ginebra, es poco probable que la economía crezca a un ritmo suficiente en los dos próximos años para colmar el actual díéficit de empleos y al mismo tiempo dar trabajo a los más de 80 millones de personas que llegarán al mercado laboral en el mismo período.
Ello ratifica que durante el año que termina la recuperación del mercado laboral se mantuvo en punto muerto, en países como Japón y Estados Unidos.
Tampoco en otras regiones del planeta, la oferta de trabajo estuvo a la altura de las necesidades de una población activa cada vez más abundante y calificada, como en China, mientras el díéficit de empleo fue crítico en la mayor parte del mundo árabe y en ífrica, según la OIT.
Tal deterioro de las ofertas de empleo se tradujo en mayores riesgos de problemas sociales, como lo demostraron las protestas en Grecia, Italia, Portugal y España.
Sin embargo, se observaron menores tensiones en Amíérica Latina donde hubo una mejora del mercado laboral.
AUSTERIDAD VERSUS EMPLEO
Para el director del Instituto Internacional de Estudios Sociales de la OIT , Raymond Torres, la austeridad no ha producido más crecimiento pues dio lugar a un díébil desempeño económico y destruyó empleos, sin ni siquiera reducir de forma considerable los díéficit presupuestarios.
En consecuencia, la OIT animó a los gobiernos a reactivar la demanda interna y felicitó a algunos países de Amíérica Latina, India, Suráfrica y China, donde los salarios subieron progresivamente.
De acuerdo con las situaciones más críticas a nivel global hace falta un enfoque equilibrado para promover un crecimiento inclusivo, capaz de crear los 600 millones de puestos de trabajo que se necesitarán en los próximos 10 años.
Otra gran preocupación es el paro laboral entre los jóvenes, con niveles insostenibles, por lo que es preciso priorizar la creación de empleos como parte de las políticas macroeconómicas.
Sin embargo, sobre todo en Europa, se adoptan medidas de austeridad fiscal que dan pie a rápidos incrementos del desempleo entre los jóvenes y un crecimiento económico negativo en varios países.
La actual crisis del empleo afectó a 75 millones de mujeres y hombres jóvenes en todo el mundo, cuatro millones más que en el 2007, por lo que se corre el riesgo de perder una generación si no se encara con resolución esa grave situación.
Precisamente a mediados de este año la Conferencia Internacional de la OIT concluyó que "a menos que se emprendan medidas inmediatas y eníérgicas, la comunidad mundial tendrá que afrontar el sombrío legado de una generación perdida", un enfático llamado a solucionar la desocupación juvenil.
Con esas cifras solo cabe la acción de empleadores y trabajadores para resolver el desajuste entre la oferta y la demanda de competencias, mejorar los sistemas de empleo-formación y promover la capacidad empresarial de los jóvenes.
Por eso el llamado a los gobiernos, al sistema multilateral y a todas las organizaciones pertinentes a nivel nacional, regional e internacional para afrontar ese serio problema.
De los 75 millones de jóvenes sin trabajo, seis millones dejaron de buscar empleo y, de los que trabajan, más de 200 millones ganan menos de dos dólares al día.
Con tales cifras 2012 demostró que despuíés de tres años de una supuesta recuperación económica atribuida a Estados Unidos, la situación mundial en tíérminos de empleo es un enorme desafío y las expectativas de cara al futuro no son nada alentadoras.
La OIT pone de ejemplo al Grupo de los 20 países avanzados y emergentes en el sector laboral: 84 millones de personas sin trabajo, de las cuales el 44 por ciento -es decir unos 37 millones- son mujeres y hombres jóvenes.
En ese bloque, cerca de 300 millones de personas viven en economías emergentes y tienen empleos informales de baja productividad, fuera del sector agrícola, en tanto que en la Unión Europea más de 24 millones de personas no encuentran ocupación.
Al respecto, el director general de la OIT, Guy Ryder, reconoció que muchos gobiernos, al implementar medidas de austeridad, subestimaron su impacto, y ahora sus efectos negativos son más dañinos.
Recordó que el desempleo mundial aún se sitúa en 30 millones de personas más que antes de comenzar la crisis en el 2008, y cerca de 40 millones de personas más abandonaron el mercado laboral desde entonces.
Al respecto, advirtió que según los cálculos de la organización que dirige, sólo en la Eurozona podrían subir de los actuales 17,4 millones a 22 millones los desocupados en los próximos cuatro años, salvo que ocurra un cambio de medidas y políticas.
2013 SIN CAMBIOS RADICALES
Hace apenas unos días, nuevos datos de la OIT basados en previsiones a la baja del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el crecimiento económico mundial, indicaron que el desempleo subirá de 200 millones a 207 millones en el 2013. Las anteriores previsiones ubicaban el desempleo en 204 millones de parados para el próximo año.
Ryder dijo que el último informe del FMI sobre la economía mundial reconocía el hecho de que muchos gobiernos simplificaron el efecto de los recortes y ajustes, y ahora están en una especie de callejón sin salida.
"Los efectos negativos de las medidas de austeridad frente a la crisis son dos o tres veces mayores que lo que se esperaba antes", aceptó.
Ante tales previsiones, los economistas esperan una reducción gradual de la crisis, con una combinación de bajas tasas de interíés e importantes efectos multiplicadores para poner a la economía mundial en el camino de la recuperación y el crecimiento sustentable, pero ya está probado: eso solo se logra con fuertes inversiones en el mercado laboral y voluntad política.
Las nuevas iniciativas, como recomendó la OIT, deberían concentrarse en apoyar las inversiones en infraestructura, mejorar el acceso a los críéditos bancarios de las pequeñas y medianas empresas, extender la cobertura de la protección social e invertir en empleos para los jóvenes.
De ahí que el director general de la OIT, Guy Ryder, afirmó que una acción coordinada por parte de las mayores economías mundiales puede y debe prevenir un deslizamiento hacia lo que describió como un pantano político y social.