El inicio de 2013 ha disparado la demanda de deuda pública española, y ha acelerado las colocaciones por parte del Tesoro. El freno en el ritmo de emisión llega hoy con la subasta de la deuda a más corto plazo, a tres y seis meses.
El Tesoro había aprovechado el auge de demanda y la caída de costes para acelerar el importe adjudicado en sus primeras emisiones de 2013. En las tres subastas ordinarias previas ha superado el objetivo máximo previsto, y solo la semana pasada colocó más de 10.000 millones de euros.
Su objetivo para la emisión de hoy, sin embargo, limita el importe máximo previsto a solo 2.500 millones de euros. En diciembre, en la subasta de letras a 3 y 6 meses, el importe adjudicado alcanzó los 3.500 millones.
Este freno en la deuda a más corto plazo contrasta con la decisión del Tesoro de lanzar una emisión sindicada de bonos largo plazo, a 10 años. La semana pasada Italia ya añadió a su calendario de subastas ordinarias una emisión sindicada de deuda a largo plazo, 15 años.
A diferencia de las subastas 'ordinarias', en las sindicadas se contrata a un pequeño grupo de bancos que reciben órdenes directas de los inversores. Este tipo de operaciones permiten diversificar la base de inversores de deuda, puesto que existen muchos tipos de fondos de inversión, bancos o incluso fondos soberanos que no suelen comprar mediante las subastas habituales.
A las reservas acumuladas desde finales de 2012, cuando el Tesoro completó de manera anticipada sus necesidades de financiación, se suman los 16.000 millones de euros adjudicados en las tres primeras subastas de 2013..
Una vez superado enero, los siguentes meses relajan un tanto los vencimientos de deuda que afronta el Tesoro. De los cerca de 21.000 millones de euros de enero se pasan a menos de 10.000 millones en febrero, y a unos 14.000 millones en marzo. La cuantía vuelve a aumentar en abril, hasta los 21.000 millones, antes de un nuevo descenso, por debajo de los 10.000 millones tanto en mayo como en junio.