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Autor Tema: Productos de ahorro que plantan cara a los depósitos  (Leído 180 veces)

Eguzki

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Productos de ahorro que plantan cara a los depósitos
« en: Febrero 11, 2013, 07:33:04 am »
Los seguros y los fondos garantizados se perfilan como los nuevos ‘productos hucha’ para el ahorrador. Garantizan el capital más un plus anual del 2,5% al 4%.

La era de los superdepósitos parece haber tocado su fin despuíés de que el Banco de España haya aconsejado limitar su rentabilidad al 1,75%. En este contexto, los seguros de ahorro y los fondos garantizados se postulan como una de las alternativas más atractivas para el inversor conservador.
Los fondos garantizados son un producto popular entre los inversores españoles y suponen una apuesta recurrente de las gestoras (ver información adjunta). Los seguros, en cambio, no son tan conocidos entre los ahorradores.
Estos productos cuentan con una doble faceta. Por un lado, el formato es el de un seguro de vida, por lo que en caso de fallecimiento del inversor (el tomador de la póliza) el beneficiario recibirí­a una cuantí­a predeterminada. Sin embargo, esta cuantí­a es habitualmente reducida (en torno a los 500 euros) , ya que su verdadera vocación es actuar como productos de ahorro. De este modo, el capital aportado por el cliente (o prima) genera una rentabilidad que podrá ser fija o variable en función de las caracterí­sticas del producto.

Rentabilidad garantizada

Los seguros de corte más conservador, con el capital y la rentabilidad garantizados, están ofreciendo intereses anualizados del 2,5% al 4,25% (ver cuadro inferior). “Existen productos que pueden competir perfectamente con los depósitos y que destacan por su transparencia y la claridad de la gestión”, afirma Sonsoles Santamarí­a, directora general de negocio de Tressis. Desde la firma de inversión, que acaba de obtener la licencia para operar como mediadora de seguros, aclaran que la rentabilidad de estos productos no se mide en tíérminos de TAE (Tasa Anual Equivalente), como ocurre en los depósitos, sino de interíés tíécnico. “Se trata de un interíés bruto antes de gastos, entre los que se incluye la prima del seguro de vida que lleva aparejado el producto”, explica Santamarí­a. Estos gastos que hay que deducir de la rentabilidad pueden ascender al 1%. Por otro lado, la rentabilidad se garantiza habitualmente a plazos de tres, seis o doce meses, independientemente de la duración del producto, por lo que suele estar sujeta a una revisión periódica.

Aunque muchos seguros suelen tener un horizonte de inversión a largo plazo, que es cuando las rentabilidades son más elevadas, tambiíén se pueden plantear como inversiones a corto plazo, en función de las necesidades del cliente.
De hecho, muchos productos son de duración indefinida, como el Aviva Dinero Seguros, el Flexiplus Depósito Flexible de AXA y el CuenTAEgon. Esto implica una ventaja fiscal, ya que el cliente no tendrá que tributar hasta que decida rescatar el capital.

En cuanto a la liquidez, y al igual que sucede con los depósitos, las aseguradoras suelen aplicar una penalización sobre los intereses acumulados hasta la fecha si la retirada del capital (o rescate) se produce antes de un plazo determinado, que suele rondar los 12 meses.

En este punto hay excepciones, como el Plan Ahorro Fácil de Mutua Madrileña, en el que el cliente puede rescatar la inversión cuando lo desee, obteniendo tanto el capital aportado como el 100% de los intereses generados.
En otros casos, como el del Europlazo 25 meses de BBVA Seguros, la garantí­a sólo opera al vencimiento del producto, al cabo de dos años y un mes. Por tanto, el inversor que desee rescatar el capital antes de esa fecha obtendrá el valor de mercado que tenga en ese momento su inversión, que puede ser superior o inferior al capital aportado inicialmente.

Unit link

Más allá de los seguros de ahorro con capital y rentabilidad garantizados, el inversor puede optar tambiíén por la gama de los seguros unit link, cuya rentabilidad está vinculada a una cesta de activos o de fondos de inversión. En su caso la aseguradora no garantiza ni el capital aportado, ni la rentabilidad objetivo, por lo que el cliente asume el riesgo (como lo harí­a si invirtiera directamente en un fondo o en renta fija). Dentro de esta modalidad, tambiíén existen productos vinculados a una cesta de depósitos, como el March Vida MultiDepósitos.

Las corredurí­as de seguros ofrecen asesoramiento sobre los productos más indicados para cada pefil de cliente. Tambiíén se pueden adquirir directamente en la propia aseguradora o bien en la entidad financiera con la que íésta haya llegado a un acuerdo de comercialización.

Garantizados de renta fija

Fondos de inversión para garantizar el capital a medio plazo: constituyen una alternativa a tener en cuenta para el ahorrador conservador. Al igual que los depósitos, así­ como los seguros de ahorro, los fondos permiten garantizar el capital aportado por el inversor (o partí­cipe) más una rentabilidad extra anual.
Estas rentabilidades se sitúan actualmente en el entorno del 2,5% al 3,5% TAE (ver cuadro superior). Sin embargo, y a diferencia de los depósitos y los seguros de ahorro, los garantizados de renta fija sólo permiten ahorrar a medio plazo. La duración de los últimos productos lanzados en la categorí­a ronda los tres o cuatro años. Pero además, las caracterí­sticas de los fondos de inversión garantizados hacen que no sea recomendable rescatar el capital antes de ese plazo.

Objetivo a vencimiento

En muchos casos la gestora lleva a cabo estrategias de inversión, como la compra de una cartera de bonos, que sólo da frutos en un periodo determinado. Por tanto, es posible que el partí­cipe que quiera reembolsar antes de que venza el producto no obtenga ninguna rentabilidad por sus ahorros. Además, si el inversor desea recuperar el capital antes de tiempo, obliga a la gestora a deshacer parte de su estrategia (por ejemplo, vendiendo con minusvalí­as un bono de los que tiene en cartera), por lo que las gestoras acostumbran a imponer elevadas comisiones de reembolso. Estos peajes de salida suelen rondar el 2%.
En todo caso, algunos productos ofrecen ventanas de liquidez, que habitualmente son anuales, en las que el partí­cipe tendrá que reembolsar a precio de mercado (valor liquidativo), pero al menos no estará obligado a abonar una comisión de salida.

Por otro lado, el hecho de que la estrategia de inversión estíé diseñada para un plazo determinado tambiíén dificulta la aportación de capitales adicionales, por lo que los garantizados suelen incluir tambiíén una comisión de entrada (tambiíén alrededor del 2%) una vez ha finalizado el proceso de comercialización.
Además, el inversor ha de tener en cuenta que algunos fondos, como el Fondo 3 Garantizado IV, del Grupo Caja 3, obligan a un plan de traspasos periódicos a un monetario de la misma gestora, en este caso, el Fondo 3 Depósito.
Casi todas las gestoras españolas pertenecientes a entidades financieras cuentan con su propia gama de garantizados. Esto se debe a que estos productos son de fácil distribución en la red, dada la sencillez de las condiciones y su carácter marcadamente conservador.
La garantí­a del fondo suele proceder del grupo financiero al que pertenece la gestora, al que la CNMV exige un nivel de solvencia predeterminado para que pueda actuar como garante del fondo.

Por encima del listón

Los garantizados no suponen la única herramienta de la que disponen los bancos para seducir al ahorrador. Los depósitos no se han caí­do definitivamente de la partida, ya que la recomendación del Banco de España de limitar los intereses al 1,75% (para plazos hasta los 12 meses) es en realidad discrecional y depende de cada caso. Por otro lado, se trata de una recomendación y no de una restricción legal, como ocurrí­a con la ley que el Gobierno impuso en 2011 y que derogó el año pasado.

Además, las entidades extranjeras, como Banco Espirito Santo, no están sujetas a la tutela del supervisor español, por lo que pueden ofertar intereses superiores.