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Autor Tema: El precio de producir luz se hunde mientras el Gobierno sube las tarifas  (Leído 328 veces)

anna

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El precio de producir luz se hunde mientras el Gobierno sube las tarifas

Publicado en Expansión por Miguel í. Patiño. Madrid

El aluvión de renovables y la caí­da de la demanda pone patas arriba el sistema. Se genera electricidad a cero euros pero aumenta la factura. Los productores se pelean y hay más riesgo en la red.

Durante 74 horas, entre los dí­as 28 de diciembre y el 15 de enero, Iberdrola, Endesa y el resto de elíéctricas estuvieron cobrando la luz que vertí­an a la red a cero euros. No es una aníécdota. Es la primera vez en la historia que se produce una situación similar, y pone en evidencia que algo serio está pasando en el modelo energíético español para que se llegue a una situación tan contradictoria. Sobre todo teniendo en cuenta que, por las mismas fechas (el 1 de enero), los precios de la luz que paga el usuario final subieron un 2,6%.

Los expertos recuerdan que, a finales de los años 90, los precios en el mercado de generación elíéctrica (pool, en tíérminos tíécnicos) quedaron a cero. Pero fue durante muy poco tiempo, de forma “anecdótica”. La situación de hace unos dí­as es un acontecimiento histórico, y grave, añaden. Es la evidencia de problemas estructurales de fondo.

Para el sistema elíéctrico de un paí­s, sólo hay un problema peor que la falta de electricidad: el exceso, porque descabala todo el mercado. Es lo que está ocurriendo. Empezó a pasar en 2009. El pasado año, la demanda de luz cayó un 4,6%, según datos de Red Elíéctrica, el gestor de la alta tensión. El bajón fue fruto de la crisis económica y el menor consumo industrial.

Desfase
Mientras tanto, la oferta de generación no paró de crecer: un 3% más, hasta los 93.215 megavatios (MW) instalados, por el aluvión de nuevas renovables, una de las banderas polí­ticas del actual Gobierno de Josíé Luis Rodrí­guez Zapatero. Si oferta y demanda no van acompasadas, todo se desequilibra. Lo ocurrido en diciembre-enero ha sido el primer gran patinazo.

En pleno temporal meteorológico de viento y agua, los pantanos se llenaron, con el consiguiente tirón de la generación hidráulica, justo al mismo tiempo que la energí­a eólica estaba produciendo a tasas ríécord.

Habí­a tanta producción elíéctrica, que en el mercado mayorista del pool, donde se casa oferta y demanda, no consiguieron entrar otros sistemas de generación (tíérmicos, como el carbón o el gas), que son los que fijan precio final según las reglas de ese mercado (ver información adjunta). Además, hubo parte de la producción eólica que tuvo que cortarse. Ciertos molinos de viento que estaban produciendo se tuvieron que desconectar de la red para evitar sobrecargas. Según la Comisión Nacional de Energí­a (CNE), durante la madrugada del viernes 1 de enero se recurrió a “la mayor reducción de producción eólica realizada hasta la fecha (hasta 4.000 MW)”.

Fuentes de la Asociación Eólica cifran el recorte en no más de 1.000 MW, porque el resto de paradas ya estaban programadas por razones naturales de menor viento. Independientemente de la cifra y de quíé tecnologí­a se ve afectada lo cierto es que en España hay parones en las instalaciones elíéctricas porque no hay hueco para todas. Así­, surge otro problema. ¿Quiíén debe quedarse fuera?

Tensiones
Las renovables no sólo tienen rencillas con otros sistemas. Tambiíén entre sí­. Las eólicas se quejan de que siempre son ellas “las paganas”, y las que reducen producción cuando hay excesos. Si dejan de producir, no cobran. ¿Por quíé no paran las fotovoltaicas, o la cogeneración, que tambiíén están catalogadas como ríégimen especial y reciben subvenciones?, se preguntan las eólicas.

En España, hay normativa especí­fica para corregir excesos de demanda. Es la interrumpibilidad, que obliga a algunos grandes consumidores de luz a desengancharse de la red cuando no hay generación suficiente. Pero no hay una normativa para excesos de oferta. Red Elíéctrica decide quíé instalación deja de producir luz. Todo esto, junto al enrevesado sistema regulatorio y económico, hace que muchos vean el problema como un fallo de modelo y polí­tica energíética, y resalten las paradojas. Por ejemplo, aunque se genere luz a cero euros, las renovables cobran primas.