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Autor Tema: Los cielos en la tierra…  (Leído 180 veces)

OCIN

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Los cielos en la tierra…
« en: Marzo 31, 2013, 10:29:59 pm »
Por… Dalibor Rohac




Si Julio Cíésar hubiese conocido a George Washington en 1760 no hubiese experimentado un gran shock cultural. Ambos pertenecí­an a una pequeña clase de íélites que gozaban de los frutos del trabajo de esclavos y de las rentas de la tierra. Para la gran mayorí­a de personas, casi nada habí­a cambiado en tíérminos de calidad o expectativa de vida durante los 1.800 años que separaban al estadista romano del lí­der de la Revolución Americana. Sin embargo, durante los últimos 250 años, el mundo ha cambiado hasta volverse irreconocible y no solo para un pequeño fragmento de la aristocracia establecida. En Occidente, los ingresos reales se han multiplicado por un factor de 15 o más, y más recientemente, el resto del mundo ha empezado a alcanzar a Occidente.
El Premio Nobel de Economí­a Robert Lucas es conocido por haber señalado que “una vez que uno empieza a pensar acerca [del crecimiento económico], es difí­cil pensar acerca de cualquier otra cosa”. ¿Cómo explicamos la prosperidad? Fue con esta pregunta en mente que J.P. Floru, un investigador del Adam Smith Institute en Londres, consejero del gobierno y ex abogado de la ciudad, escribió su más reciente libro, Heavens on Earth.
Las ambiciones del Sr. Floru no son acadíémicas. En cambio, quiere proveer un manifiesto oportuno y concerniente a las polí­ticas públicas para sacar a Occidente de su actual camino de crecimiento lento y persistente desempleo.
Mediante ocho estudios de caso bien documentados y de muy fácil lectura, incluyendo la Revolución Industrial en Inglaterra, la reconstrucción posguerra en Alemania, las historias de Hong Kong y Singapur, el libro del Sr. Floru reafirma las ideas de Adam Smith y de otros economistas clásicos que argumentaron que el Estado de Derecho y un Estado pequeño y no intervencionista eran los pilares esenciales del crecimiento económico.
Cuando discute la Inglaterra del siglo 18 en el capí­tulo 3, el Sr. Floru provee un relato sobre los fundamentos institucionales del crecimiento y sobre el rol que juegan las ideas —particularmente, aquellas de los economistas clásicos que eran partidarios del libre comercio y de un Estado limitado y constitucional. Lejos de pretender presentar una teorí­a de causa única acerca del íéxito económico, íél reconoce el papel que juegan las normas culturales y el hecho de que las actividades comerciales y el comercio internacional se habí­an puesto “de moda” durante esa íépoca.
La historia del Wirtschaftswunder de Alemania, presentada en el capí­tulo 2, resulta ser una lectura entretenida. Alemania, destruida por el ríégimen Nazi, la guerra y bajo la ocupación de los Aliados, difí­cilmente podí­a ser una historia de íéxito económico. Dos elementos jugaron un papel crí­tico en cambiar la situación.
Primero, la geopolí­tica. El Plan Morgenthau, que concebí­a una división de Alemania y un “desarme industrial” del paí­s, fue abandonado rápidamente a cambio de una estrategia que restaurarí­a velozmente la vida normal y la actividad económica. Segundo, las ideas. El milagro económico alemán nunca hubiera sucedido, argumenta el Sr. Floru, sino fuese por Ludwig Erhard, un economista que habí­a pensado profundamente acerca de la economí­a alemana post-Nazi en un momento en que casi nadie más lo habí­a hecho, y luego intento persuadir a las autoridades a cargo de la ocupación de que Alemania necesitaba una liberalización de los mercados y recortes de impuestos en lugar de un creciente auge del Estado, que habí­a caracterizado a la era post-Gran Depresión en el mundo anglosajón.
El Sr. Floru tambiíén reconsidera el caso de China (capí­tulo 5) y Chile (capí­tulo 6). Estos revelan la que es probablemente la caracterí­stica más atractiva del libro; especialmente su habilidad de aceptar la realidad institucional y polí­tica. El Sr. Floru rápidamente reconoce las violaciones de derechos humanos, la falta de democracia y el incalculable sufrimiento asociado con los regí­menes desagradables de alrededor del mundo. í‰l no pretende proveer excusas para ellos o endosarlos, pero es capaz de ver claramente quíé polí­ticas produjeron buenos resultados económicos y cuáles no. Sobre China —en el que se basa considerablemente en el excelente libro de Ronald Coase y Ning Wang Cómo China se volvió capitalista, publicado el año pasado— íél cita a P.J. O’Rourke, que una vez describió al íéxito de China como “el milagro de la base cero, dado que todo se ve bien si empiezas desde la nada”.
El libro tambiíén habla acerca de la experiencia posguerra de EE.UU. y de las reformas realizadas por varios gobiernos en Nueva Zelanda, que colocaron a una economí­a que estaba en problemas en una trayectoria de recuperación. Una lección común emerge de todos estos diversos estudios de casos: Los mercados libres crean riqueza y sacan a la gente de la pobreza.
Según el Sr. Floru, un patrón claro emerge de varios programas exitosos de reformas alrededor del mundo. Las reformas exitosas son rápidas, radicales e integrales. Estos evaden o paralizan a los grupos de intereses que se opondrí­an a ellos. Además, el Sr. Floru muestra que una preocupación por los más necesitados necesita ser una prioridad para los reformadores de libre mercado —y tambiíén un argumento importante a favor de las reformas de mercado.
Es cierto que el libro hubiera presentado un caso más contundente a favor de los mercados libres si hubiese tratado directamente los casos más difí­ciles y turbios. Corea del Sur, por ejemplo, muchas veces es señalada como una historia de íéxito liderada por una polí­tica industrial activa y relaciones de compadrazgo entre el gobierno, el sector financiero y las grandes empresas. ¿Por quíé logró tanto íéxito su economí­a?
Al inverso, el Sr. Floru no discute los paí­ses que han realizado reformas de mercado ambiciosas y no han sido recompensados hasta obtener una calidad de vida comparable a la de los ciudadanos de Alemania o Singapur. Considere a Ruanda, virtualmente libre de corrupción, con un gobierno comprometido con los mercados libres, impuestos bajos y una polí­tica monetaria sólida, donde el crecimiento parece estar siendo retenido por la ubicación sin litoral del paí­s, por sus generalmente terribles vecinos y por una falta de fuentes viables de energí­a.
Al enfocarse en estas historias más difí­ciles de crecimiento, el libro podrí­a refutar de manera más efectiva las cada vez más influyentes aseveraciones de personas como Dani Rodrik, quien argumenta que las polí­ticas industriales activas, el proteccionismo y la intervención estatal agresiva son componentes necesarios del íéxito económico. A pesar de esto, Heavens on Earth podrí­a resultar ser un libro oportuno y bien escrito acerca de lo que en realidad determina el crecimiento económico.
Quienes hacen polí­ticas públicas en ambos lados del Atlántico deberí­an leerlo.

Suerte en sus vidas…



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