Por... MARJORIE OLSTER
Una batalla judicial librada durante años en Nueva York podría tener repercusiones importantes en el sistema financiero mundial ante los intentos de inversionistas por recuperar deudas impagas de Argentina, derivadas de la moratoria gigantesca que declaró el país en 2001.
Las autoridades financieras globales temen que una victoria de los acreedores incremente las dificultades para concertar rescates financieros internacionales como el que salvó recientemente a Grecia del borde del derrumbe financiero.
Estas preocupaciones han puesto en una posición problemática al gobierno de Estados Unidos y al Fondo Monetario Internacional, íéste último con sede en Washington. Ambos han criticado el manejo de la economía argentina. Pero temen que un fallo adverso contra el país latinoamericano en este caso pudiera sentar un peligroso precedente.
"El asunto es ajeno a Argentina", dijo el jueves el portavoz del FMI, William Murray. "Tiene que ver con los principios, las implicaciones políticas de un caso judicial particular", apuntó.
Las preocupaciones volvieron a hacerse presentes esta semana en momentos en que el FMI contemplaba apoyar formalmente a Argentina en el caso que se ventila en tribunales.
Despuíés de que Estados Unidos expresara su desacuerdo con la postura del organismo crediticio internacional, íéste decidió no hacerlo con el argumento de que sería cauteloso en cuanto a apoyar a alguna de las partes en un pleito judicial que se dirime en Estados Unidos.
Sin embargo, el FMI manifestó con claridad su preocupación de que un fallo contra Argentina podrías dificultar la concertación de futuros rescates financieros en los que se han solicitado a los acreedores que acepten recibir menos de lo que han prestado.
El gobierno de Estados Unidos, que apoyó a Argentina en etapas previas del caso, dijo el miíércoles que comparte las preocupaciones aun cuando se ha opuesto a la intervención indirecta del FMI en la disputa.
El FMI consideraba presentar un documento-informe como amigo de la corte en apoyo a la solicitud que hizo Argentina a la Corte Suprema federal de que anulara el fallo adverso contra el país que emitió un tribunal de menor instancia