La etapa de Ricardo Kaká en el Real Madrid tocará a su fin si hoy llega a un acuerdo definitivo con el Milan, con el que anoche aún negociaba las cifras de su nuevo contrato. El jugador brasileño abandona el conjunto blanco, al que llegó hace cuatro temporadas y por el que ha tenido un paso con más pena que gloria.
Kaká emprende el viaje de vuelta que inició en julio de 2009 desde el Milan, club con el que ganó el Balón de Oro y que le hizo llegar al Bernabíéu con unas expectativas insuperables, tras pagarse 67 millones de euros.
El Real Madrid y el AC Milan llegaron ayer a un acuerdo para que el futbolista regrese a la que fue su casa durante seis años. El presidente del equipo lombardo, Adriano Galliani, lo confirmó al salir de las oficinas del estadio Santiago Bernabíéu, donde estuvo negociando por la tarde el fichaje del jugador. “Hemos llegado a un acuerdo entre los clubes para que Kaká juegue este año en el Milanâ€, afirmó el mandatario italiano. Aunque más tarde matizó: “Aún no podemos decir que Kaká sea oficialmente futbolista del Milan, porque para eso tiene que firmar el contrato y todavía no lo ha hechoâ€, añadió.
El Real Madrid no ingresará, por el momento, ni un solo euro por el jugador. Aunque, eso sí, se ahorrará los 20 millones de euros de ficha que le correspondían por los dos años de contrato que le restan. En todo caso, el Milan podría pagar una pequeña cantidad si, pasados dos años, el jugador y el club cumplen una serie de objetivos.
El paso de Kaká por el conjunto blanco ha estado marcado por sus continuos altibajos, tanto físicos como deportivos. El brasileño no ha terminado nunca de asentarse en el equipo titular. Además, sus constantes lesiones le han impedido mostrar su juego con regularidad. Una operación de rodilla en el verano de 2010, despuíés de disputar el Mundial de Sudáfrica con Brasil, desencadenó un calvario que nunca terminó de superar.
Con la llegada de Ancelotti, muchos presagiaron un resurgir de Kaká, pero la realidad es que ante la falta de minutos el jugador ha decidido volver a Milán y empezar una nueva etapa allí.
