ALICANTE.- Miembros de la Unidad de Delitos Económicos detuvieron este jueves en el aeropuerto de Alicante a la cúpula directiva de la promotora Riviera Coast Invest por un presunto delito de estafa inmobiliaria. La empresa presentó el pasado 3 de septiembre concurso de acreedores.
Los arrestados, entre los que se encuentra el famoso empresario afincado en Benidorm y máximo dirigente de la firma, Claude Roch Tabarot, además de otros cinco directivos y empleados de la sociedad, se disponían a tomar un jet privado con destino a Marruecos cuando fueron sorprendidos por los agentes en el autobús que les llevaba al avión.
De momento, los detenidos se encuentran en la comisaría centro de Alicante a la espera de pasar a disposición judicial. El arresto de estas cinco personas se produjo tras la orden de detención dictada por el magistrado de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, por el alto de riesgo de fuga.
La operación, en la que participan agentes de Alicante y Madrid, continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones en las próximas horas, según confirmaron a EL MUNDO fuentes de la investigación.
La supuesta estafa tiene un punto de partida poco sospechoso. La empresa ofrecía a los posibles inversores la obtención de una gran y rápida rentabilidad mediante la adquisición de un estudio o un apartamento en una de las residencias de estudiantes o de la tercera edad que promociona la firma en Alicante.
Alquiler tras la compra
Tras abonar las cantidades acordadas, tenían la posibilidad de alquilar el estudio a una sociedad dependiente de la empresa, obteniendo de esta manera un 6% anual de rentabilidad que se pagaba mensualmente.
El inmueble se arrendaba a un tercero a travíés de esta filial. Riviera cumplió con los pagos hasta abril y, cuando vendió los últimos apartamentos de los complejos, dejó de pagar las mensualidades a los inversores.
La estafa se cifra en más de un millón de euros por las rentas no abonadas. A ellos se añaden las deudas con proveedores y entidades financieras, que superan los 20 millones.
Fuente:elmundo.es