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Autor Tema: Un grupo armado prorruso toma el aeropuerto de Crimea  (Leído 160 veces)

Eguzki

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Un grupo armado prorruso toma el aeropuerto de Crimea
« en: Febrero 28, 2014, 07:42:33 am »
Tras ser ocupado el jueves por la mañana por una cincuentena de hombres armados y con máscaras que se presentaron como "defensores de los ciudadanos rusos de Crimea", el Parlamento de esta pení­nsula del mar Negro votó, en una jornada sin precedentes, a favor de un referíéndum sobre lo que parece una propuesta de estructura confederal para la relación de Crimea con Ucrania. Durante la madrugada del viernes, un grupo armado con banderas rusas ha tomado control del aeropuerto de la ciudad de Simferópol. Un testigo citado por la agencia Reuters ha indicado que varios hombres armados con rifles de asalto y metralletas entran y salen de la torre de control pero que no han irrumpido en la terminal de pasajeros.

Crimea es la sede de la flota rusa del mar Negro y la única república autónoma de Ucrania, que, por lo demás, es un Estado unitario centralizado. La población de Crimea, algo menos de 2 millones de personas, está formada sobre todo por rusoparlantes que se sienten más cerca de Moscú que de Kiev. El triunfo del nuevo ríégimen es percibido en estos sectores como una amenaza para las competencias locales, que se han ido recortando de forma progresiva en relación a las que le otorgaron en 1992 tras la desintegración de la URSS y, aún podrí­an recortarse más, si se llevan a cabo los planes de los nacionalistas del Oeste del paí­s (el partido Libertad). Crimea, en el pasado un floreciente kanato tártaro en la órbita del Imperio Otomano, fue conquistada por el Imperio Ruso en el siglo XVIII, pero, en 1954, el dirigente soviíético Nikita Jruschov transfirió Crimea de Rusia a Ucrania, cuando estos dos territorios eran solo 2 de las 15 repúblicas federadas de la URSS. Los enmascarados, de uniforme y armados, que llegaron por la mañana a Simferópol eran un centenar y de ellos, una cincuentena ocupó el parlamento y otra cincuentena, el consejo de ministros. Los diputados fueron despojados de sus telíéfonos móviles y ni el personal auxiliar del parlamento ni los periodistas pudieron asistir a la sesión, en la que 61 legisladores, (de los 63 presentes), votaron por celebrar un referíéndum sobre el futuro estatus de la pení­nsula el 25 de mayo, coincidiendo con las elecciones presidenciales. La pregunta aprobada, que parece abrir la puerta a una estructura confederal, es: "¿Está usted por la independencia estatal de la República Autónoma de Crimea en el conjunto de Ucrania sobre una base de tratados y acuerdos?". En Ucrania los referíéndums locales no están contemplados por la ley.

Los asaltantes, de habla rusa y aspecto eslavo, no dijeron en ningún momento a quien representaban y se quedaron en el parlamento despuíés de que los diputados concluyeran la sesión. El cónsul ruso en Simferópol y el jefe del Gobierno de Crimea, Anatoli Mogiliov, intentaron en vano convencerles de que desalojaran el edificio, pero los asaltantes se negaron a polemizar o a mantener contactos e izaron la bandera rusa sobre el edificio del parlamento. Mogiliov cesó en su cargo y fue sustituido por Serguíéi Axiónov, el lí­der de Unidad Rusa (uno de los pequeños partidos que defienden los intereses de los rusos locales).

Hay diversas versiones sobre el origen de los asaltantes. Según una de ellas, se trata de las tropas de intervención especial, las BERKUT, de Sebastópol, la principal base de la Flota Rusa. Otras versiones indican que en Crimea están confluyendo los restos de las BERKUT de distintas regiones de Ucrania, despuíés de que su estructura haya sido abolida por los nuevos dirigentes. Se trata de "hombres que están desmoralizados y se sienten traicionados" y no ven dónde pueden encajar ahora, porque todo lo que saben hacer es manejar las armas y ahora han sido despedidos e incluso pueden ser llevados a juicio", según señalaba a EL PAIS una fuente en el Este de Ucrania.

Alrededor del edificio del parlamento se organizó una manifestación de la población rusa local, y los tártaros permanecieron en sus casas. La población tártara fue deportada por Stalin desde Crimea a Asia Central en 1944 y, tras la desintegración de la URSS, ha servido a las autoridades ucranianas para neutralizar a los rusos. Desde Kiev, el presidente interino Olexandr Turchí­nov advirtió a Rusia que cualquier movimiento de su flota del mar Negro fuera de su base de Crimea será contemplado como una "agresión militar". La advertencia se produjo cuando Rusia realizaba el segundo dí­a de ejercicios militares en los que sus cazas estaban en "alerta de combate". Las primeras decisiones de las nuevas autoridades en Kiev han asustado a los rusos de Crimea, sobre todo la abolición de una ley sobre las lenguas regionales. Algunos de los polí­ticos del nuevo ríégimen son conscientes de que se han precipitado e intentan calmar los ánimos. Turchí­nov, ha dicho que se aprobará urgentemente una nueva ley de las lenguas totalmente equilibrada, sin embargo sus palabras suscitan poca confianza entre los sectores prorusos, que viven la polí­tica de "ucranización" como unamedida dirigida contra su identidad, al margen de que en la práctica muchos sean bilingí¼es y pasen con gran facilidad de un idioma a otro.

El parlamento de Crimea está formado por 100 diputados, de los cuales la mayorí­a era del partido de las Regiones (82 diputados antes de la huida de Yánukóvich) y el resto, varios grupos prorusos (siendo "Soyuz" el más numeroso) y un grupo de tártaros. El planteamiento confederal es menos radical que el planteamiento de restituir Crimea a Rusia, tal como habí­an propuesto algunos diputados antes de que se produjera el cambio de ríégimen. El presí­dium habí­a pedido a Yanukóvich que tomara medidas extraordinarias y que actuara de forma decidida y al presidente Vladí­mir Putin y al parlamento ruso a que se constituyeran "en garantes de la inviolabilidad del estatuto de autonomí­a de Crimea". El Servicio de Seguridad de Ucrania inició una investigación por si el llamamiento de los diputados de Crimea podí­a ser considerado como una muestra de separatismo.