Religión y superstición
Casi cada religión posee rituales, ceremonias o ensalmos que ponen a la persona en relación con las fuerzas espirituales, y que las personas que no pertenecen a esa religión pueden considerar supersticiones (como el degollamiento de una gallina, la señal de la cruz, el bautismo, la misa, etc.).
La diferencia entre superstición y fe religiosa estriba en primer lugar en la manera de comprender globalmente la realidad o cosmovisión: en la superstición la fuerza supranatural que actúa es arbitraria y disgregada de las demás, mientras que una religión afirma la existencia de un ser (o varios) o una causalidad superior general, que actúa(n) en todo con su propia lógica interna. En segundo lugar, de cada religión se deriva, además de la espiritualidad, una moral, mientras que en la superstición sólo se condiciona la actuación del individuo hacia la adquisición o píérdida de la suerte. Y en tercer lugar, en muchas religiones como el cristianismo no se encuentra interferencia entre la racionalidad, que examina las causas inmediatas, y la creencia religiosa, que actúa a otro nivel, con la consecuente coexistencia pacífica de ambas actitudes.