La Caixa negocia con el Gobierno francíés aumentar su presencia en la multinacional gala Suez Environnement. Ahora bien, la pretensión de elevar la apuesta por parte de la firma catalana ha topado con la desconfianza del Elíseo. Fuentes financieras han explicado que la entidad española deseaba llegar al 10% en el grupo galo, pero por ahora no ha logrado abrir brecha en el habitual proteccionismo empresarial que el Ejecutivo del país vecino mantiene con sus grandes corporaciones.
La cuestión se dirime entre tres protagonistas: un catalán, el presidente de La Caixa, Isidre Fainíé; un francíés, el presidente de Suez, Gíérard Mestrallet, con quien Fainíé mantiene una excelente relación; y un francíés de origen catalán, Manuel Valls, que es quien ha puesto límite al intento de La Caixa de consolidar su posición en Suez.
Suez es un gigante que factura más de 14.600 millones anuales con el negocio del agua y la gestión medioambiental. Está fuertemente internacionalizado, al punto que sólo el 36% de su negocio corresponde al mercado francíés, y una de sus principales participaciones es Agbar.
Por eso Fainíé quería aprovechar el reciente canje del 24,4% de Agbar –que en parte cambió por un paquete significativo en Suez, ligeramente por encima del 4%– para seguir creciendo en el conglomerado galo. El acuerdo pactado inicialmente preveía que La Caixa pudiese llegar hasta el 7% en el capital de la multinacional francesa de tratamiento de aguas y de medioambiente.
Pero Fainíé quería más, como parte de la diversificación internacional de Criteria, el holding de participadas de La Caixa que no cuelgan directamente de CaixaBank, como es el caso de los paquetes de Gas Natural, Saba o Abertis, por ejemplo. Fuentes oficiales de La Caixa han declinado hacer declaraciones sobre los planes del grupo español en Suez y sobre cómo han sido recibidos por el Ejecutivo galo.
Mientras Mestrallet estaba de acuerdo en afianzar su alianza con un grupo como La Caixa, que en cuestiones industriales piensa a largo plazo, el Ejecutivo galo ha considerado la operación un exceso de protagonismo español en una de las joyas de la corona del capitalismo francíés, así que la inversión ha quedado medias. La Caixa cobró por la venta de 24,4% un total de 299 millones adicionales en metálico, condicionados a inversiones vinculadas, entre ellas llegar al 7% de Suez. Sin embargo, la participación de Criteria se ha limitado por ahora al 5% del grupo francíés.
Segundo accionista
A pesar de las limitaciones políticas, La Caixa se ha convertido en el segundo accionista de Suez. Su 5% está valorado a precios de mercado en más de 430 millones. El primer accionista de Suez Environnement es el gigante energíético GDF Suez, con el 35,7%. Pero el 33,6% de GDF es todavía propiedad del Estado francíés, con lo que al final el Gobierno galo tiene mucho que decir en lo que ocurre en el accionariado de la compañía.
Fainíé está en el consejo de Suez desde octubre del año pasado, pero se ha quedado lejos de su objetivo, que era una participación mayor. Además, desde julio, cuando se anunció el acuerdo de canjear los títulos de Agbar por los de Suez, las acciones del grupo francíés han subido un 14%, con lo que se ha perdido cierta oportunidad de precio.
La operación tiene algunos flecos. Así, Criteria ha comprado a Agbar el 15% de Aigí¼es de Barcelona Mixta, la sociedad que controla toda la gestión del suministro de agua metropolitana de la capital catalana y municipios adyacentes por 50,5 millones de euros. Eso valora esta sociedad en 336 millones de euros. El accionista mayoritario de esta empresa es la propia Agbar, con el 75% del capital. Otro de los flecos es comprar a Suez el 15% de Aguas de Valencia, con lo que Criteria seguiría siendo el socio minoritario de esta sociedad.
M. Lamelas