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La falta de micronutrientes en los alimentos se puede suplir aprovechando los frutos que dan los árboles a lo largo del año, como parte de la lucha contra el hambre oculta o malnutrición, dijo la FAO.
Simone Borelli, experto agroforestal de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aseguró además en una conferencia que conocer los detalles de los árboles de un ecosistema es clave para elaborar una dieta suplementaria, acorde con la íépoca del año y de los frutos disponibles.
De acurdo con el especialista, ese tipo de información ya se utiliza en países como Malaui o Kenia, a fin de contrarrestar el "hambre oculta", es decir, la que se refiere a las deficiencias de micronutrientes.
Esta carencia impacta en cerca de dos mil millones de personas a nivel global, concretamente cuando la calidad de los alimentos ingeridos no satisface las necesidades nutricionales, ilustró.
Cerca de 300 especies de árboles en ífrica pueden contribuir a la seguridad alimentaria, entre ellas el baobab, cuya pulpa contiene abundante vitamina C y otros nutrientes.
El experto aseveró que el consumo de entre 10 y veinte gramos de esa pulpa diariamente equivale al ciento por ciento de la dosis diaria de vitamina C que demanda un infante.
Ejemplificó además que 25 gramos de pulpa de mango posee la vitamina A necesaria para un niño cada día.
Añadió que otros frutos como el de la parkia biglobosa o la grewia tenax (ambas originarias de ífrica) son ricos en hierro y podrían compensar la falta de consumo de carne.
Borelli mencionó, además, las propiedades y posibles usos medicinales de plantas como la moringa, procedente de la India, y llamó a los pequeños productores a transformarlas y comercializarlas en forma de productos con valor agregado, para aumentar sus ingresos y desarrollar el medio rural.