Dos clases de mensajes: Los que omiten y los que revelan lo que ha pasado con nosotros.
Unos parece ser que no están interesados en que se sepa lo ocurrido, o tal vez están interesados en que no se sepa. Los otros, parecen interesados en que cierta gente lo sepa. Pero en ambos casos, la coincidencia es que ni los unos ni los otros realizan una actividad verdaderamente tangible en pro de demostrar con hechos sus postulados.
Qué puede pasar con una revelación masiva
Mientras tanto, ¿qué hacer con las revelaciones aisladas, selectivamente efectuadas a ciertos individuos, si no es conveniente que todo el mundo las conozca? ¿Qué puede hacer un individuo al qué le ha llegado información real de entidades que prefieren informar la verdad en vez de omitirla en sus mensajes? Si tal verdad no es para todos, sino para algunos, ¿será conveniente entonces transmitirla mediante medios masivos? ¿Qué sentido tiene transmitirla si, de todos modos, el mundo seguirá su curso? ¿O acaso es una verdad tan evidente que es capaz de cambiar el curso del mundo, y por eso vale la pena transmitirla?
Para saber qué tan posible es que una potente verdad llegada del "más allá" cambie el destino de la humanidad, veamos en qué les ha cambiado el destino a ciertas personas el descubrimiento de ciertas verdades incómodas... Luego de que una verdad ha sido descubierta por una persona, y los mensajes difundidos, sucedió que muchos los aceptaron como ciertos, pero sólo una mínima parte de esa gente se hizo activamente retransmisora de tal importante información. Podría pensarse que una verdad tal es suficiente para movilizar a cualquiera a ir contra la corriente del mundo y contra los molinos de viento, para que todos la escuchen. Sin embargo, esto no suele suceder en la mayoría de los casos. La mayoría de los que se dan cuenta de que, al descubrir la trama oculta de la historia y prehistoria de la humanidad, pasan a ser individuos diferentes, y temen ser descubiertos como tales, por lo que se abstienen de hablar de lo que han descubierto.
Pretendiendo pasar inadvertidos en la sociedad, hacen que la verdad que han hallado, o que les ha sido revelada, pase inadvertida por muchos que podrían enterarse si la compartieran con ellos. Por lo tanto, esos poseedores de la revelación no han cambiado radicalmente luego de recibirla. Siguen con sus temores, siguen con sus precauciones para no arriesgarse a caer bajo el juicio ajeno, siguen con sus rutinas esclavizantes, con sus vicios, con sus defectos que ni siquiera procuran tratar de corregir. Y siguen siendo iguales a cualquier persona que no posee el importante conocimiento del que ellos disponen. Así demuestran que si en ellos la verdad no ha tenido más fuerza que sus miedos y que su falta de voluntad de lucha interior, lo mismo habrá de pasar multiplicado por miles de millones, si toda la humanidad se enterara de esa verdad oculta reservada a unos pocos.
También hay casos de individuos que, al recibir la revelación, tuvieron transformaciones tales, que la divulgan sin temor a lo que digan los demás, y que han hecho exitosos procesos de liberación interior, que parecen dar esperanzas al mundo: si ellos pudieron cambiar gracias a esa verdad, quizás parte del resto también pueda hacerlo...
Pero esos casos han sido y siguen siendo minoría, por lo que la realidad indica que las posibilidades y esperanzas de cambio para el mundo son proporcionales a esas cantidades. Si pocos reaccionan positivamente ante la revelación, y muchos siguen su inercia; entonces ni la más grande y evidente verdad tiene la fuerza suficiente como para cambiar a la mayoría de la gente y por ende el curso del mundo. ¿Vale la pena entonces transmitir masivamente tal conocimiento a los demás? ¿No será mejor mantenerlo fuera del alcance de la mayoría, y sólo compartirlo con quienes estén a la altura?
Por alguna razón (o sinrazón) las informaciones sobre la gran manipulación que sufre la humanidad están siendo reveladas y divulgadas en forma paralela a las transmitidas por los manipuladores (ocultadores) de siempre. Publicadas en medios de tanto alcance como Internet, van encontrando respuesta a favor, en contra, o neutra.
Reveladores-retransmisores: Seres encarnados como humanos comunes...
La pregunta, entonces, es: ¿para qué una transmisión desde el "más allá" de forma selectiva, a determinadas personas, que operen una retransmisión masiva por Internet, medios de prensa, libros, conferencias y otras vías de información? Si seres de afuera han tomado cuerpos humanos, naciendo como cualquiera nace, sin ser conscientes de su procedencia (salvo algunos casos de quienes sí lo son), se supone entonces que algunos de afuera están ahora aquí mismo, efectuando una transmisión con su "ropaje" humano, pasando inadvertidos inclusive hasta para sí mismos. Si tal es la estrategia de transmisión de información, podría entenderse, entonces, ¿por qué el mensaje llega en cuentagotas y por qué es retransmitido con tantas limitaciones y dificultades, siendo rechazado por la mayoría y aceptado por una minoría? Se entendería así que los de afuera no transmiten desde su lugar de origen porque por alguna razón no pueden o es poco efectivo, entonces esa tarea (la transmisión) le corresponde a los seres de afuera encarnados como seres humanos aquí en la Tierra, cumpliendo todas las normativas impuestas por la naturaleza, incluyendo el olvido sobre su misión y origen. Por lo tanto, debería entenderse que el desarrollo y crecimiento de la divulgación mundial del conocimiento revelado no está en manos de seres que andan en vehículos espaciales, o de ángeles voladores que bajan a la Tierra en carrozas de fuego, sino de seres que usan vehículos corpóreos y andan caminando por ahí, como cualquiera... Que son parte de la humanidad, por las circunstancias que los trajeron a este mundo procedentes de otros lugares. A ellos les corresponde hacer que la humanidad se entere de las verdades y de las mentiras de toda la historia del mundo.
La revelación y el "orden establecido"
La ignorancia humana siempre ha sido más que suficiente para que debiera ser erradicada del planeta. Para que la sociedad funcione mejor. Para que el individuo tenga un pleno desarrollo psicoespiritual. Los que tienen el poder político, religioso, económico y militar, han procurado preservarla en los pueblos para beneficiarse con ella. Los que tienen el poder cósmico de transmitir conocimiento, no lo han hecho masivamente, porque saben que la ignorancia es a prueba de cualquier sabiduría que la amenace, por lo que ella tiene sus mecanismos de defensa, de supervivencia, y de ataque destructivo contra todo aquello que pueda traer conocimiento. Contra esos mecanismos, tanto los transmisores del "más allá" como los retransmisores locales saben que no se puede, razón por la cual son partidarios de que el conocimiento revelado no sea para cualquiera.
Pero cuando cualquiera llega al conocimiento por alguna vía de información, como Internet, un programa o algún medio gráfico, es inevitable que si no está a la altura de la información recibida ésta le moleste, le parezca engañosa, ofensiva, peligrosa para el orden público, para la estabilidad mental y emocional de quienes lean o escuchen eso. Y como es mayoría la gente que reacciona así, habría que preguntarse si es correcto exponerla a un conocimiento tan conflictuante que sólo una minoría está en condiciones de asimilar, y si por una minoría que sepa aprovecharlo, vale la pena poner las cosas al alcance de todos. A la vista y oídos de una mayoría a la que, de ese modo, no se le estaría respetando su derecho a ser ignorantes y así poder seguir sirviendo a sus tan amados amos.
Conclusión:
Hay en la tierra personas poseedoras de una metodología transformadora, y otras muy desarrolladas y apoyadas por el sistema de control para preservar la ignorancia. Existen mensajes provenientes de fuera de este mundo pecera, que se pueden usar para operar transformaciones personales y quizás también colectivas, considerando que vaya a existir tal tiempo futuro de transformación conjunta. El problema radica en tomar una posición de fortaleza absoluta: decir todo, o no decir nada. Porque, en general, estamos en posiciones relativas en que hablamos o callamos según la variabilidad de las situaciones, y eso no conduce a nada... más teniendo en cuenta que los rivales no andan con medias tintas.
La tendencia permite inferir que no habrá en lo sucesivo, como no lo hubo hasta ahora, ni un ocultamiento absoluto, ni una revelación absoluta por parte de quienes posean el conocimiento. Y que, si como es abajo es arriba, tampoco podrá esperarse que el suministro de información desde el otro lado se corte del todo o llegue en torrentes; seguirá en cuentagotas. Goteo que producirá sed por escasez en los buscadores preparados para comprender la verdad.
«Goteo que seguirá perturbando, como la gota de la tubería cuyo ruido fastidia, a quien deseara la paz de la ignorancia, de la ausencia de cualquier conocimiento que pueda cambiarle la visión de la realidad».
Gotas de conocimiento para saciar la sed de una minoría, y para pasar inadvertidas en medio de la degradación mental de la mayoría. Apenas una débil lluvia llegada desde el otro lado para el riego de muchos, que no son mayoría, pero que tampoco son pocos, y que con la difusión creciente del mensaje, son más cada vez.
Así, entre la tan medida provisión enviada desde el "más allá" y la tan restringida difusión por parte de los retransmisores humanos (muchas veces abrumados por la vida misma hacen lo que pueden), esta información, a la mayoría, no tiene forma de parecerle tan real como un vaso de whisky, o como cualquier cosa palpable del mundo de la materia, de esas que tanto desean y por las cuales viven y mueren. A quien sepa que esto es así, porque olfatea desde hace tiempo cómo son las cosas, no le resultará incomprensible el por qué un conocimiento tan revelador puede parecer increíble, discutible, y hasta falso... De hecho ya habrá comprendido que este es un mundo hecho al revés, donde lo falso está implantado como verdadero.