Tailandia ha estado ayudando a liderar el impulso de los vehículos eléctricos (EV), y la segunda economía más grande del sudeste asiático busca alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
El país es conocido como el “Detroit de Asia” y es un importante centro manufacturero. Como parte de eso, busca hacer que el 30% de su producción de automóviles sea eléctrica para 2030 para no perder su posición de liderazgo en la transición a los vehículos eléctricos.
Su gobierno está aportando importantes fondos para ayudar a financiar eso, aprobando 970 millones de dólares en recortes de impuestos y subsidios para ayudar a fomentar la demanda e impulsar la producción local.
Ahora, también está recibiendo un importante impulso de los fabricantes de automóviles de otros países: Japón invertirá 4.300 millones de dólares en Tailandia durante los próximos cinco años.