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Autor Tema: Las bobadas sobre el G-20  (Leído 603 veces)

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Las bobadas sobre el G-20
« en: Abril 11, 2009, 10:44:56 am »
Las bobadas sobre el G-20

Por Juan Bosco Martí­n-Algarra en La Gaceta de Los Negocios

Decí­a Diógenes (otros atribuyen la frase a Schoppenhauer o a Bismark, vaya usted a saber), que cuanto más conocí­a a la gente, más amaba a su perro. Algo parecido pueden concluir los asiduos al periodismo leyendo las informaciones sobre el G-20. El show ha acabado de modo previsible, con lluvia de millones, confirmación de algunos acuerdos previos y declaración bienintencionada. Parece que algo se ha avanzado, lo cual celebro, pero esto no me hace olvidar la monserga de los dí­as previos. La frase “refundar el capitalismo”, tan repetida como falsa, inspiró infinidad de titulares, a cual más bobo. ¿Acaso veinte señores con poder (temporal, no lo olvidemos) son capaces de modificar en ocho horas el resultado de infinitas acciones libres de la humanidad? “Todaví­a no he escuchado a nadie pedir la prohibición de los partidos polí­ticos por lo que han hecho en Caja Castilla La Mancha” El capitalismo, a diferencia del comunismo, no es una ideologí­a, sino el efecto económico de no organizarle la vida a la gente. El capitalismo surge cuando a una sociedad no se le impide por la fuerza el ejercicio de derechos que el individuo reconoce como innatos: la libertad, la propiedad y el intercambio comercial. Si hablásemos del mayor o menor peso de la regulación para que los individuos no abusen unos de otros, estarí­amos planteando otro debate, quizá más acorde con lo acontecido esta semana en el G-20, pero no la desaparición de un sistema que ha dotado de forma natural prosperidad económica a la mayorí­a de las naciones representadas en Londres. Y cuya prohibición provocó la ruina de otras, como Corea del Norte o Cuba.

   íšltimamente el periodismo parece empeñado en culpar a la libertad de los errores que originaron la crisis. Sólo falta que un dí­a algún periódico titule con la famosa frase de Lenin, que anticipaba lo que iba a ocurrir en la Unión Soviíética: “¿Libertad, para quíé?”.

 En España escuchamos crí­ticas repulsivas contra el libre mercado, y las escuchamos justo al mismo tiempo que se está interviniendo una entidad financiera dirigida no por particulares, sino por polí­ticos, como Caja Castilla-La Mancha. El Banco de España consideró que sus gestores estaban poniendo en peligro nuestro sistema financiero, porque gastaban lo que no tení­an, prestaban a quien no debí­an y trataban de esconder el nefasto resultado de sus incompetencias. Pero hasta ahora no he escuchado a nadie que, a raí­z de este desaguisado perpetrado por los polí­ticos y sus amigos, haya propuesto prohibir los partidos.

 Nos bombardean constantemente con tantos clichíés, tantas simplezas y tantas bobadas que me ocurre lo que a Diógenes: a medida que veo más telediarios, amo más a mi perro.