Otra semana brillante para la bolsa
Por Josíé Antonio Fernández Hódar en Expansión
En las últimas diez sesiones hemos asistido a sólo tres jornadas de recogida de beneficios. El Ibex ha marcado esta semana un nuevo máximo del año y la rena variable vuelve a ser noticia frente a los activos de renta fija que pierden atractivo
El primer intento de superar al alza la cota de los 9.500 puntos lo vimos en la jornada del jueves, con un máximo de sesión en 9.522 y un cierre 9.510,80. La cota de los 9.500 puntos no constituye una resistencia tíécnica, propiamente dicha. Para el Ibex 35, el primer nivel de resistencia está en la zona comprendida entre los 9.725 y los 9.800 puntos.
El viernes, al calor de las subidas que se dieron al cierre de Wall Street la noche anterior, el Ibex abrió la sesión con un salto al alza. A los pocos minutos de la apertura marcó el máximo en 9.555,60 puntos y ahí se quedó sin combustible, iniciando un goteo a la baja que le llevó entrar en negativo, a las 15,50, cuando el Dow Jones se vino atrás arrastrado por una caída del 20% de General Motors.
El dinero tardó diez minutos en saltar al ruedo con el capote de San Fermín, y las píérdidas de gigante del automóvil se reducían a poco mas del 6%. ¡Pues ya está!, aquí no ha pasado nada y todo para arriba otra vez. Al cierre, de nuevo números rojos tras conocerse que se reunía el consejo de GM ante una posible suspensión de pagos.
Estarán conmigo que esto no es serio. Y ya me contarán quíé le importa a un inversor de Telefónica o de Iberdrola si GM se salva o no de la quema. Podríamos cambiar aquel slogan de los años 50 y decir que lo que es bueno para General Motors, es bueno para las bolsas europeas. Pero es lo normal cuando los nervios están a flor de piel. Cuando es raro el día que no sale un analista diciendo que hay que vender todo y, para rematar la faena, aconsejan ponerse corto.
Motivos para estar preocupados no faltan, pero hay que tener asumido que nunca van a faltar. Y si alguien espera a que todo estíé meridianamente claro para invertir en bolsa, no lo hará jamás, o entrará cuando ya sea momento de salir. Esta es la segunda cuestión: si tras la importante reacción alcista que se inició el 9 de marzo, ha llegado la hora de recoger la cosecha.
La combinación de tipos al alza en la deuda pública, subida del índice CRB de materias primas, en el que el crudo WTI (West Texas Intermediate) tiene una ponderación del 23% junto a la caída del dólar, ha dado lugar a que el miedo a entrar en un periodo de deflación se torne en todo lo contrario: una subida de precios que estrangule la recuperación.
En el otro platillo de la balanza está la visión, moderadamente optimista, de algunos analistas comprometidos en la gestión de grandes patrimonios e Instituciones de Inversión Colectiva. Hay acuerdo entre ellos en que los mínimos de marzo han marcado el punto de inflexión de las bolsas. Que el Ibex no subirá, a partir de ahora, de forma tan rápida como lo hizo en el tramo 7.000 - 9.500. Que veremos correcciones, pero que no serán profundas y que, desde uno y otro lado del Atlántico se irán dando los golpes de timón necesarios para la economía no se vaya al garete y, por último, que el dinero irá saliendo de depósitos y buscará valores sólidos con buenos dividendos.