Agencias
New York.- Un año despuíés del colapso de Lehman Brothers, el presidente de EEUU, Barack Obama, ha apelado a los países del G-20 a revisar de manera "eníérgica" las reglas del sistema financiero mundial.
Asimismo, ha urgido, en una intervención en el Federal Hall ante una audiencia de financieros y legisladores en el Federal Hall, al Congreso de Estados Unidos a aprobar sus propuestas de reforma del sistema bancario del país antes del fin de este año.
"Hace un año, vimos cómo los mercados se pueden equivocar, cómo la falta de reglas de sentido común puede conducir al exceso y al abuso y cuán cerca podemos acercarnos al abismo", ha afirmado Obama.
"Un año despuíés, debemos poner en marcha esas reformas que evitarán que este tipo de crisis vuelva a ocurrir", ha añadido.
Menor intervención del Gobierno
Obama ha afirmado que EEUU está empezando a salir de lo peor de la crisis y que se reduce la necesidad de que el Gobierno acuda en rescate del sistema financiero.
"Aunque sigue siendo necesario que el Gobierno se involucre para estabilizar el sistema financiero, esta necesidad está menguando (...) podemos estar seguros de que las tormentas de los dos últimos años están empezando a despejarse", aseguró Obama.
"Pese a que la recuperación total del sistema financiero tomará bastante más tiempo y trabajo, la creciente estabilidad resultante de las intervenciones (gubernamentales) significa que estamos empezando a retornar a la normalidad", aseveró en el corazón de Wall Street.
Evitar la complacencia
Sin embargo, puntualizó el mandatario, "la normalidad no puede llevar a la complacencia" y criticó a aquellos en la industria financiera que están "malinterpretando el momento" al "elegir ignorar" las "lecciones" de la crisis y de la quiebra de Lehman Brothers, sostuvo.
En este sentido, Obama advirtió de que no permitirá una vuelta a las antiguas prácticas de riesgo que provocaron la crisis y volvió a insistir en la necesidad de una mayor regulación.
"No vamos a volver a los días de comportamiento imprudente y excesos sin restricciones que estuvieron en el núcleo de esta crisis (...) Wall Street no puede volver a tomar riesgos sin tener en cuenta las consecuencias y esperar que la próxima vez los contribuyentes norteamericanos estíén allí para frenar su caída", advirtió.
Las reformas que persigue, aseguró, se basan en un "principio simple": la creación de "reglas claras que promuevan la transparencia y la responsabilidad".
Sin embargo, sus advertencias parecen no haber calado de momento entre la banca. El mismo día que el presidente de EEUU realizaba estas declaraciones, los banqueros ponían de manifiesto que rechazan de plano limitar sus salarios, tal y como han pedido numerosos países y el propio Obama.