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Autor Tema: Diez mitos de la bolsa que causan píérdidas al accionista  (Leído 432 veces)

Orpheo

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Diez mitos de la bolsa que causan píérdidas al accionista
« en: Octubre 13, 2009, 10:17:44 am »
John Dorfman (Bloomberg)

En el libro Parque Jurásico, del escritor Michael Crichton, figura un hombre que pensaba que un Tiranosaurio Rex no podí­a verlo si no se moví­a. Pero el carní­voro se lo comió. Más adelante en el libro, alguien pregunta quíé mató al hombre. Otro personaje responde: “No estaba bien informado”.

En el mundo bursátil existen numerosos mitos que los inversores consideran como verdades establecidas. Uno de los más comunes afirma que el mercado siempre sube a largo plazo. Sin embargo, hay claros ejemplos que lo desmienten: el Nikkei japoníés, se encuentra en niveles de hace 26 años. Estas falsas creencias pueden desembocar en grandes píérdidas. Y es que estar mal informado sale caro. He aquí­ diez nociones que desorientan a los inversores:

1. Las mejores empresas ofrecen las mejores acciones.

Las acciones suben cuando una compañí­a rebasa las expectativas que hay sobre ellas. Las mejores empresas normalmente generan altas esperanzas entre los inversores que son difí­ciles de superar. En los años 70, McDonald’s y Xerox se contaban entre las compañí­as favoritas de los inversores, que pagaban gustosos 60 veces sus beneficios por poseerlas. Efectivamente, eran buenas empresas: sus beneficios continuaron subiendo por diez años o más. No obstante, eran malas acciones, porque la gente pagaba de más por su íéxito anticipado. Lo mismo ocurre actualmente con Apple. Es muy rentable, no tiene deuda y es admirado en todo el mundo. Esa es la razón por la que las acciones se venden por 32 veces los beneficios, más de seis veces el valor contable y casi cinco veces los ingresos. Es una compañí­a fabulosa, pero una acción mucho más discreta.

2. Dada la volatilidad actual en los mercados, hay que ser un operador activo.

Es necesario considerar las comisiones y los impuestos. Las primeras ahora no son tan malas, pero los segundos son elevados. Las ganancias de capital a largo plazo pagan un impuesto del 15%, y las de corto plazo, de hasta el 33%. Semejante coste no es despreciable.

3. Los analistas son una buena guí­a para seleccionar acciones.

Los analistas son inteligentes, conocen a los directivos de una empres, trabajan muchas horas y tienen asistentes hábiles. Nada de eso necesariamente los vuelve buenos para seleccionar acciones. En los últimos 10 años en EEUU, las acciones más favorecidas por los analistas tienen un desempeño inferior al del í­ndice S&P 500.

4. Cuidado con octubre.

El peor mes para los mercados es septiembre, no octubre. Según Ned Davis Research, la variación mensual en septiembre del Dow Jones desde 1900 ha sido de una caí­da del 1,1%. Por lo general en febrero y mayo tambiíén se producen pequeños descensos. Octubre, con un alza promedio del 0,1%, es el cuarto mes de peor desempeño. Es cierto que en ese mes se han producido muchos desplomes bursátiles, pero tambiíén ha habido muchos octubres robustos. Los mejores meses para las bolsas son diciembre (un alza del 1,5%), julio (1,3%) y abril (1,2%).

5. Es posible predecir el ciclo del mercado basándose en el ciclo presidencial de EEUU.

En tíérminos generales, el primer año del mandato de un presidente es el más díébil para las acciones, y el tercero, el más fuerte. Según esto, 2008 debió haber sido un año normal, pero el S&P 500 cayó un 37%. Y este año, que debió de haber sido malo, lleva subido un 13,5%.

6. La relación precio-beneficios es el indicador perfecto del valor de una acción.

Por ejemplo, Ford ganó 1,20 dólares por acción en 2005. A finales de ese año, la acción se vendí­a por unos 8 dólares, así­ que la relación precio-beneficios era atractiva en alrededor de seis. Sin embargo, esto no impidió que Ford perdiera dinero los siguientes tres años. Y tampoco impidió que la acción se desplomara a 2,29 dólares a finales de 2008. No hay ningún indicador que diga todo lo que el inversor necesita saber.

7. Las acciones deben ser adquiridas cuando están en boga.

Muchos agentes respetables del mercado creen en esto. Pero Burton Malkiel, profesor de economí­a de la Universidad de Princeton, argumenta que los beneficios de utilizar la fortaleza relativa de la acción en ese momento se ven superados por los mayores costes de negociación que esta estrategia conlleva. Además, es una mala estrategia en tíérminos de impuestos porque con frecuencia genera ganancias a corto plazo.

8. La guerra es buena para los mercados bursátiles.

Como el gasto en la Segunda Guerra Mundial ayudó a la economí­a de EEUU a salir de la Gran Depresión, muchas personas creen que un creciente gasto militar se correlaciona con un mercado bursátil alcista. Con frecuencia esto no es cierto. El mercado avanzó poco en los años 70, cuando la guerra de Vietnam estaba en su apogeo. Y tuvo una íépoca de auge en los años 80, una íépoca de relativa paz.

9. Wall Street prefiere al Partido Republicano.

Según Ned Davis Research, el incremento anual en el í­ndice Dow Jones fue del 7,2% durante el mandato de los presidentes demócratas del 4 de marzo de 1901 al 8 de julio de 2008. El avance fue de tan sólo un 3,6% cuando los republicanos estuvieron en el poder en este mismo periodo. El mejor desempeño del mercado bursátil hasta el momento se produjo durante la presidencia de Bill Clinton, un demócrata.

10. Cronometrar el mercado puede mejorar considerablemente los rendimientos del inversor.

Podrí­a, si uno pudiera hacerlo con precisión. Sin embargo, hay menos cronometradores del mercado exitosos que luchadores de sumo delgados. La mayorí­a de las personas que intentan cronometrar el mercado acaban perdiíéndose los repuntes inesperados que representan una parte considerable de las subidas de la bolsa a largo plazo. El ejemplo más reciente es el tirón alcista de esta primavera.



En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.