Por BRADLEY S. KLAPPER
PAYERNE, Suiza -- Un avión impulsado por energía solar, con la misma envergadura de alas de un Boeing 747 pero con la potencia de un pequeño bote a motor, se alzó el miíércoles hasta 1.600 metros de altura y voló con la velocidad de una bicicleta durante una hora y media.
El "Solar Impulse", diseñado por el equipo del aventurero suizo Bertrand Piccard, pretende ser el primer avión a energía nuclear que da la vuelta al mundo.
En su vuelo de ensayo bautismal el avión realizó una serie de giros, maniobras e inclinaciones transversales de hasta cinco grados. Lo más importante es que demostró su aptitud para despegar y aterrizar. El equipo piensa volar alrededor del mundo en 2012.
"Nunca hubo un avión de este tipo que pudiera volar: un avión tan grande, tan liviano, que use tan poca energía", dijo Piccard, quien en 1999 fue copiloto en el primer vuelo en globo que dio la vuelta al mundo sin escalas. "Había muchísimos interrogantes".
En un aeropuerto militar en una zona rural suiza, el avión aceleró brevemente en la pista y despegó a una velocidad de 45 kph. Ganó altura sobre los campos verdes y desapareció en el horizonte, mientras era observado por los aldeanos desde las colinas cercanas.
El descenso fue aún más lento y el aparato flotó por unos instantes sobre la cabecera de la pista, para aterrizar entre los aplausos de los espectadores.
El vuelo se produjo con tiempo soleado y escaso viento.
El proyecto, con un costo de 70 millones de euros (93,5 millones de dólares), inició ensayos en diciembre, en vuelos de apenas 60 centímetros de altura y distancias de 300 metros. Para julio está previsto un vuelo nocturno y luego se construirá un nuevo avión sobre la base de los resultados.
El gran despegue está previsto para 2012 y no usará una gota de combustible.
"El objetivo es volar día y noche sin combustible, demostrar la importancia de las energías renovables y que con íéstas se puede lograr cosas imposibles", dijo Piccard, quien supervisó el vuelo desde tierra.
El piloto de pruebas Markus Scherdel dijo que el avión no está diseñado para maniobrar, pero que puede despegar y aterrizar como un jet de pasajeros.
"Todo funcionó como debía", aseguró.
Con 12.000 cíélulas solares, baterías de litio recargables y cuatro motores elíéctricos, Piccard y su copiloto Andríé Borschberg piensan volar alrededor del mundo, con escalas para cambiar de posición y estirar los músculos despuíés de largos períodos en la pequeña cabina