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Autor Tema: El FMI pide lí­mites para la banca y exige más capital contra el riesgo  (Leído 251 veces)

Eguzki

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"El jurado todaví­a está reunido". Así­ de dura se mostró ayer Laura Kodres, jefa de la división de Mercados Monetarios y de Capital del Fondo Monetario Internacional (FMI) respecto a los planes de reforma de la regulación financiera que desarrollan Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido.


La institución considera que los proyectos, pese a su avanzada tramitación, están faltos de “detalles” y de “concreción” y que existen medidas más directas y preventivas para combatir la existencia de entidades demasiado grandes que ponen en peligro la estabilidad. Entre estas acciones preventivas, el FMI pide estudiar la imposición de lí­mites a la actividad de la banca, la introducción de restricciones al endeudamiento y la creación de nuevos impuestos o recargos de capital, vinculados al riesgo que cada entidad suponga para el sistema.

Las normas preventivas, que desagradan al sector financiero, pueden ser más efectivas que la principal novedad incluida en los planes de reforma, la creación de organismos superreguladores que vigilarán el riesgo sistíémico, algo a lo que aspira la Reserva Federal estadounidense.

El FMI, que ayer presentó una parte de su informe anual sobre la estabilidad financiera, sostiene, no obstante, que estos superreguladores son positivos, aunque necesitan “las herramientas” y “los incentivos” necesarios para la materialización de sus objetivos, algo que los planes de reforma sólo abordan de forma geníérica. “Sin conocer más detalles”, es difí­cil analizar si los proyectos de EEUU y de Europa son “aplicables y hasta deseables”, indicó Juan Solíé, economista del FMI.

Entre las herramientas básicas que el Fondo echa en falta está la definición de un procedimiento claro sobre cómo actuar en caso de liquidación de una entidad demasiado grande, señaló Kodres. A pesar de que estas cláusulas están citadas en planes como el de EEUU, para el FMI deben perfilarse más. De lo contrario, los reguladores tenderán a “olvidarse” de quíé bancos son “importantes” para la estabilidad del sistema y “cuáles no”. “Todos los organismos experimentan un fuerte rechazo a clausurar las instituciones que vigilan, sobre todo porque algunas podrí­an recuperarse si tuvieran suficiente tiempo”, señala el FMI en su informe.

Para la institución, tambiíén es aconsejable que aumente la cooperación internacional entre los distintos organismos reguladores. “í‰stos necesitan tener la información adecuada para actuar y la crisis ha demostrado que existen lagunas que hay que superar. De lo contrario, va ser difí­cil que los organismos puedan anticipar la vulnerabilidad del sistema”, afirmó la directiva del FMI.

En cualquier caso, el Fondo admite que se debe actuar con cautela ante la implantación de los planes de reforma o ante el establecimiento de nuevos requerimientos de capital vinculados al riesgo asumido por cada banco. “No necesariamente tienen que aplicarse en el momento en que la economí­a mundial está intentando su recuperación”, apuntó Kodres, que eludió opinar sobre la salud del sector financiero hasta la próxima semana, cuando la institución dirigida por Dominique Straus Kahn revele el contenido í­ntegro del informe de estabilidad financiera.

El FMI alertó de que los estados miembros deben vigilar la liquidez en circulación para evitar la aparición de inflación o de burbujas en los precios de los activos.

Impuestos o más reservas para las grandes entidades
El Fondo Monetario se inclinó ayer, de forma tí­mida, por el establecimiento de nuevos requerimientos de capital para la banca, en función del riesgo que cada entidad suponga para la estabilidad del sistema en su conjunto.

La institución eludió concretar cómo deberí­an ser esas nuevas exigencias, si a travíés de un impuesto o a travíés de la acumulación de más fondos propios. Sin embargo esta última opción parece ser la favorita para el FMI, según su economista, Juan Solíé. “Serí­a un colchón que se quedarí­a en la institución, más que un impuesto”, indicó. Este deseo no agrada a la gran banca, que se opone a que se le penalice en función de su tamaño.