La avidez de los inversores por el oro, en relación directa con las incertidumbres imperantes tras la crisis global, provocan que el mayor proceso de valorización del metal en al menos 90 años siga adelante, independientemente de lo que pase con la economía mundial.
Los analistas han elevado sus previsiones para 2011 del metal más que para ningún otro, apostando por la díécima subida anual consecutiva.
La opción más común en el mercado de futuros de Nueva York es la de 1.500 dólares la onza para diciembre, lo que supone un 18% más que el ríécord que alcanzó el 21 de junio de 1.266,5 dólares.
“Tanto una recuperación económica como una nueva caída deberían traer nuevos compradores al mercadoâ€, explicó Eugen Wienberg, analista de Commerzbank, a la agencia. “Una economía más fuerte debería crear una mayor demanda de joyas. Si la economía permanece díébil o si empeora, los inversores buscarán un refugioâ€.
La media de analistas consultados por Bloomberg tambiíén espera que el oro alcance los 1.500 dólares el año que viene. Dan Brebner, analista de Deutsche Bank y que en lo que va de año ha sido el analista más acertado, esperado que el metal alcance los 1.550 dólares, según la agencia.
Según los datos de Bloomberg, los inversores han comprado casi 278 toneladas de oro por un valor de unos 10.400 millones de dólares (calculando según el precio medio del año). El total acumulado es casi dos veces el total de reservas oficiales de Suiza, según los datos de World Gold Council.