Por... ELENA BECATOROS
ATENAS -- Un acuerdo de la eurozona que incluye el segundo rescate económico para Grecia no está en duda, dijo el viernes el ministro de Hacienda griego, luego que cinco países exigieron garantías a cambio de sus contribuciones.
El mes pasado, Grecia negoció un rescate de 109.000 millones de euros (157.000 millones de dólares) con sus socios de la eurozona.
El ministro Evangelos Venizelos dijo que ese acuerdo, que tambiíén reestructura el fondo de rescates de la región, es de "vital importancia".
Las preocupaciones por el paquete económico surgieron el jueves despuíés de que Holanda, Eslovenia, Austria y Eslovaquia demandaron un acuerdo similar al de Finlandia, que esta semana acordó con Grecia recibir garantías reales a cambio de la aportación finesa al rescate.
Las exigencias de otros países para colaborar en el rescate han puesto al descubierto las divisiones en Europa sobre cómo encarar la crisis de la deuda soberana, que requirió ya auxiliar a Grecia, Irlanda y Portugal, y que amenaza a Italia y España, países con economías más grandes.
Aunque la cantidad de dinero exigido como garantía real por esos cinco países no sería tan cuantiosa como para torpedear el acuerdo, podría encarecer el costo del rescate, parte del trato del 21 de julio que dio a las 17 naciones de la eurozona nuevos poderes para ayudar a un país antes de que se suma en una crisis de gran magnitud.
El acuerdo de julio "no está en duda, porque tiene una importancia vital para la eurozona", dijo Venizelos a Skai Radio, y agregó que el acuerdo no sólo afecta a su país. "Es una decisión que afecta a Grecia como parte de un problema mucho más general".
La Comisión Europea planteó objeciones a la idea de que los países exijan garantías reales a cambia de participar en un nuevo rescate al país heleno.
"La Comisión considera que deberíamos evitar adoptar demasiadas nuevas condiciones, o garantías reales excesivas, a fin de lograr la rápida adopción de la decisión y ... la sólida financiación de un nuevo programa para Grecia", dijo Amadeu Altafaj Tardio, vocero de Olli Rehn, comisionado de Asuntos Monetarios de la Unión Europea.