Salvada por los pelos: la banca no tendrá que reconocer el hundimiento de los bonos
Por Alberto Cañabate en Invertia
El mercado estuvo en octubre en vilo mientras esperaba los cálculos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) sobre la necesidad de capital del sistema financiero. Quince días más han bastado para dejar en papel mojado aquellos resultados y los que en breve se publicarán, ya que toman como referencia el precio del bono a 30 de septiembre. Desde esa fecha, el español a 10 años ha caído un 9%.
EBA publicó el 27 de octubre los resultados preliminares de su examen a la banca sistíémica europea, aquella que cuenta con un tamaño relevante. La conclusión fue que las principales entidades del continente necesitaban de forma conjunta 106.400 millones de euros para alcanzar un ratio “Core Tier 1†del 9% a junio de 2012. La española, Santander, BBVA, Popular, Caixabank y Bankia, acaparaban alrededor de una cuarta parte.
Fuentes bancarias creen que los resultados definitivos estarán disponibles en breve. EBA obligaba a las entidades a llevar a precios de mercado toda su deuda soberana, 100.000 millones en el caso de la española si no se tienen en cuenta los críéditos concedidos a la administración pública. Las píérdidas eran, según la última estimación, de 4.000 millones, 6.200 millones si se estiman las correcciones de valor en los príéstamos a AA PP.
Un portavoz de una de las entidades afectadas y fuentes de Banco de España aseguran a este medio que EBA tomará como referencia los precios de la deuda a 30 de septiembre para calcular las necesidades de capital. Es decir, las píérdidas o ganancias se calcularán a partir de una foto fija. Lo que pase despuíés de esa fecha con la deuda no les impactará en sus cuentas a la hora de alcanzar ese “Core Tier 1†del 9% para junio de 2012.
EBA realizó los exámenes con el fin de calmar a los inversores para que volvieran a prestar dinero a la banca con normalidad. El mensaje era algo así como “miren, estas entidades están bien capitalizadas incluso estresando la deuda europea, tienen un colchón de sobra para cubrir píérdidas en los bonos y no hay riesgo, ya pueden dejarles euros, que no hay riesgo de que no se lo devuelvanâ€. Pero la situación ha cambiado de forma radical.
Europa está a punto de estallar. Los pueblos de Italia y Grecia han perdido la soberanía sobre sus gobiernos porque la situación política y económica era insostenible. Los tíécnicos han llegado al poder, pero ni eso ha calmado a los mercados. España ha tenido que pagar más del 7% para colocar deuda a 10 años. Y todo porque Alemania y los países del Norte quieren más austeridad y nuevos tratados y se niegan, de momento, a que el BCE saque el bazuca para inundar de dinero el mercado y bajar los costes de financiación.
El precio del bono a 10 años se ha hundido un 8,75% desde el 31 de septiembre, desde los 102,8 a los 93,8 cíéntimos por euro, según las pantallas de Bloomberg. El de 15 años ha caído un 11,45%, de 101,3 a 89,7, en tanto que la deuda con vencimiento a cinco años se ha depreciado cerca del 6%, de 99,5 a 93,7 cíéntimos por euro. El bono a 3 años y el de 2 años han perdido el 4 y el 3,5% de su valor, respectivamente. Por tanto, caídas generalizadas que se acentúan en los plazos largos.
Es complejo conocer cuál ha sido la política de los bancos en sus inversiones con deuda en estos días, aunque es factible realizar un cálculo aproximativo del agujero que esta caída ha podido provocar en sus recursos propios. Grosso modo, la deuda española ha perdido en mes y medio un 6%, lo que supondría un impacto en los bancos de 6.000 millones de euros. Cifra que se añadiría a los 4.000 millones declarados como píérdida el 27 de octubre.
Esto no quiere decir que los bancos españoles vayan a tener que asumir esas píérdidas, ya que las cuentas de EBA obligan a llevar contra patrimonio la minusvalía (o las plusvalías) a 30 de septiembre. Pero restan validez al examen y a su intencionalidad, ya que lo cierto es que los bonos que la banca española tiene en cartera valen mucho menos.
BdE, en una circular con efecto el 31 de diciembre de 2010, cambió la forma de contabilizar los bonos. Antes de la reforma, las plusvalías y las minusvalías en la deuda disponible para la venta, epígrafe que representa alrededor del 90% del total, restaban o aumentaban la solvencia de una entidad. Despuíés, la banca pudo “dejar de asimilar a los resultados negativos las minusvalías generadas por dichos valoresâ€.
En ese momento, un banquero describía a este portal que si la rentabilidad baja o sube 100 puntos básicos (1%), el impacto en patrimonio es de menos 200 o más 200 millones de euros sobre una cartera de 5.000 millones. Este mismo interlocutor creía en aquel momento, finales de 2010, que la situación en deuda española era “asumibleâ€, por lo que la medida del supervisor “no encajabaâ€.
BASILEA III OBLIGARí A COMPUTAR PERDIDAS EN DEUDA SOBERANA
El “Common Equity†de Basilea III, con un ratio mínimo del 7% obligatorio para 2019, cogerá el testigo a partir de junio de 2012 del “Core Tier 1†de EBA, a no ser que las autoridades europeas vuelvan a cambiar las reglas de juego llegado el momento. Algo que no se puede descartar a tenor de la esquizofrenia imperante en este terreno desde hace año y medio y más aún cuando la solución a la crisis europea se enturbia a cada minuto que pasa.
En el lado que resta, se deduce el 100% de las acciones en autocartera, el fondo de comercio neto, los intangibles, las píérdidas en deuda y renta variable netas de impuestos, el 100% de las entidades financieras y seguros si el banco en cuestión tiene una participación superior al 10%, todo el díéficit de provisiones y el 100% de los impuestos diferidos basados en obtener un beneficio antes de impuestos positivo en el futuro.
Por otro lado, este ratio permitirá a la banca apuntarse los bonos convertibles, pero sólo aquellos que permitan absorber mejor las píérdidas. Las últimas emisiones de Bankinter o Caixabank dan la opción a estas entidades de convertir en muchos más supuestos que en las de Banco Popular o Banco Sabadell. Además, el pago de intereses es más discrecional ya que incluso Banco de España puede decidir al respecto.