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Autor Tema: El secreto más importante para una economí­a próspera...  (Leído 205 veces)

OCIN

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El secreto más importante para una economí­a próspera...
« en: Enero 30, 2012, 05:26:23 pm »
Por...  Jim Powell
 


¿Por quíé la economí­a de EE.UU. ha tenido un desempeño tan pobre en años recientes?  La respuesta, en pocas palabras, es que muchos polí­ticos en Washington no entienden el secreto más importante para que una economí­a sea próspera, o bien, lo ignoran.
 
El Presidente Obama, por ejemplo, imaginaba que la inyección de dinero en el sistema bancario era un secreto para la prosperidad, pero la Reserva Federal inyectó billones de dólares y ahora a pesar de eso el sector privado mantiene un desempleo elevado. La ley de "estí­mulo" de $825.000 millones impulsada por Obama nunca produjo el efecto "multiplicador" que íél aseguró iba a fortalecer la economí­a.
 
Obama ofreció subsidios para más trabajos "verdes" pero el resultado ha sido un alza de despidos "verdes", al haber sido dichas compañí­as declaradas en bancarrota. Obama promocionó la inversión en infraestructura como la clave para la prosperidad, pero es muy difí­cil señalar cómo se benefició la economí­a de imponer mayores impuestos para pagar salarios inflados por repavimentar caminos en perfecto estado. La administración Obama promulgó cientos de regulaciones con la intención de fortalecer la economí­a, pero la incertidumbre resultante ha disuadido a inversionistas y empresarios de hacer compromisos a futuro.

Entonces, ¿cuál es el secreto más importante para una economí­a próspera? Consideremos la experiencia de Jacob Reiss y su esposa Mary, quienes fundaron International Tailoring Company (Compañí­a Internacional de Sastrerí­a) a comienzos del siglo pasado. Como otros sastres, confeccionaban un traje a la vez. Tomaban las medidas del cliente y entregaban el traje listo varias semanas más tarde. No tení­an trajes previamente confeccionados, y Reiss se preguntaba cómo podrí­an aumentar las ventas.
 
Reiss analizó sus registros de medidas de clientes y los organizó en grupos, de la más pequeña a la más grande. Esto llevó a la idea de "tallas". Cada talla comprendí­a piezas de tela cortada en dimensiones especí­ficas. Reiss organizó lí­neas de manufactura para la confección de los trajes. Persuadió a los comerciantes de abastecerse con su lí­nea en las tallas más populares. El cliente podí­a probarse las diferentes tallas para determinar la mejor para sí­. El único trabajo adicional requerido era el ajuste rápido del largo de las mangas y el pantalón. Esta simple idea de la talla ha ayudado a disminuir en millones los costos en la industria textil. Como este ejemplo sugiere, un aumento significativo en la prosperidad es el resultado de incontables mejoras implementadas de abajo hacia arriba.
 
Stan Mason tambiíén tiene una historia notable. En 1949 estaba cambiando los pañales de su hijo, lo que le hizo preguntarse cómo podrí­an ser diseñados para evitar filtraciones. í‰l no tení­a ningún entrenamiento especial -era graduado de la Universidad Estatal de Trenton, New Jersey. Mason concluyó que habrí­a menos probabilidades de filtración si su forma, en vez de consistir en piezas rectangulares de tela, se ajustaba al cuerpo del niño. "Tomíé un rollo de papel y lo cortíé en una larga serie de piezas en forma de reloj de arena," explicó. "Cortíé en la parte ancha en que cada pieza se uní­a, y esos fueron los pañales individuales. Puse dos pestañas adhesivas a cada extremo y así­ los imperdibles ya no eran necesarios. Por último, insertíé una almohadilla absorbente en la parte media". Estos, los primeros pañales desechables sin necesidad de imperdibles y ajustados a la forma del niño, pronto dominaron el mercado e impulsaron la carrera de Mason.
 
A pesar de que Mason ha inventado productos de vanguardia como el microondas para cocina y las barras de granola, ha dedicado gran parte de su vida al mejoramiento de productos existentes. Por ejemplo, recordó que, "Hunt Foods me preguntó quíé se podí­a hacer con las botellas de un galón que utilizaban para su aceite de cocina. Las botellas eran manufacturadas en una fábrica, y luego enviadas a la fábrica procesadora de aceite. Esto resultaba costoso, y habí­a un margen de píérdidas en el proceso de transporte. Pensíé que el polietileno serí­a un mejor material, porque los gránulos de polietileno podí­an ser transportados a la fábrica procesadora de aceite y moldeados en las botellas de un galón con máquinas que no requerí­an mayor espacio. Diseñíé una propuesta de botella que contemplaba la queja de "glug-glug" que se hací­a de las botellas de un galón (mientras se serví­a, el flujo de aire que entraba a la botella interrumpí­a la salida de aceite, resultando en derrames). Diseñíé  una manija hueca y una forma contorneada que permite un flujo más suave de aire y lí­quido, eliminando la tendencia a derrames." Este diseño se convirtió en el estándar de miles de millones de botellas de un galón utilizadas para leche, agua, cidra y otros lí­quidos.
 
Se podrí­a citar ejemplo tras ejemplo de mejoras que hicieron las cosas más fáciles, baratas, y mejores, alcanzadas por personas que difí­cilmente son conocidas. En 1858, el inmigrante de origen jamaiquino Hymen Lipman comenzó a producir lápices con borrador. Recibió una patente estadounidense por eso, el primer lápiz moderno, y ha hecho la vida más sencilla desde entonces.
 
Ese mismo año, Margaret Knight, de Springfield, Massachussets, descubrió cómo producir eficientemente la primera bolsa de compras. Era bien conocido que la bolsa de fondo plano era mucho mejor que la bolsa en forma de "V" para transportar botellas y paquetes, pero su producción era costosa. Knight inventó una máquina que hací­a el trabajo equivalente a 30 personas, cortando, doblando y uniendo los componentes de la bolsa, por lo que recibió una patente estadounidense.
 
Hasta 1923 no existí­a ninguna forma simple para determinar la talla de zapato apropiada para el pie de un cliente. Entonces, Charles Brannock, el hijo de un zapatero, utilizó un juego de construcción infantil para crear un dispositivo sencillo: un extremo era para medir el pie derecho, y el otro extremo para medir el pie izquierdo. El dispositivo es utilizado actualmente a lo largo del mundo.
 
En 1959, el ingeniero Ernie Fraze olvidó llevar su abrelatas a un picnic, y terminó abriendo las latas de gaseosa utilizando el parachoques de su auto. Posteriormente inventó las latas "pop-top" con una pestaña removible.
 
En 1966, James Goodfellow desarrolló un míétodo seguro —utilizando un número PIN— que habilitaba a las personas a retirar dinero o depositar cheques en sus cuentas cuando los bancos estaban cerrados.
 
Jack Clements gustaba de tomar cafíé mientras caminaba o conducí­a su vehí­culo, pero no fue hasta 1985 que descubrió como reducir sustancialmente el riesgo de derrames. Creó una tapa abovedada con una abertura que facilitó tomar sin este riesgo.
 
Nadie pudo haber predicho que estas y otro sinnúmero de personas habí­an creado mejoras que contribuirí­an a una mayor prosperidad en la economí­a. Si las invenciones se hubiesen restringido únicamente a individuos con conexiones polí­ticas o individuos quienes los llamados expertos consideraran valiosos, menor cantidad de personas hubiese intentado mejorar situaciones. La cantidad y valor de las mejoras hubiese disminuido, principalmente las invenciones de personas desconocidas. Estas invenciones hubiesen llegado más tarde, —o tal vez no hubiesen llegado del todo. Muchas invenciones comunes en una parte del mundo fueron desconocidas en otros lugares por siglos.
 
Las economí­as prosperan cuando multitudes de personas ordinarias son motivadas a realizar mejoras. Esto se debe a que la información y puntos de vista necesarios para hacer que una economí­a prospere están ampliamente dispersados. Hay mucho más información de lo que alguna vez se podrí­a centralizar, validar y actualizar en un lugar como el gobierno federal. ¿Cuál es la forma más confiable de motivar a las personas? Aprovechando su interíés personal: Motivándolos a intentar obtener ganancias a partir de un negocio basado en su propia información y puntos de vista. El Estado puede promover la prosperidad, a travíés de, entre otras cosas, mantener igualdad de derechos, impuestos bajos, libre comercio, una moneda fuerte, leyes predecibles y la protección contra fraudes y la fuerza. El Estado deberí­a permitir a los consumidores manifestar sus preferencias en mercados abiertos —sin subsidios, favores especiales o  rescates.
 
Obviamente, no todas las personas van a tratar de abrir un negocio, muchos intentos serán fallidos e intentos exitosos frecuentemente dejarán de funcionar luego de un tiempo, pero si las oportunidades de ganancia están abiertas, lo más probable es que se genere un diluvio de mejoras esenciales para la prosperidad.
 
Para los estadounidenses era difí­cil imaginar grandes resultados de las hordas de inmigrantes pobres, no calificados, que comenzaron a llegar en grandes cantidades a lo largo del siglo XIX. Por ejemplo, los obreros chinos realizaban a menudo trabajos difí­ciles y —en muchos casos— peligrosos que otros individuos no estaban dispuestos a llevar a cabo en los ferrocarriles, granjas y minas. Los inmigrantes chinos aprendieron a conducirse en una sociedad que utilizaba un lenguaje completamente distinto al suyo. Existí­a una fuerte discriminación contra este grupo. Pero su fuerte íética laboral, frugalidad y su cultura enfatizada en la importancia de la educación les permitió convertirse en un grupo íétnico más próspero que otros. Hoy en dí­a los chino-estadounidenses juegan un papel crucial en las matemáticas, la ciencia, la tecnologí­a y la medicina. ¿Dónde estarí­amos sin ellos?
 
Los refugiados judí­os de Europa del Este, que huí­an de persecuciones durante las dos últimas díécadas del siglo XIX, no eran mucho más prometedores que los inmigrantes chinos. A diferencia de los sofisticados judí­os alemanes que habí­an llegado antes, los judí­os de Europa del Este llegaron con menos dinero que cualquier otro grupo inmigrante. Solo la mitad sabí­a leer y escribir. Muchos trabajaban como obreros. La llegada de los judí­os de Europa del Este densificó tanto la población del Lower East Side de la ciudad de New York, que incluso alcanzó una densidad mayor a la de los barrios marginales de Bombay. Su extraña lengua (Yiddish), su vestimenta y prácticas religiosas avergonzaban a los judí­os alemanes que se habí­an acogido al judaí­smo reformado. Sin embargo, valores fundamentales de la cultura judí­a —la limpieza, el aprendizaje y la caridad— prevalecieron. Los judí­os minimizaron su exposición a enfermedades derivadas de la suciedad. Habí­a poco alcoholismo. La movilidad social ascendente fue dramática a medida que un número creciente de judí­os se convirtió en profesional. Desde sus pobres inicios, los judí­os surgieron como el grupo más próspero de EE.UU.
 
Aunque no es posible predecir cuales personas harán más para ayudar a alcanzar una sociedad próspera, es seguro que habrá bastantes avances si millones de millones de personas tienen incentivos para superarse. Esto es consistente con la forma en que la naturaleza garantiza la supervivencia de las especies.
 
Por ejemplo, se calcula que una sola cabeza de diente de león tiene aproximadamente 180 semillas. En un buen año, un árbol de roble maduro puede llegar a producir 150.000 bellotas; cada una contiene una semilla. Nadie sabe cuáles semillas sobrevivirán —la mayorí­a de ellas llegará a lugares sin la luz solar, agua o nutrientes necesarios. Pero el gran número de semillas producidas es la forma más confiable de asegurarse que suficientes sobrevivirán.
 
De igual forma, el salmón hembra pone 5.000 huevos en la grava del fondo de los rí­os. Las probabilidades en contra de la supervivencia de cualquier huevo en particular son abrumadoras, por todos los huevos que no fueron fertilizados, los que fueron sofocados por los escombros del rí­o, salmones jóvenes que eran muy díébiles para sobrevivir o murieron por la contaminación, presa de otros peces, aves o focas, los salmones adultos que fueron capturados por pescadores y los que fueron cazados por nutrias u osos mientras nadaban corriente arriba para desovar. A pesar de todo esto, el número de huevos ayuda a asegurar la supervivencia de su especie.
 
Otro ejemplo: puede haber más de 300 millones de espermatozoides en una sola eyaculación humana. Del esperma depositado en la vagina de la mujer, solo un pequeño porcentaje llega al útero, y un porcentaje aún menor de esperma alcanza las Trompas de Falopio y llega al óvulo. La salud y capacidad de cada espermatozoide varí­a, pero la competición para penetrar el óvulo garantiza que la carrera será ganada por el más apto.

Por lo tanto, hay una enorme cantidad de talento y energí­a en la sociedad humana, más que suficiente para alcanzar la prosperidad. Se puede alcanzar a pesar de una falta de recursos naturales. Se puede lograr en pequeñas naciones que no tienen ninguna esperanza de influir en acontecimientos globales o negociar acuerdos favorables con las grandes potencias. El talento humano y la energí­a pueden superar la devastación causada por epidemias, hambrunas, guerras o desastres naturales.
 
Pero si los incentivos son inadecuados, si los impuestos u obstáculos regulatorios a las empresas son demasiado grandes, menos personas van a asumir el riesgo de hacer avances, los cuales se logran usualmente a travíés de la empresa comercial. Habrá estancamiento, desempleo y pobreza sofocantes.
 
Consideremos, por ejemplo, lo que es tratar de iniciar y operar negocio de manera legal en Singapur (en la cima del informe Haciendo Negocios del Banco Mundial del 2012 sobre 183 paí­ses) comparado con Chad (el último en la lista). En Singapur, comenzar un negocio legalmente requiere de 3 trámites, mientras tanto en Chad se requieren 11. Este proceso toma 3 dí­as en Singapur, 66 dí­as en Chad. Toma 26 dí­as obtener un permiso de construcción en Singapur, 154 dí­as en Chad. Los honorarios, los impuestos y otros costos de comenzar un negocio legalmente son 0,7% del ingreso per cápita promedio en Singapur, un contraste dramático con Chad donde dicho costo es el 208,5% del ingreso per cápita promedio.
 
En Singapur, se requiere un estimado de 84 horas cada año para mantener los registros relacionados con los impuestos y preparar declaraciones fiscales, versus 732 horas en Chad. El total de impuestos consume 27,1% de las ganancias corporativas en Singapur, 65,4% de las ganancias corporativas en Chad. Importar un contenedor de mercancí­as cuesta $439 en Singapur, $8.525 en Chad. Exportar un contenedor de mercancí­as: $456 en Singapur, $5.902 en Chad. La resolución de un proceso de quiebra toma 9,6 meses en Singapur, 4 años en Chad. En Singapur, la tasa de recuperación (centavos por dólar) de una quiebra es 91,3%, pero el í­ndice de recuperación es cero en Chad. No es de sorprenderse que el PIB per cápita sea mucho más alto en Singapur ($50.714) —alrededor de 55 veces más alto— que el de Chad ($920).
 
El Banco Mundial ciertamente no mide todo aquello que afecta a los incentivos para realizar los avances necesarios para la prosperidad, pero el reporte se refiere a muchos puntos básicos. Como señalan las conclusiones, los paí­ses pobres que se mantienen pobres tienden a padecer  de Estados con polí­ticas fundamentalmente malas.

¿Cómo se compara EE.UU.? En general, se encuentra en una alta posición en el ranking del Banco Mundial, de cuarto entre 183 paí­ses (detrás de Hong Kong, Nueva Zelanda y Singapur). En algunos aspectos, EE.UU. se ubica detrás de Singapur. Por ejemplo, la tasa total tributaria sobre las ganancias corporativas es 46,7%, y la preparación y  mantenimiento de los registros tributarios consume un estimado de 187 horas por año. Importar un contenedor de mercancí­as cuesta alrededor de $1.315, mientras que exportar un contenedor cuesta alrededor de $ 1.050. El PIB per cápita de EE.UU. es de $48.147.
 
El último sondeo anual del Fraser Institute de Vancouver, Libertad Económica en el Mundo, muestra que la libertad económica está disminuyendo rápidamente en Estados Unidos. El paí­s se encuentra en díécimo lugar, principalmente por el aumento vertiginoso del gasto público y la deuda estatal, así­ como tambiíén los continuos ataques del Estado contra la propiedad privada. Es una situación alarmante, ya que el informe señala que no puede existir prosperidad sin libertad económica. El estudio utiliza datos de 42 subcategorí­as para clasificar 141 naciones según el grado de libertad económica.
 
Ronald Reagan comprendió muy bien estos temas, como era de esperarse, desde que fue electo en medio de un estancamiento económico que afectó a tres presidentes, y logró de todas formas propiciar una íépoca de notable prosperidad. El 29 de septiembre de 1981, Reagan declaró: "El crecimiento, la prosperidad y el desarrollo humano son creados de abajo hacia arriba, no del Estado hacia abajo. Solo cuando se le permite al espí­ritu humano inventar y crear, cuando se le otorga a los individuos un interíés personal en decidir las polí­ticas económicas y beneficiarse de su íéxito —solo entonces podrán las sociedades seguir siendo económicamente activas, dinámicas, progresistas, y libres".


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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...