INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: El engaño de la minerí­a responsable...  (Leído 225 veces)

OCIN

  • Moderador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 97.058
  • Karma: +8/-12
  • Sexo: Masculino
El engaño de la minerí­a responsable...
« en: Febrero 09, 2012, 10:15:45 am »
Por...  Carlos Zorilla


Cuando se trata de venderle al público la idea de que la minerí­a a gran escala no causará mayores impactos ambientales y sociales, los empresarios y funcionarios gubernamentales usan el tíérmino  “minerí­a responsable”. Ese  tíérmino fue una creación de las agencias de publicidad de las grandes empresas mineras para crear la imagen que la minerí­a moderna y a gran escala es “responsable” fiscal, ambiental, y socialmente, y que es muy distinta a la minerí­a de “antaño” y a la pequeña minerí­a en cuanto a sus impactos sociales y ambientales. Parte del paquete publicitario incluye la idea de que todos los problemas de la minerí­a son estrictamente tíécnicos, y que se pueden resolver con tecnologí­a de punta.
 
Millones de dólares se han invertido- y se invierten- (videos, spots televisivos, publicidad impresa, foros, etc.), para vender esa falsa imagen y convencer al público que la gran minerí­a no contaminará las aguas, que tributará “responsablemente”, y que no impactará a las comunidades ni al medio ambiente de forma significativa. En el Ecuador la propaganda publicitaria ha sido recogida y difundida por el presidente Rafael Correa quien ha dicho públicamente y en varias ocasiones, cosas como que “con la minerí­a responsable se puede recuperar el 95% de los impactos” (a), y que “seremos los primeros en oponernos a los proyectos mineros que atenten contra el medio ambiente” (b)
 
Sin embargo, como se argumenta y sustenta a continuación, dadas las condiciones polí­ticas, ambientales y geológicas del paí­s, la minerí­a “responsable” y la recuperación del medio ambiente en las proporciones anunciadas son simplemente imposibles.
 
Lamentablemente, el discurso de la minerí­a responsable ha sido adoptado con todo fervor por funcionarios del gobierno y ciertas ONG, y al hacerlo,  ayudan a las empresas a crear un escenario falso de una actividad económica que, por más moderna o tíécnica que sea, ha sido- y actualmente es- entre las más ambiental y socialmente destructivas  del mundo; y que además es campeona en evitar el pago de impuestos.
 
Por quíé la minerí­a “responsable” no es factible en el Ecuador.
 
Cuando uso el tíérmino minerí­a responsable en el presente documento, me refiero a la minerí­a “menos impactante”, o menos contaminante, ya que despuíés 17 años de investigación en el tema, no he constatado la existencia de una minerí­a responsable.
 
¿Quíé es la minerí­a responsable? Para empezar, acordemos que estamos hablando de la minerí­a a gran escala. A este tipo de minerí­a, en general, es al que el gobierno se refiere cuando habla de minerí­a responsable.  Por otra parte, quienes han participado más activamente en definir lo que es minerí­a responsable son las empresas multinacionales, cuyo único interíés real es explotar minerales de la forma más rentable posible, e incluye crear una falsa imagen de los verdaderos impactos  de la gran minerí­a.  En este trabajo publicitario, los gobiernos han participado con un bajo perfil, y más que todo, haciendo eco de lo que le dicen las empresas. Los más afectados por esta industria, las comunidades, pueblos indí­genas, gobiernos locales, han sido, al igual que las ONG (con pocas excepciones), los grandes ausentes en la construcción de lo que podrí­a algún dí­a llegar ser minerí­a responsable.
 
La minerí­a a gran escala- y de modo especial la minerí­a a cielo abierto- la cual es la que se pretende llevar a cabo en la mayorí­a de yacimientos ecuatorianos es la actividad económica más impactante ambientalmente que existe, y la más contaminante (ver a continuación, el texto: La cara tóxica de la minerí­a). Supone realizar un tajo abierto de cientos de metros de profundidad y kilómetros de diámetro que destruye por completo- y de forma permanente- toda la capa vegetal, de no solo el área de la mina en sí­, si no, de cientos, o miles de hectáreas alrededor utilizadas para botaderos de desechos sólidos, piscinas de relaves y otras instalaciones sin las cuales las minas no pudieran funcionar.  Muchos de estos impactos se registran tambiíén en el caso de la minerí­a subterránea. Al exponer al ambiente metales pesados que están protegidos por el suelo y subsuelo, la acción desencadena procesos de contaminación ambiental que perduran siglos. Al contrario de lo que manifiesta el presidente Correa y las empresas, el ambiente de este tipo de minerí­a jamás se podrá recuperar “en un 95%”, y definitivamente sí­ atenta contra “el medio ambiente”, y los derechos de la naturaleza; y los impactará contundentemente.
 
Definición de minerí­a responsable. Si es que algún dí­a existiera la minerí­a responsable, íésta respetarí­a ciertos principios fundamentales, como el derecho de las comunidades y gobiernos locales de decidir sobre  la minerí­a y cualquier otra actividad que represente un riesgo a su bienestar o su futuro sustentable, y que es parte ineludible del derecho a la consulta, o consentimiento previo. Sin el respeto genuino de este derecho, la minerí­a responsable es una farsa.
 
La consulta no tiene sentido a menos que las decisiones de las comunidades sean vinculantes. Conlleva el derecho de íéstas (una vez adecuadamente informadas y libre de presiones) de escoger la mejor ví­a de desarrollo la cual conserve la armoní­a con el ambiente, proteja su riqueza social y cultural, garantice un medio ambiente equilibrado y libre de contaminación, y que no represente un riesgo de alterar la paz dentro de la comunidad y de sus hogares.
 
Una minerí­a realmente responsable reconocerí­a que, en ciertas situaciones y áreas, la minerí­a no representa el mejor uso del suelo o de emprendimiento económico. Estos sitios deben ser áreas destinadas a otro ríégimen de desarrollo o de protección.  Por ejemplo:
 
-  íreas de bosque nublado y páramos que protegen las cuencas hidrográficas y almacenan agua. Recordemos que la minerí­a metálica contamina el agua con metales pesados y degrada el suelo y los bosques. Estos sitios incluyen áreas ricas en aguas subterráneas, o freáticas.
 
-  Donde exista un  excepcional potencial turí­stico, agropecuario, de producción hidroelíéctrica, o riqueza arqueológica. ¿Quíé sentido tiene destruir el patrimonio cultural milenario, impactar actividades sustentables, o el  agua, la  tierra, y el clima que le dan vida a miles de campesinos, pueblos ancestrales y pescadores y recolectores de mariscos, para sustentar una industria que dura un par de díécadas?
 
- Sitios que albergan especies en peligro de extinción. La minerí­a a gran escala en estos sitios violarí­a los derechos de la Naturaleza.
 
- Donde exista inaceptables riesgos sí­smicos (fallas tectónicas, por ejemplo).
 
- En cualquier lugar donde las condiciones climáticas o hidrológicas, o la composición de la mena (subsuelo mezclado con metales) pueda generar drenaje ácido de minad. El  drenaje ácido de mina introduce metales pesados al ambiente, contamina rí­os, quebradas y aguas subterráneas, y contamina por siglos. Dicha contaminación no se limita a las áreas mineras, tambiíén puede afectar a comunidades, agricultores o pescadores a cientos de kilómetros de distancia de las minas.
 
Una minerí­a responsable con el ambiente reconocerí­a que antes de iniciar actividades tan ambientalmente impactantes, es absolutamente indispensable contar con datos confiables- y de muchos años de estudio y recopilación- sobre la pluviosidad, hidrografí­a  y geologí­a, del área a ser intervenida; datos que el Ecuador simplemente, con muy pocas excepciones, no los tiene.
 
Por último, la minerí­a “responsable” es totalmente incompatible en paí­ses donde existen funcionarios gubernamentales, o instituciones estatales irresponsables o corruptos.  Si es que algún dí­a existiese la minerí­a “responsable” es indispensable que existan instituciones estatales imparciales y objetivas, las cuales activamente velen por los derechos individuales, colectivos y de la naturaleza consagrados en la Constitución, antes de proteger los derechos empresariales. No se puede hablar de minerí­a responsable si la gestión minera está a cargo de funcionarios que aprueban Estudios de Impacto Ambiental y Auditorí­as Ambientales tan malos como los elaborados en el paí­s que, además, flagrantemente violan procesos de consultas, tal como se ha venido haciendo en la actualidad. De igual manera se necesitan Cortes justas, una Asamblea independiente, y una función Ejecutiva equilibrada e imparcial.
 
Es este contexto, es realmente lamentable que el Ejecutivo siga apostando por una actividad económica que es tan incompatible con la  historia, las culturas, y la Naturaleza del paí­s, y que erosione, tal como lo viene haciendo, las instituciones democráticas de la nación.
 
El Ecuador no tiene por quíé verse obligado a escoger el socavón oscuro que representa el desarrollo minero a gran escala. Si fuíéramos un paí­s desíértico (como una buena parte de Chile), con pocos  elementos naturales para utilizarlos sustentablemente, tal vez se podrí­a argumentar que las circunstancias nos obligan a emprender la ví­a del desarrollo minero a gran escala, pero aún en esa situación hay graves problemas ambientales.
 
Pero contamos con tierras productivas, excepcional biodiversidad, riqueza singular de ecosistemas de bosques y páramos,  rí­os limpios,  gran potencial turí­stico, y una riqueza cultural, que nos hace la envidia de muchos.
 
Fuentes: La farsa de la minerí­a responsable
 
a.   http://www.elciudadano.gov.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=29279:con-mineria-responsable-se-puede-recuperar-el-95-de-impacto-ambiental&catid=40:actualidad&Itemid=63
 
b.
http://www.elciudadano.gov.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=6871:presidente-correa-ratifica-que-solo-se-permitira-la-mineria-responsable-en-el-pais-&catid=1:archivo&Itemid=34
 
c. Climáticamente, en el Ecuador se hace imposible la minerí­a responsable- o menos contaminante- por que la alta pluviosidad en las áreas mineras donde se encuentra la mayorí­a de los yacimientos ecuatorianos de cobre, donde llueve entre 3.000 y 4.000 milí­metros por año, en promedio. Hay años que llueve más (años del fenómeno la Niña).  En contraste, las condiciones climáticas de la gran mayorí­a de paí­ses que se extraen minerales como el cobre a cielo abierto, son desíérticas (Chile), o áridas a semi-áridas (Estados Unidos).  En paí­ses albergando condiciones ambientales similares a los del Ecuador: alta pluviosidad, montañoso, bosques tropicales, riesgos sí­smicos, etc., (como el proyecto Ok Tedi en Papúa Nueva Guinea), los impactos ambientales han sido devastadores1.
 
 d. El fenómeno conocido como Drenaje ícido de Mina (DAM) se da cuando la mena de una mina (subsuelo mezclado con minerales comerciales) contiene azufre y metales pesados, y se expone al aire y el agua.  El azufre al disolverse en el agua la vuelve extremadamente ácida (a veces tan ácida como el lí­quido de las baterí­as de vehí­culos). Al acidificarse, el agua disuelve  los metales pesados de los desechos mineros, y les transporta en las redes hidrográficas aledañas. Hasta que la naturaleza  neutralice el azufre, los desechos siguen produciendo drenaje ácido, un proceso que puede durar siglos, o miles de años.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...