Por... Janeth Ochoa
Inversionistas sudamericanos con efectivo en sus manos lideran una ola de compras en el mercado de bienes raíces de una de las ciudades más hispanas de Estados Unidos.
Hace díécadas que muchos latinoamericanos tienen un romance con Miami, pero pocas veces ha sido tan intenso. Al menos eso está mostrando ahora el mercado inmobiliario.
Inversionistas sudamericanos con efectivo en sus manos lideran una ola de compras en el mercado de bienes raíces de una de las ciudades más latinas de Estados Unidos, lo que ayudó a recuperar el sector, que quedó malherido tras la crisis financiera global del 2008-2009.
Atraídos por lo que aseguran son precios baratos y listos para pagar en efectivo, los compradores latinos se han hecho de condominios, apartamentos y viviendas, como parte de su estrategia de inversión o tan sólo para tener un segundo hogar.
Están aprovechando el dinero que les permitió ganar el buen momento de las economías de los países de Amíérica Latina, una región que logró sobrellevar con mucha dignidad la crisis financiera global.
No solo están a la caza de casas. Llegan a la ciudad para lanzarse a los centros de compra y adueñarse de todo tipo de bienes, desde iPads y vestidos de diseñadores hasta carísimas joyas.
Esta oleada ha revitalizado el negocio de las propiedades en Miami, donde los desarrolladores están presentando nuevos proyectos aún cuando el estado de Florida fue uno de los más golpeados por el colapso del mercado inmobiliario. Tambiíén convirtió a la ciudad en uno de los destinos obligados para los inversionistas internacionales.
"Amíérica Latina ha ayudado a revivir nuestro mercado", dijo Jorge Píérez, presidente ejecutivo de Related Group, una de las principales empresas inmobiliarias del sur de Florida.
Los venezolanos lideran este fenómeno. Al igual que muchos latinoamericanos, ellos históricamente se han volcado a las propiedades inmobiliarias en Miami como una inversión segura en momentos de volatilidad política y económica en sus países.
Según la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Miami, los venezolanos fueron los mayores compradores en el 2011 y representaron un 15 % de todas las ventas a clientes extranjeros, seguidos de cerca por brasileños y argentinos.
El año pasado, la venta de viviendas y condominios en Miami aumentó un 46% comparado con el 2010, lo que implicó un ríécord, dijo la asociación.
Los precios de los condominios comenzaron a recuperarse en la segunda mitad de año pasado, mientras que los valores en varios países de Amíérica Latina llevan años subiendo sin parar.
Efecto Chávez
Los venezolanos de mejor posición, con reducidas oportunidades de inversión en casa y preocupados por lo que describen como una ofensiva contra el mercado inmobiliario en su país por parte del presidente Hugo Chávez, se han convertido en codiciados clientes para agentes de bienes raíces y corredores.
"Sacan sus chequeras de inmediato", dijo Harvey Hernández, quien nació en Venezuela y ahora es gerente de Newgard Group, firma que desarrolla BrickellHouse, una de las primeras torres de apartamentos que será construida desde el colapso del mercado.
Más de la mitad de las 374 unidades de BrickellHouse se vendieron y los venezolanos representan un 40 por ciento de los compradores.
La torre, ubicada en el distrito financiero de Miami con vista a Biscayne Bay, comenzará a construirse más adelante en el año.
Los venezolanos tambiíén han ayudado a revivir el mercado inmobiliario en suburbios de Miami como Doral y Weston, hogar de grandes comunidades de compatriotas.
"Es el efecto Chávez", dijo Cleto Puzzi, un venezolano que vendió un apartamento que tenía en España y compró dos en Doral, que ahora alquila. "No se puede invertir en Venezuela ahora", añadió.
La ola de expropiaciones que inició Chávez ha asustado a muchos venezolanos de buena posición.
El año pasado, Chávez aprobó leyes que hacen más difícil a los propietarios desalojar a arrendatarios morosos, algo que atemorizó a dueños de propiedades y enfrió el interíés en una de las pocas opciones de inversión en Venezuela.
Brasileños sofisticados.
Un reciente informe de RelatedISG, un grupo de bienes raíces con sede en Miami, dijo que los precios de los apartamentos y condominios en el centro de Miami eran menores que las propiedades reciíén construidas en varias ciudades sudamericanas como Río de Janeiro, Sao Paulo, Buenos Aires y Bogotá.
Los exorbitantes precios en Brasil tambiíén llevaron a los brasileños a buscar propiedades en Miami.
Impulsados por la reciente apreciación del real, los brasileños tambiíén son ruidosos compradores en los centros de compras, donde el idioma portuguíés ya es parte del ambiente.
Para los brasileños, "todo es tan barato. Ir a cenar, comprar una camisa, comprar un condominio", dijo Jacques Claudio Stivelman, presidente de la empresa Shefaor Development, con sede en Miami y oriundo de Brasil.
Los brasileños con mucho dinero han generado particular interíés en los agentes inmobiliarios de Miami, que dicen que los sudamericanos buscan sofisticadas propiedades frente al ocíéano.
"Los brasileños están comprando en el rango de más de un millón de dólares", explicó Zalewski.
El interíés extranjero no sólo se limita a comprar bienes raíces. Desarrolladores internacionales tambiíén están involucrados en más de 20 proyectos de edificios, muchos de los cuales podrían ser ofrecidos a inversores en todo el mundo.
En efectivo
El interíés de los latinoamericanos ha llevado a los desarrolladores de bienes raíces, muchos de los cuales sufrieron píérdidas durante la crisis inmobiliaria de Estados Unidos, a adoptar nuevos modelos de financiamiento y ventas.
Antes de que estallara la burbuja, los desarrolladores de condominios y bienes raíces y compradores propiedades de Miami dependían en gran medida del financiamiento de los bancos.
Pero a medida que se desarrollaba la crisis, los empresarios comenzaron a ver cómo los clientes abandonaban sus depósitos y cómo los bancos, preocupados por los decrecientes precios de las casas, cerraban el acceso al críédito.
Pronto, torres vacías abundaban en el horizonte de Miami.
Debido a que los latinoamericanos y otros compradores no estadounidenses representan ahora una mayoría de las ventas de bienes raíces en Miami, los desarrolladores hanadoptado una opción de financiamiento más orientada al pago en efectivo, preferida por los compradores internacionales.
El sistema "pay as you go" (pague mientras la construcción avanza) significa que los compradores financian a medida que se cumplen ciertas etapas de la construcción.
Es ampliamente utilizado en Amíérica Latina y requiere que los compradores paguen hasta un 80 por ciento del precio final de la propiedad antes de que estíé terminada.
"No creo que sea una postura a largo plazo, es una reacción a la forma actual del mercado", dijo Píérez.
Iván Períéz, un abogado de 40 años en Caracas, compró recientemente dos apartamentos en BrickellHouse por 250,000 y 400,000 dólares.
"Miami es como mi segundo hogar", dijo. La inestabilidad política de Venezuela fue uno de los principales factores para tomar la decisión, agregó.
Algunos empresarios de bienes raíces que trabajan frecuentemente con venezolanos esperan que su interíés en el mercado inmobiliario de Miami siga siendo fuerte, especialmente si Chávez gana la elección presidencial más adelante este año.
Eli Santurio, gerente de ventas de Keyes Realtor, dijo que muchos empresarios de su sector se están sumando a los venezolanos a la hora de seguir de cerca la campaña para la votación de octubre.
"Eso es sobre lo que todos están hablando", afirmó. "Si Chávez gana, entonces las ventas podrían aumentar mucho", agregó.