Los inversores están preocupados porque el papel de China como el motor de crecimiento del mundo desde hace una díécada puede haber acabado, junto con una demanda sin precedentes de las materias primas y una fuerza laboral 'ultrabarata' para las empresas industriales.
Las bolsas bajaron ayer en parte por estos temores, al igual que materias primas como el cobre y los valores cíclicos. Esta reacción fue provocada por la rebaja del objetivo de PIB de China para este año hasta el 7,5%, lo que supondría el menor crecimiento en ocho años. Y hay que compararlo con una tasa media del 11% en la última díécada.
Ahora bien, otra interpretación sostiene que China ha tomado esta medida por motivos políticos, en un año tan significativo como 2012 para el ríégimen. La idea sería parecida a la de Apple con sus previsiones: dar una estimación muy baja para luego batirla con facilidad.
"La edad de oro de la inversión en infraestructuras ha quedado atrás", según Dong Tao, el economista jefe para Asia de Credit Suisse. "La edad de oro de la burbuja inmobiliaria tambiíén ha quedado atrás", junto al boom de las exportaciones y el viento de cola de los estímulos políticos, a su juicio.
¿Fin a la expansión?
Por ello, la reacción bajista no se dio solo en los índices de la bolsa china, sino tambiíén en los ETF de materias primas y de petróleo, que se han disparado en los últimos años gracias a la demanda del gigante asiático.
"La explosión constructora en China era, y es, insostenible, y parece haber chocado con un muro", según Steve Cortíés, de Veracruz LLC. "La gota que ha colmado el vaso de la espectacular expansión china es la ralentización europea, ya que el país todavía es peligrosamente dependiente de las exportaciones", añade.
China consume una sorprendente cantidad de las materias primas mundiales: representa el 62% de la cuota de mercado global de mineral de hierro y el 59% del mercado se semillas de soja, según Credit Suisse. Compra el 29% del cobre global, casi el 30% de los contenedores de carga y el 11% del petróleo.
Y, al mismo tiempo, ya que el gasto en su propia construcción económica ha tocado techo, su papel como la fábrica del mundo es cada vez más difícil de cumplir. "La competitividad de China se ha debilitado por la subida de los salarios entre los trabajadores inmigrantes y una continua apreciación del yuan", según Tao.
Los valores de tecnología tambiíén sufrieron ayer por los temores a que sus costes de fabricación suban. Apple, que fabrica allí sus iPhones y sus iPads, sufrió ayer uno de los peores días del año con una caída del 2,2%.