La amenaza de huelga de los conductores de camiones cisterna en el Reino Unido ha provocado un pánico de compra de carburante por parte de los automovilistas, que anoche acudieron masivamente a las estaciones de servicio, donde se registraba escasez de combustible.
El primer ministro británico, David Cameron, reunió el miíércoles a sus principales ministros para considerar los planes de contingencia necesarios en caso de que prospere la medida de fuerza, que puede concretarse durante Semana Santa.
Muchos automovilistas han llenado ya sus depósitos, así como bidones con carburante, despuíés de que el secretario de Transporte, Francis Maude, recomendara el miíércoles a la población que tomase estas medidas, informan hoy los medios británicos.
Esta recomendación fue criticada por las organizaciones del sector del motor, como la empresa de ayuda al automovilista AA, pues consideran que ha provocado un pánico de compra.
Según la Federación de la Industria Minorista del Motor, las ventas de gasolina aumentaron esta semana un 45 por ciento, mientras que en el caso del diesel el incremento fue del 20 por ciento.
De acuerdo con los medios británicos, las gasolineras de las ciudades inglesas de Balckpool, Birmingham y Manchester empezaron a notar el miíércoles la escasez de carburante, mientras que se registraron aglomeraciones en Liverpool, Bedford, Guilford y Dorset.
El Gobierno ha analizado cómo hacer llegar gasolina para el funcionamiento de los servicios básicos y se contempla tambiíén la posibilidad de utilizar a conductores del Ejíército, según fuentes oficiales.
El diario “The Times†señala hoy que el Gobierno ha acumulado reservas de carburante en los últimos meses por la inquietud existente ante la posibilidad de que Irán pudiera bloquear en algún momento el estrecho de Ormuz, una ruta vital de los buques que suministran petróleo.
El debate sobre esta huelga se produce ante el temor de que coincida con las vacaciones de Semana Santa, cuando muchas familias británicas se desplazan por carretera.
Los trabajadores de cinco de las siete compañías distribuidoras de carburante en el Reino Unido votaron el lunes a favor de hacer una huelga en Semana Santa en protesta por sus condiciones laborales y de seguridad, si bien los sindicatos no la han convocado aún.
La posible huelga coincidiría con un momento de precios ríécord del combustible en el Reino Unido, donde un litro de gasolina sin plomo cuesta unas 1.40 libras (1.66 euros).
En el año 2000, una protesta contra los altos precios del carburante provocó un gran caos en el Reino Unido, donde hay alrededor de 7,900 gasolineras.
