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El Departamento de Seguridad Interior (DSI) de Estados Unidos gastó 430 millones de dólares para proveer a su personal con aparatos de radio, de los cuales la mayoría de empleados desconocen el funcionamiento.
La institución policial federal fue creada por el gobierno norteamericano como una de las respuestas estatales profilácticas luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York, Virginia y Washington D.C.
En aquella ocasión expertos en seguridad nacional criticaron a la administración de George W. Bush por el fomento de un exceso de burocracia cuando ya existían organismos como la Agencia Central de Inteligencia y el Buró Federal de Investigaciones, entre otras unidades.
El DSI usó 430 millones en los pasados nueve años para el programa de comunicaciones que aportaría un canal seguro de interacción a 123 mil funcionarios en 45 estados, asegura el informe del medio digital Nextgov.com.
Sin embargo, solo uno de los 479 empleados entrevistados por auditores gubernamentales supo explicar ampliamente cómo funciona el sistema. El 72 por ciento desconocía incluso que el canal existe y un 25 por ciento nunca logró sintonía. Los investigadores hallaron además que el 80 por ciento de los aparatos activados tenían múltiples inexactitudes en la configuración predeterminada o estaban programados en frecuencias ignoradas por gran parte de los agentes.
La semana anterior trascendió que el Pentágono dilapidó capitales millonarios para estudiar la textura epidíérmica de un ave prehistórica, entre otros proyectos inauditos sin relación alguna con la seguridad nacional de Estados Unidos.
Una investigación del senador Tom Coburn, republicano de Oklahoma, reveló que el abultado presupuesto del Departamento de Defensa incluye pesquisas arqueológicas sobre el color de las plumas del archaeopteryx, criatura que vivió hace 150 millones de años.
Los ciudadanos estadounidenses deben saber que esta institución está gastando buena parte de los 600 mil millones de dólares entregados por Washington en misiones increíbles, que además ya son programas de otras agencias, subrayó el legislador.
Según el informe, expertos informáticos en Arlington, Virginia, utilizaron además cientos de miles de dólares en desarrollar una aplicación digital para móviles, llamada Caffeine Zone 2, que asesora a soldados o civiles en cómo programar horarios de descanso.