Casi dos años despuíés de solicitar el rescate económico en el mes de abril de 2011, Portugal ha regresado a los mercados de deuda de largo plazo sin el amparo de la troika, (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internaciona y Comisión Europea) en un intento de recuperar parte de su soberanía financiera y de su autoestima económica. Y con acierto.
Las emisiones de Obligaciones del Tesoro a cinco años, en un principio, iban a ser por valor de 2.000 millones de euros. Pero, dada la demanda (casi 12.000 millones de euros, la inmensa mayoría de inversores extranjeros), el Gobierno decidió incrementar el montante ofrecido y llegar a los 2.500 millones de euros. El interíés de las obligaciones ha quedado, tal y como estaba previsto, por debajo del 5%, exactamente en el 4,8%, lo que el Gobierno portuguíés considera un íéxito.
La fecha ha sido calificada de histórica por políticos portugueses especialistas mediáticos y economistas. Desde hacía casi dos años Portugal se financiaba gracias a las remesas del macropríéstamos de 78.000 millones de euros de la troika y de bonos pequeños emitidos a corto plazo. En un principio, el Gobierno tenía previsto acudir a los mercados de deuda a largo plazo en septiembre pero varios factores han adelantado el proceso e impulsado al Ejecutivo luso a adelantar un paso definitivo.
El primero de ellos es la favorable coyuntura de los mercados internacionales, con los intereses del mercado secundario de deuda de varios países a la baja desde hace semanas. En segundo lugar, la petición ayer por parte del ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, al Eurogrupo, de más tiempo a fin de devolver más tarde los vencimientos del macropríéstamo de la troika, lo que relajará la tenaza que estrangula la economía portuguesa. Tambiíén ha influido la exitosa emisión de deuda que llevó a cabo España ayer con títulos a diez años.
Para algunos especialistas, el adelanto a la cita con los mercados es un íéxito indudable de Portugal y su intento de reganar confianza internacional y separarse definitivamente del destino griego y su estela caótica. Para otros, es una simple prueba que necesitará más datos para reafirmarse. Sea como fuera, sus efectos no se verán en la calle. La austeridad y los recortes ahogan la economía portuguesa, que el año pasado reculó un 3% y este año lo hará un 1,5%. El paro escala hasta el 16% y el Gobierno, además, tiene previsto ahorrar 4.000 millones de euros más en gastos del Estado.
Pero, con todo, es una de las pocas buenas noticias de la economía lusa en los últimos dos años. Como escribió el director del Jornal de Negócios, Pedro Santos Guerreiro: “Esto no es todo. Pero se habría acabado todo si no hubiíéramos llegado a estoâ€.