Los inversores cortos o bajistas, aquellos que toman posiciones en las compañías cotizadas a la espera de que sus acciones caigan, no dan su brazo a torcer. A pesar del tono alcista que ha acompañado a la bolsa española en las últimas semanas -o precisamente por ello-, han ampliado su perímetro de actuación. Según los datos facilitados ayer por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), entre el 22 de febrero y el 8 de marzo incrementaron su presencia para llegar ya a 42 compañías, cinco más que antes.
En concreto, los cortos han alargado su sombra en 23 compañías. En siete casos o han vuelto tras una temporada sin fijar su punto de mira en ellas o directamente se han estrenado. Es lo que ocurre en la inmobiliaria Realia, donde han entrado por primera vez con un 0,20% del capital. En cuanto a los retornos, los más sonados son los de Abertis, donde no estaban desde 2010 y han regresado con un 0,32%; Enagás, que se había librado de los bajistas en mayo de 2012 y que ahora ve que tienen un 0,3%; y CAF, valor que no miraban desde 2011 y al que han vuelto con un 0,20%. Tambiíén han regresado sobre sus pasos en Deloleo (0,33%), Gamesa (0,30%) y Tubacex (0,20%).
Con las garras afiladas
Al mismo tiempo, los cortos están más fuertes que nunca en ocho empresas. Sobresalen los casos de BME -donde han crecido del 4,33 al 5,18% en las dos últimas semanas-, Acerinox -del 4,92 al 5,12%- y Bankia -del 1,29 al 1,62%-. En Almirall y CaixaBank los datos tampoco tienen precedentes: en la empresa de laboratorios farmacíéuticos pasan del 0,62 al 0,77% y en la entidad financiera, del 0,53 al 0,57%. Completan la lista la mencionada Realia, ya que antes nunca había acogido posiciones bajistas, La Seda (0,42%) y Zardoya (0,89%), aunque en estos dos casos permanecen en máximos por mantenimiento de las estrategias, ya que en la última quincena no han crecido las posiciones cortas.
Destaca tambiíén el incremento en Indra, puesto que los bajistas acaparan ya más del 10% de su capital (10,31%), un umbral que no se superaba desde julio de 2012. La huella de los cortos es igualmente creciente en Pescanova, puesto que han aumentado su presencia del 0,24 al 0,77% en plena marejada corporativa y financiera de la compañía de alimentación, y en Popular, donde han crecido del 0,39 al 0,90%, aunque aún se encuentran muy lejos del 6,8% al que llegaron en junio de 2012.
Tambiíén hay treguas
Aunque los aumentos se han impuesto en las dos últimas semanas, tambiíén ha habido valores en los que los bajistas han reducido su presencia. En dos casos, Santander y Jazztel, se han desvanecido por completo, desde el 0,24% y el 0,4% anterior, respectivamente. Además, han bajado en Red Elíéctrica -del 0,77 al 0,43%-, en Sacyr -del 1,60 al 1,14%- y en Tíécnicas Reunidas -del 1,35 al 0,71%-.
Invertir a la baja o ponerse corto en bolsa constituye una estrategia mediante la que tambiíén se puede operar en los parquíés. Su particularidad reside en que genera beneficios cuando las acciones caen –consiste en recomprar más barato las acciones vendidas antes a un precio mayor-. Se diferencian así de las inversiones o posiciones alcistas o largas, en las que las ganancias se producen cuando el precio del título sube –vender a un precio superior al de compra-.
Para activar esta operativa, los inversores bajistas toman prestadas las acciones de la empresa en la que quieren ponerse cortos. Cuando las reciben, las venden en el mercado y, si su intuición se ve confirmada y pierden valor, las recompran luego a un precio inferior. Consiguen como ganancia la diferencia entre el precio de la venta –por ejemplo, 10 euros- y el de la recompra -por ejemplo, 8 euros-, menos el interíés que debe abonar por el príéstamo inicial de los títulos –un porcentaje que, por ejemplo, podría ser equivalente a 1 euro-. Por el camino asumen el riesgo de que su corazonada no se vea cumplida. Si, en vez de bajar, las acciones suben, los bajistas sufrirán las píérdidas derivadas de recomprar los títulos más caros y de abonar los intereses del príéstamo.
La CNMV prohibió las posiciones cortas sobre las acciones y los índices españoles entre el 23 de julio de 2012 y el 31 de enero de 2013. El regulador levantó el veto el 1 de febrero y los datos ofrecidos ayer representan la tercera oleada desde que los bajistas pueden volver a incrementar sus inversiones sobre las compañías españolas.