La pretensión del Gobierno de que sea la banca quien corra con el coste de dar liquidez a los afectados por las preferentes de las entidades nacionalizadas va a descargar el grueso de la factura en los cinco mayores bancos del país. Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Popular correrán con unos 1.200 de la horquilla de entre 1.500 y 2.000 millones que Economía prevíé recaudar por esta vía, según fuentes del sector financiero.
El reparto entre las distintas firmas viene fijado en función de la cuantía de depósitos que acumula cada entidad, lo que arrojaría una recaudación de unos 2.000 millones, que se limitaría a unos 1.500 millones una vez aplicadas ciertas deducciones. En concreto, el real decreto ley del pasado 23 de marzo establece “una contribución especial†al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) del tres por mil de los depósitos computables (se excluyen algunos como los de administraciones públicas).
Esta derrama extraordinaria se llevaría a cabo en dos tramos. Uno inicial, en el que las entidades aportarían el 40% del montante requerido “a satisfacer en un plazo de 20 días hábiles a partir del 31 de diciembre de 2013â€. El 60% restante deberá ser abonado en un plazo máximo de siete años desde el 1 de enero de 2014, aunque se registrará como patrimonio del FGD_desde el momento en que se liquide el primer tramo.
Ahora bien, el Gobierno incluye una serie de deducciones aplicables exclusivamente sobre el primer tramo de la derrama, ese 40% inicial de la aportación de cada firma. En primer lugar, el decreto exime del pago a las entidades menores, aquellas que no excedan los 5.000 millones en depósitos. Por otra parte, el Ejecutivo ha introducido una deducción especial para aquellas firmas que accedieron a invertir en el capital de la sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb), lo que se ha interpretado como un claro castigo a BBVA, la única de las grandes firmas financieras que rehusó participar en el banco malo.
La fórmula consiste en que las entidades podrán deducirse en la derrama hasta un 30% de lo que aportaran a Sareb, tanto en acciones como en deuda subordinada. Por poner un ejemplo, Banco Santander, que ha aportado 207,40 millones de euros en capital puro y 598,20 millones en deuda subordinada, podría llegar a deducirse hasta un 30% de esos 805,60 millones. Es decir, se ahorraría hasta 241,68 millones de lo que le toque abonar en ese primer tramo del 40%_de la derrama. La deducción, sin embargo, está limitada al 90% de la aportación que le corresponda a cada uno, con lo que es posible que no pueda llegar a ahorrarse los 241 millones íntegros.
Así, CaixaBank podría optar a deducirse hasta 174,36 millones en el pago del primer tramo de la derrama por su participación en Sareb;_Sabadell, hasta 96,39 millones y Popular, un máximo de 82,89 millones. Siempre y cuando, eso sí, estas cifras no superen el 90% de la factura que les corresponda.
De hecho, fuentes del sector apuntan a que Popular podrá deducirse solo unos 67 millones, haciendo frente a un pago de ocho millones en el primer tramo y aportando 101 millones en el segundo. Sabadell, por su parte, haría un pago inicial de unos ocho millones, una vez aplicado el descuento por Sareb, y abonaría unos 112 millones despuíés. Los analistas de Credit Suisse, a su vez, recogen en un informe que las cinco grandes entidades costearían 1.240 millones de la derrama, aportando 335 millones Santander (tras deducirse 194 millones) y 290 CaixaBank (tras ahorrar 140 millones).
Distinto es el caso de BBVA que tendrá que hacer frente al pago íntegro de la derrama que le corresponda. Teniendo en cuenta que la firma atesora unos 101.000 millones en depósitos computables para el FGD, el tres por mil de la aportación extraordinaria ascendería a un total de 302 millones de euros brutos (121 inicialmente y 181 más despuíés).
Aunque el coste del primer tramo promete ser muy superior al que tenga que hacer frente el resto, lo cierto es que en el cómputo global la aportación de BBVA no se dispararía mucho e incluso podría ser inferior a la factura total de alguno de sus competidores. En todo caso, la decisión de Francisco González de no entrar en Sareb podría arrojar un ahorro mayor que el que ofrecen las deducciones.
Botín rechaza la solución del Gobierno a las preferentes
La solución ideada por el Gobierno para dar salida a los clientes entrampados con las preferentes de las entidades nacionalizadas no gusta al primer banquero de España. El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, se mostró ayer contrario a que sean las entidades, a travíés del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) quiíénes den liquidez a los tenedores de preferentes de Novagalicia Banco y Catalunya Banc.
“Cada uno debe pagar lo suyo. El Santander ha solucionado el tema de sus preferentes perfectamenteâ€, argumentó en la presentación de la Memoria 2012 de la Fundación Botín. “El que no lo haya solucionado, que lo hagaâ€, apostilló.
El plan del Ejecutivo, por el contrario, requiere que las entidades financieras realicen una derrama extra al FGD, que tradicionalmente les corresponde alimentar para garantizar los depósitos de hasta 100.000 euros. Esta se situaría en el tres por mil de los depósitos, con lo que Economía espera recaudar entre 1.500 y 2.000 millones de euros, que fundamentalmente aportarán los grandes bancos españoles.
Botín quiso marcar distancias entre el papel que han jugado los bancos frente a las cajas en la economía española. Según el presidente de Santander, “los bancos españoles lo han hecho muy bienâ€, mientras que las cajas han cometido terribles errores. “Ningún banco español ha necesitado ayudasâ€, adujo, sosteniendo que aun así las entidades están pagado una crisis que no han provocado. Botín, eso sí, matizó que entre las cajas “existe alguna excepciónâ€.
Finalmente, cuestionado por la situación de Chipre y la tasa aplicada a los depositantes del país para hacer frente al rescate del mismo, Botín aseguró que la situación del menor de los Estados europeos “nada tiene que ver†con la de España. “Chipre es un paraíso fiscalâ€, remachó el presidente de Banco Santander rechazando cualquier posibilidad de que la fórmula pueda replicarse en España.
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