El dinero fresco con el que el Banco de Japón está regando los mercados ha dejado un terreno propicio para el Tesoro Público. Parte de sus inyecciones de liquidez ha tenido como destino la deuda española, con la consecuencia de que los rendimientos han caído hasta los niveles más bajos desde 2010. O lo que es lo mismo, el organismo emisor encarará las dos subastas de esta semana en el entorno más propicio –tanto por liquidez como por las rentabilidades- de los últimos tiempos.
El Tesoro, cuya última operación se remonta al pasado 4 de abril, retomará la actividad mañana con una colocación de letras a 6 y 12 meses. Hace un mes, estos títulos se colocaron con un rendimiento medio del 0,79 y el 1,36%, respectivamente.
Dos días despuíés, el 18 de abril, el organismo subastará deuda a medio y largo plazo. Más en concreto, bonos con vencimiento en julio de 2016 y en enero de 2018 y obligaciones con vencimiento en enero de 2023. Hace dos semanas, los bonos a tres años se emitieron a un rendimiento medio del 3,019%. El pasado viernes, y tras la última oleada de compras, el interíés de los títulos en el mercado secundario estaba en el 2,89%.
La misma evolución han registrado las otras dos referencias que el Tesoro adjudicará el jueves. Los bonos a 2018, subastados el 21 de marzo con un rendimiento medio del 3,55%, cerraron el viernes en el 3,37%; y las obligaciones con vencimiento en 2023, lanzados tambiíén hace un mes al 4,898%, terminaron la semana en el 4,68%.
Las compras de deuda imperantes en las últimas semanas tambiíén han dejado su huella en la prima de riesgo, que mide el interíés adicional que el mercado pide a los bonos españoles a 10 años con respecto a los alemanes con igual vencimiento. Si en vísperas de la anterior subasta esa brecha se encontraba en los 362 puntos básicos, el pasado viernes se redujo hasta los 344.
En lo que va de año, el Tesoro ha captado ya cerca de 80.000 millones de euros en el conjunto de las subastas y las colocaciones sindicadas y especiales que ha realizado. Esa cifra equivale a prácticamente el 35% del objetivo máximo de financiación bruta previsto para todo 2013, que asciende a 230.000 millones de euros
