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Autor Tema: El 70% de la banca europea está díébil para dar críédito, segíºn el FMI  (Leído 76 veces)

Eguzki

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La banca carece de musculatura suficiente para conceder el volumen de críédito a empresas y familias que se necesita para impulsar la recuperación. í‰ste, y no ya la falta de una demanda solvente, o la falta de liquidez, es el principal problema por el cual a la economí­a le falta el riego sanguí­neo. El Fondo Monetario Internacional (FMI), que lleva un par de años viendo cómo sus previsiones económicas se estrellan contra una presunta recuperación que no acaba de consolidarse, destacó este miíércoles que el 40% de los activos bancarios “no son lo bastante fuertes para dar críédito en apoyo de la recuperación”. Y el panorama es mucho peor en la zona euro, donde, esta proporción de banca díébil se eleva a un alarmante 70%.

Seis años despuíés del estallido de la crisis financiera y con más de 600.000 millones de euros inyectados para rescata al sector solo en la eurozona, este es el diagnóstico que hace el FMI tras haber analizado a 300 grandes bancos de las economí­as avanzadas. “Las entidades son más seguras, pero no tienen músculo financiero suficiente para apoyar la reactivación”, explicó el responsable del área financiera del FMI, el español Josíé Viñals, tras presentar el último informe de estabilidad financiera. “Es como un paciente al que el míédico le dice que ya no está enfermo, pero este es un atleta y tiene que correr una maratón y, para eso, aún no está recuperado del todo”, ejemplificó Viñals, ex vicegobernador del Banco de España.

El sector ha afrontado en todo el mundo un duro proceso de ajuste de sus balances y saneamiento de activos, tras el estallido de una burbuja económica fenomenal que cargó sus carteras de críéditos morosos. Pero el problema está ahora en su propio negocio: “La baja rentabilidad genera preocupación sobre la capacidad de algunos bancos de crear y mantener los colchones de capital y responder a la demanda de críédito”, apunta el informe del Fondo.

Otras instituciones han advertido antes que el FMI que los bancos, pese a las imponentes cifras de sus cuentas de resultados cuando se las compara con otras industrias, están ganado menos que antes, sobre todo en tíérminos relativos. La Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglíés) informó este verano de que casi un 40% del sector tení­a una rentabilidad sobre los recursos propios (la ratio ROE, en la jerga financiera) inferior al 4%, con los datos de 2013, un nivel que se consideraba demasiado bajo para captar capital con facilidad en los mercados.

España forma parte del problema. La patronal del sector ha reconocido tambiíén que el 75% del margen de intermediación de las entidades, que es la principal partida de las cuentas de los bancos, procede del negocio en el exterior, es decir, de las filiales extranjeras de los grandes grupos, mientras que los que operan solo en el mercado domíéstico tiene unas perspectivas futuras de rentabilidad complicadas.

Viñals destacó las mejoras que ha experimentado la banca española tras años de reestructuración, aunque recordó que este sector aún debe “lidiar con los príéstamos dudosos y con una deuda empresarial que se le debe dar una ví­a de reestructuración”. “Hay que seguir progresando y esperar a las pruebas de resistencia para ver quíé dicen de la banca española”, señaló. Los nuevos requisitos de capital tampoco facilitan la tarea.

El Fondo pide a la banca, especialmente la europea, que tras la reestructuración, ahora le toca revisar su modelo de negocio. Viñals llamó, por ejemplo, a “dejar actividades que ahora son rentables por los bajos costes de financiación, como la inversión en deuda pública, y reubicar esos recursos para otras actividades”. Viñals apuntó, incluso, que no habrí­a problema en reclamar unos intereses más altos con tal de dar críédito. “Cobrar más intereses puede estar bien en un contexto de recuperación”.

Todo, con tal de que el críédito vuelva a fluir. Y es que los rí­os de dinero creado por unos estí­mulos de bancos centrales sin precedentes esquivan las fábricas. El FMI tambiíén enciende las alarmas por los peligros que genera el hambre inversora, ya que, mientras muchos activos de riesgo viven momentos dulces de cotización, la inversión productiva sigue sin recuperarse.

El resultado es que el mundo financiero y la economí­a real parecen instalados en mundos paralelos. La volatilidad, por ejemplo, se encuentra en niveles históricamente bajos. Y “lo que es inusual en estos casos es su sincroní­a: se ha producido en todos los activos y en todos los paí­ses de un modo sin precedentes”, añade el Fondo.

El paciente del que hablaba Viñals puede empeorar de pronto y, no solo no estar aún preparado para maratones, sino por no poder hacer su vida normal. El Fondo ha hecho un ejercicio para concretar estos peligros potenciales y ha calculado el impacto que tendrí­a un ajuste rápido del mercado, con un aumento de las primas de riesgo (que es el diferencial de interíés que se pagan respecto a los valores de referencia, como los bonos alemanes a 10 años, cuando se comparan tí­tulos de deuda pública) de 100 puntos básicos (un punto porcentual). Con, además, un aumento de la prima de riesgo crediticio de otros 100 puntos básicos, el valor de mercados de las carteras mundiales de bonos podrí­a caer más de un 8%. Con semejantes píérdidas, se “podrí­an desencadenar importantes perturbaciones en los mercados mundiales”. Y el atleta tendrí­a que volver al reposo