Por... Javier Pastor
Ni se ha estrenado y aparentemente ya tenemos a la primera estrella de la nueva entrega de Star Wars. Y no es un personaje humano, no. El robot BB-8 que descubrimos en el primer tráiler de la película llamaba la atención en esas escenas, y la expectación generada acabó convirtiíéndose en un proyecto real: el juguete fabricado por Sphero y comercializado por Disney como parte de la campaña de merchandising previa al estreno de la película.
El juguete se ha convertido en objeto de deseo para los seguidores de la saga, pero la comunidad maker ha demostrado su capacidad con la construcción de un robot que precisamente imita el aspecto y el movimiento del BB-8. El responsable del proyecto ha explicado de principio a fin cómo ha logrado producir este robot para que cualquiera pueda construirse su BB-8, pero no se conforma: ya trabaja en una segunda versión.
Tú tambiíén puedes construir tu propio BB-8
James Burton es un ingeniero británico que ya tiene mucha experiencia con proyectos de robótica en los que la impresión 3D está muy implicada. Ahora vuelve a compartir su nuevo logro y además lo hace de una forma didáctica: cualquiera que se vea el vídeo podrá aprender rápidamente varios conceptos clave del campo de la impresión 3D, la ingeniería elíéctrica e incluso la programación de microcontroladores, pero sobre todo este proyecto evitará que otros cometan los errores que Burton confiesa haber cometido.
Uno de los obstáculos más difíciles a superar fue lógicamente la semiesfera que constituye la cabeza del BB-8 y que es la que proporciona el movimiento. El robot interior aprovechaba unas omniruedas para su movimiento controladas por un Arduino Mini Pro. Todo ello iba encapsulado en una bola de plexigás que se apoyaba sobre la bola de poliestireno para el cuerpo.
Para mantener esa cabeza en su sitio aprovechó un chip Sparkfun LSM9DS0, un acelerómetro/giroscopio/magnetómetro de nueve ejes que monitoriza la posición de la cabeza en cada momento para mantenerla sobre el cuerpo. El resultado puede no ser tan veloz como el BB-8 de la película, pero parece solo cuestión de tiempo que ese movimiento sea aún más rápido y preciso. Y (casi) cualquiera puede hacerlo, sin tener que pasar por la caja de Disney, y aprendiendo y divirtiíéndose por el camino.