El presidente Barack Obama anunció ayer que su gobierno creará o salvará 600,000 empleos en los próximos 100 días, en un intento de acelerar una recuperación económica que no avanza todo lo rápido que íél quisiera.
El presidente, que se reunió con su equipo económico para analizar la crisis, recordó que el ritmo de destrucción de empleos se ha ralentizado, pero aún es alto “y un recordatorio de que Estados Unidos sigue sumido en una recesión muy profunda".
El Departamento de Trabajo informó el viernes que se perdieron 345,000 plazas en mayo, por debajo de las previsiones y la cifra más baja desde septiembre, pero la tasa de desempleo es de 9.4%, la más alta en 25 años.
Estados Unidos ha perdido seis millones de puestos de trabajo desde el arranque de la peor recesión en varias díécadas, en diciembre de 2007.
“Fue menos de lo esperado, pero todavía muy altoâ€, dijo ayer Obama y alertó que el país necesitará una cantidad “considerable†de tiempo para salir de la actual recesión.
El presidente estadounidense subrayó que su mayor preocupación es que la destrucción de puestos de trabajo alimente un círculo vicioso que cause una caída adicional del consumo y, por tanto, más desempleo.
“La gente pierde el trabajo, reducen los gastos, eso implica que los negocios no tienen clientes y de repente empiezas a ver más despidosâ€, indicó Obama.
Para impedir que eso ocurra, su administración impulsará 10 grandes proyectos financiados el paquete de estímulo.
Entre las medidas inmediatas está la concesión de servicios en centros de salud, el trabajo en 107 parques nacionales, mejoras en 98 aeropuertos, autopistas e instalaciones míédicas de veteranos de guerra.
El gobierno planea crear 125,000 puestos temporales en verano para los jóvenes y poner en marcha 200 centros de tratamientos de agua y residuos en localidades rurales.
La Casa Blanca prevíé que esas y otras medidas ayuden a crear o salvar 600,000 puestos durante los próximos cien días, cuatro veces más que lo que se logró en los primeros 100 días de Obama en el Gobierno.
El presidente insistió, por lo demás, en que el principal síntoma de la recuperación no será el repunte de los mercados bursátiles o la estabilidad en los mercados crediticios, sino la mejora en el nivel de vida de los estadounidenses.
