El riesgo de que una compañía española no atienda a sus pagos es equiparable al de una empresa griega. La aseguradora de críédito francesa Coface así lo anunció ayer en la presentación de la calificación riesgo país correspondientes al primer trimestre de 2010.
Este indicador mide el riesgo medio de las empresas de un Estado en el marco de sus transacciones comerciales a corto plazo, y en el mes marzo situaron a España en una calificación A3, con perspectiva negativa.
El nivel de impagos y quiebras del tejido empresarial nacional se encuentra en estos niveles desde marzo de 2009. En enero de aquel mismo año la situación era de A2 con perspectiva negativa. No obstante, desde la aseguradora gala dieron un dato para el optimismo: despuíés de que el número de impagos y quiebras alcanzara su pico más alto en junio de 2009, esta ratio ha vuelto a niveles del primer trimestre de 2007.
La calificación A3 considera la probabilidad media de impago de las empresas en un “nivel aceptableâ€, pero que puede sufrir algún cambio como consecuencia del entorno económico y político del país que es “globalmente favorable, pero volátilâ€. Y, en este sentido, el economista jefe de Coface, Yves Zlotowski, quiso dejar bien claro ayer en Barcelona que “España no es Greciaâ€. Zlotowski tambiíén comentó, en el transcurso de la presentación de su guía anual sobre riesgo país, que España, que cerrará 2010 con un crecimiento negativo del 0,7%, tiene un entorno de negocios más favorable que el del país heleno.
A partir de esta apreciación, el director general adjunto de Coface en España, Marcelino Moneo, exigió al Gobierno medidas concretas para restablecer el equilibrio de la economía. El Ejecutivo señaló el recorte del gasto público como un terreno en el que aún hay mucha tijera que aplicar. “Algunos ministerios no son prioritarios y otros se podrían convertir en direcciones generalesâ€, opinó. En el punto de mira se encuentran el Ministerio de Igualdad y el de Cultura.
Moneo tambiíén instó al Ejecutivo de Josíé Luis Rodríguez Zapatero a simplificar los trámites burocráticos que frenan la creación de empresas. A juicio de la aseguradora, España debe intentar que las nuevas compañías que se creen entre sus fronteras se dirijan hacia tres ámbitos de actuación: sectores más intensivos en capital, como el eólico o el aeronáutico; actividades en función de la demografía del país, como el deporte, el ocio y la cultura; y el impulso a la internacionalización.
“Monoespecializaciónâ€
Zlotowski defendió ayer que uno de los principales problemas del tejido empresarial español es su escasa propensión a vender en el mercado exterior. El economista jefe de Coface tambiíén atribuyó la calificación española al excesivo volumen de deuda que han contraído las compañías para financiar su crecimiento gracias a los bajos tipos de interíés que les ofrecían.
Utilizar este recurso en vez de acudir a ampliaciones de capital y la “monoespecialización†en el sector inmobiliario son otros de los factores que se apuntaron ayer en Barcelona. “Las empresas españolas están menos diversificadas que las griegasâ€, aseveró Zlotowski.