INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Por quíé EE UU puede poner en problemas al mundo  (Leído 208 veces)

Zorro

  • Administrador
  • Excelente participación
  • *****
  • Mensajes: 87.745
  • Karma: +35/-39
  • Sexo: Masculino
Por quíé EE UU puede poner en problemas al mundo
« en: Junio 18, 2011, 08:49:27 am »
Por quíé EE UU puede poner en problemas al mundo

por Fernando Martí­nez en Cinco Dí­as
 
Ha llegado la hora para que la Reserva Federal de Estados Unidos tome decisiones que repercutirán en todo el mundo. La Fed celebrará el martes y el miíércoles una reunión en la que deberá analizar el siguiente paso a dar, una vez concluido el programa de 600.000 millones de dólares con el que ha intentado insuflar vida a la economí­a. Este plan, el mayor esfuerzo realizado nunca en la historia económica, es conocido como Quantitative Easing 2 (relajación cuantitativa 2) y es el segundo intento de sacar a EE UU del pozo. La QE1 (2009) terminó revelándose insuficiente. Así­, la Fed se vio obligada a doblar la apuesta a finales de 2010 -la puesta en marcha coincidió con la debacle de Obama en las elecciones de media legislatura del 2 de noviembre- en una estrategia con final definido en el 30 de junio de 2011. El resultado ha sido un íéxito completo, impulsando a las Bolsas de todo el mundo. La cuestión ahora es si la economí­a mundial podrá seguir navegando sin respiración asistida.
 
El S&P 500 y el Dax de Fráncfort son los mejores exponentes del acierto de la QE2, con revalorizaciones acumuladas del 20% desde que Bernanke empezó a preparar al mercado para el ambicioso plan, en agosto del año pasado. El Euro Stoxx tambiíén atesora un apreciación del 15% hasta que la última andanada de la crisis soberana ha recortado esa ganancia hasta dejarla en el 4%. El Ibex, por contra, encadenado a los problemas domíésticos de España, no ha sacado partido de la chequera de la Fed. Los expertos vaticinan una marea de inestabilidad cuando el programa termine en solo dos semanas, si bien hay estrategias para superar el trance.
 
"Aunque la economí­a es ahora más fuerte de lo que habrí­a sido sin la QE2, el programa no es, y nunca pretendió serlo, una solución mágica", advierten los estrategas Rick Rieder y Bob Doll, de la gestora británica BlackRock. Estos dos expertos creen que el final de la QE2 dará paso a un periodo de incertidumbre, volatilidad y cierta ausencia de liquidez. Es decir, un escenario nada amable para la inversión. Pero consideran que será temporal. Para afrontarlo, hay caminos diferentes a seguir en la renta fija y en la renta variable. El consejo de BlackRock es rotar las carteras de bonos hacia grado de inversión en la deuda corporativa y tambiíén hacia tí­tulos respaldados por empresas públicas. "Un incremento táctico de calidad". En la Bolsa, el movimiento deberí­a ser similar: "Compañí­as defensivas de alta calidad y empresas cí­clicas que tengan una fuerte generación de flujo de caja", con una inclinación hacia activos americanos frente al resto de mercados desarrollados.
 
Los efectos indeseados de la QE2
 
El planteamiento de la Fed ha servido para impulsar la confianza de empresas e inversores, lo que ha facilitado el acceso de compañí­as endeudadas a los mercados de capitales, ha incrementado la riqueza personal y corporativa y ha dado alas al consumo. Pero toda moneda tiene su reverso. La firma de inversión Brandywine, filial de Legg Mason, detalla los efectos secundarios del estí­mulo masivo: "La subida de las materias primas la inyección de liquidez ha favorecido la inversión en activos de riesgo ha repercutido negativamente en la economí­a, elevando lo suficiente la inflación como para deprimir el crecimiento real de los salarios. Sin embargo, las ventas minoristas han crecido, lo que significa que el ahorro se ha reducido (...). Un encarecimiento adicional de las materias primas serí­a muy perjudicial para el consumo y podrí­a bastar para neutralizar toda la ganancia de riqueza lograda gracias al incremento generalizado de los precios de los activos".
 
La Fed tiene que lidiar con otro asunto de calado: aligerar su balance, que se ha expandido de forma colosal. Es de 2,84 billones de dólares, un aumento del 200% sobre los niveles anteriores a la quiebra de Lehman Brothers, de los que 1,54 billones son bonos del Tesoro (equivale al 110% del PIB español) y 917.856 millones, deuda respaldada por hipotecas. En septiembre de 2008 tení­a 479.000 millones en Treasuries y cero tí­tulos hipotecarios.
 
La entidad calcula que cada 200.000 millones de estí­mulo equivalen a un recorte de tipos de 0,25 puntos. Todo el esfuerzo realizado desde 2008 suma 2,2 billones. Es decir, en la práctica los tipos están en tasas negativas (-2,5%). La Fed está deseando salir de esa situación de emergencia. Pero no es un proceso fácil.
 

1. Dilema en la FED. Bernanke, listo por si hay crisis bursátil

A falta de dos semanas para que finalice el programa de Compra a Gran Escala de Activos, conocido popularmente como QE2, nadie cuenta en su escenario principal con una tercera ronda expansiva. Pero, al mismo tiempo, tampoco se descarta. "La casuí­stica indica que una caí­da del mercado de acciones del 10% o más podrí­a actuar de detonador para una nueva QE", subraya el analista de Nomura Aichi Amemiya.

La Fed se reúne el martes 21 y el miíércoles 22 y entonces tendrá que valorar la situación. Agotado el margen de acción de los tipos de interíés están entre el 0% y el 0,25%, la herramienta que le quedarí­a a la Fed serí­a seguir inyectando liquidez.

Aunque no es ese el deseo de la autoridad monetaria. El objetivo primordial para poner en marcha la QE2 fue despejar los temores deflacionistas que en otoño atenazaban a la economí­a. "La QE2 no solo ha servido para revertir la desinflación, sino que tambiíén ha favorecido un dólar más díébil que ayuda a la exportación y ha impulsado la Bolsa", destacan desde Nomura. Los principios que guí­an la actuación del banco central son el paro, la inflación y los mercados bursátiles. La Fed moverá pieza si alguno de ellos muestra sí­ntomas preocupantes.
 

2.El peso de la deuda. Hacia un futuro insostenible

La situación de las finanzas públicas no era tan angustiosa desde 1996. El 16 de mayo, el Gobierno de EE UU alcanzó el lí­mite anual de endeudamiento, 14.294 millones de dólares. Si no hay acuerdo en el Congreso antes del 2 de agosto para elevar el tope, la Administración incurrirá en una suspensión de pagos, de consecuencias imprevisibles. En la última ocasión que se vivió una situación de bloqueo semejante, con Bill Clinton, un acuerdo in extremis salvó al Ejecutivo del colapso. Se espera que esta vez pase lo mismo. "Los polí­ticos de Washington necesitan llegar al borde del precipicio para moverse", explica Kevin Logan, economista jefe para EE UU de HSBC.

A esto se añade el vertiginoso incremento de la deuda pública. La previsión oficial es que alcance el 73,9% del PIB en 2012 (con un díéficit del 7%), lo que supondrá haber duplicado la deuda en solo cinco años. Standard & Poor's calcula en su peor escenario que la deuda llegará al 90% del PIB en 2013, con un díéficit superior al 9%. "El problema de la deuda es más que serio, ha alcanzado un nivel insostenible", confirma Claudio Ortea, de Lombard Odier. Según esta firma, la deuda total (pública y privada) ha pasado en una díécada del 270% al 380% del PIB.
 

3. La debilidad económica. Nuevas dudas en el horizonte

El parón de la actividad manufacturera se extiende a todos los sectores. El mercado prevíé que el í­ndice ISM pase de 61,1 puntos en el primer trimestre a 55 en los próximos meses. Adicionalmente, la tasa de paro está en el 9,1%, nivel propio de la crisis de comienzos de los ochenta.

"Los problemas económicos de EE UU son serios porque son cada vez de carácter más estructural y están creando un cí­rculo vicioso difí­cil de romper", afirma Scott Mather, estratega global de Pimco, la mayor gestora del mundo de renta fija. "El crecimiento va a continuar siendo díébil, mientras la deuda sigue creciendo", vaticina Mather. El experto de Pimco resume en tres puntos sus preocupaciones: "El paro permanece elevado; las dinámicas fiscales se deterioran y el incremento de los desequilibrios eleva el peligro de un ajuste destructivo en algún momento".

La firma Dexia AM pronostica un crecimiento del PIB del 2,5% tanto en 2011 como en 2012. "Insuficiente para llevar el desempleo por debajo del 7%", expone el economista jefe de la gestora, Anton Brender. La agencia Moody's sí­ cree que el crecimiento del PIB puede superar el 3% los dos años, pero, como contrapartida, ve la deuda por encima del 100%.
 

4. Temor en Wall Street. La Bolsa de Nueva York pierde comba

La pujanza de Wall Street ha hecho de efecto arrastre para todas las Bolsas mundiales durante los últimos meses y ahora generando el resultado inverso. En el último mes, los principales mercados registran unas píérdidas superiores al 5% -con la excepción del Dax, cuyo ajuste apenas supera el 3%- arrastrados por la píérdida de fuerza de Wall Street.

De prepararse para atacar los máximos históricos, el S&P 500 ha pasado a perder más del 7% en mes y medio. "Los fundamentales macro actúan en contra de la Bolsa", reconoce Joaquí­n González Llamazares, responsable de renta fija de DWS Investments, que enumera los elementos adversos: "El final de la QE2, la tasa de paro en niveles relativamente elevados, el desapalancamiento de los particulares, el sector inmobiliario parado y la ausencia de un plan fiscal".

La ventaja para Wall Street es que cotiza a ratios de valoración muy bajos en tíérminos históricos, con un PER (las veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción) de 14,4. Además, la previsión de Thomson Reuters es que los beneficios corporativos crezcan a tasas de dos dí­gitos, con fuertes niveles de expansión en todos los sectores, salvo en financieras, telecos y utilities.
 

5. Los altibajos del dólar. La eurozona marca el paso a la divisa

La evolución del dólar está mostrando una volatilidad que tiene mucho que ver con los acontecimientos en Europa. La irrupción de la segunda parte de la crisis de deuda en la periferia de la eurozona ha provocado que el euro se haya depreciado rápidamente, pasando de 1,47 a 1,41 dólares en cuestión de dí­as. La tendencia general del dólar es a la baja. La caí­da acumulada en el último año contra los seis principales socios comerciales es del 5%, si bien llegó a ser del 8% a finales de abril. Los renovados problemas de la UE han conducido al repunte reciente del dólar.

La moneda tambiíén está marcada por la evolución de los tipos. Históricamente, la Fed nunca ha subido el precio del dinero hasta que la recuperación del empleo no está consolidada y eso es algo que no tiene visos de ir a suceder pronto.

"Antes de subir los tipos, la Fed tendrí­a que modificar sus comunicados que hablan de tipos excepcionalmente bajos y Ben Bernanke ha precisado que ello debe ocurrir con al menos dos reuniones de antelación, es decir, tres meses", explica Bernard Lambert, economista de Pictet WM. "La etapa de aumento de tipos puede empezar, como muy pronto, en el segundo trimestre de 2012", concluye Lambert.
 

6. La batalla polí­tica. Guerra abierta en Washington

Esta misma semana dio comienzo la larguí­sima campaña republicana para las presidenciales de 2012, en las que el demócrata Barack Obama tendrá el desafí­o de reeditar su victoria electoral de 2008. Obama ya sufrió el año pasado una "paliza", en sus propias palabras, en los comicios en los que se renovaba la Cámara de Representantes y el Senado parcialmente. Los demócratas retienen su mayorí­a en el Senado (51 contra 47 republicanos y dos independientes), pero los conservadores dominan ahora la Cámara baja (242 republicanos frente a 193 demócratas). El resultado es una parálisis polí­tica como la que ha puesto en riesgo de impago al Gobierno, al no aceptar los republicanos elevar el techo de deuda.

"El Congreso está muy dividido, las posiciones republicanas van en dirección contraria a las demócratas y eso es un factor añadido de inestabilidad", reconoce Anton Brender. La pelea se centra en cómo reducir el díéficit: los republicanos plantean un recorte masivo de gastos y bajada de impuestos; los demócratas ven necesario incrementar la carga fiscal. "Un resultado 70-30 (recortes-subida de impuestos) serí­a bien recibido por los mercados", apunta Paul Brains, gestor de BNY Mellon.


Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.