En el mundo económico está de moda hablar de confianza, y no es para menos. La confianza es el resultado central de esta crisis…la falta de confianza, más exactamente.
Cuando alguien presta dinero a otro lo hace porque confía que el que recibe el dinero, el prestatario, lo devuelva en el plazo acordado y al interíés pactado. Cuando el prestatario no cumple con su compromiso de devolución, esa confianza inicial se ve quebrada y a partir de aquí comienzan los problemas. Y da igual quien no pague sea individuo, empresa o estado, el final y el resultado es el mismo: deja de haber confianza.
Por esto tengo que dudar y no alegrarme por el acuerdo alcanzado en la cumbre europea de ayer. ¿Cómo puedo alegrarme de que se reconozca oficialmente que un país de la zona euro no pueda pagar sus compromisos financieros?. ¡¿Me tengo que alegrar de que “voluntariamente†los bancos privados tengan que optar por renegociar su deuda canjeando sus actuales bonos por otros con mejores condiciones para Grecia, renovarlos o que el país heleno les recompre los bonos a un precio inferior?!. Esto significa, por lo tanto, que los inversores han visto quebrada su confianza en este país de Europa. ¿Impedirá el acuerdo de ayer que otro país de la misma zona monetaria caiga en el mismo problema?…, me pregunto.
Hay un aspecto del comunicado oficial que se podían haber ahorrado y es la mención que hacen a nuestro país. En realidad nombran a cinco países: Grecia, Portugal, Irlanda, Italia y España. Y en nuestro caso para decir, resumidamente, que vamos cumpliendo con nuestras reformas. Hubiese preferido que como resultado de la cumbre se hablara de Europa y no se nos mencionara; estos regalos envenenados no nos hacen falta. Y no es que sea pesimista, simplemente interpreto lo que veo: ayer el Tesoro tuvo que pagar el mayor interíés de nuestra etapa Euro para poder colocar sus bonos, por encima, incluso, de los que pagó Polonia. ¿Acaso es que estamos peor que los polacos…, confía el mercado menos en nosotros que en Polonia?.
Veremos cuánto dura lo de ayer, pero lo que tengo desafortunadamente claro es que los problemas no se han acabado aquí, aunque, como rayo de luz, sí suponga, como dice Josíé Carlos Diez, Economista Jefe de Intermoney, “que hay vida inteligente en Bruselasâ€.
¿Quiere más información y otros detalles?…, los podrá ver en nuestros foros de bolsa. Allí nos vemos.
Vale.
Oberon.