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Autor Tema: Míéxico: Enfoque de economí­a y finanzas...  (Leído 177 veces)

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Míéxico: Enfoque de economí­a y finanzas...
« en: Octubre 29, 2011, 11:01:23 am »
Por...  Alejandro Gómez Tamez
 
 
 
Diversos analistas a nivel mundial han señalado que Míéxico no está en condiciones de formar parte de los paí­ses denominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) porque nuestra economí­a por sí­ sola no es un “motor” de crecimiento global cuando Europa y Estados Unidos presentan señales de desaceleración.  Nuestra realidad económica nos ubica como una nación cuyo desempeño económico dependiente considerablemente del exterior y con un mercado interno díébil, porque a pesar de que somos más de 110 millones de habitantes, el ingreso disponible promedio por persona al año es cercano a los $90 mil pesos.

Así­, diversos lí­deres empresariales y acadíémicos han mencionado que las polí­ticas públicas en materia económica deben ir enfocadas al fortalecimiento del mercado interno, y para ello básicamente se deben hacer dos cosas: crear más empleos y que íéstos estíén mejor remunerados. Y es que ya fue mucho el abandono que se le ha dado al mercado interno por parte del Gobierno Federal. Nuestra autoridades han pensado que los empresarios por sí­ solos podrán encontrar en el exterior los mercados que nacionalmente cada vez son más díébiles, y así­ miles de empresas tienen severas dificultades para alcanzar el nivel de ventas que les permita subsistir y crear empleos. 

Es formidable que las exportaciones crezcan como lo vienen haciendo, pero no es aceptable que esto sea a costa de dejar a la deriva el mercado interno. Y es que el hecho de que nuestras exportaciones representan ahora en dí­a el 25% de nuestro Producto Interno Bruto no hace más que evidenciar que los productores nacionales han tenido que salir a buscar fuera los mercados que no encuentran en Míéxico, que somos altamente vulnerables a lo que suceda en naciones como Estados Unidos y que somos una nación mayoritariamente maquiladora (cuando tomamos en consideración el monto de importaciones de bienes intermedios que realizamos).

 ¿Quíé debe hacer Míéxico? Nuestro paí­s requiere generar un circulo virtuoso de creación de empleos que se traduzcan en una mayor masa salarial, la cual a su vez genere mayor consumo, y por lo tanto haya mayor producción, lo que a su vez ocasione una mayor demanda de trabajadores que tienda a abatir el desempleo y elevar los sueldos, para que de esta manera haya mayor masa salarial y esto se traduzca en desarrollo en los niveles de vida de los mexicanos.

Así­, antes de proceder a mencionar algunas de las polí­ticas que se deben implementar para fortalecer el mercado interno a travíés de la creación de empleo y mejora salarial, hagamos primero un repaso de lo que el componente consumo representa para la economí­a de Míéxico, en el marco de las cuentas nacionales publicadas por el Instituto Nacional de Estadí­stica y Geografí­a (INEGI).

 Un primer punto que se debe mencionar en relación a las cuentas nacionales de Míéxico es que en el periodo de 2003 a 2011 el PIB en tíérminos reales de Míéxico creció 19.7%, el consumo total de bienes y servicios se incrementó 24.2%, pero el consumo de bienes nacionales sólo creció 19.8%. La diferencia entre el consumo total y el consumo de bienes nacionales se debe a que en el periodo en cuestión las importaciones de bienes de consumo crecieron 62 por ciento.  Así­, la conclusión sobre este primer dato es que no nos sirve de mucho que el consumo por parte de los mexicanos haya crecido a una tasa promedio anual de 3 por ciento, si buena parte de este consumo fue de productos extranjeros que podrí­an haber sido producidos nacionalmente. Y es que al consumir productos extranjeros que se podrí­an elaborar en Míéxico estamos fomentando la creación de empleos en otras naciones.

Otro dato interesante es que el relacionado a lo que representa el consumo de bienes nacionales e importados dentro del consumo total. Cifras del INEGI muestran que en 2003, de cada 100 pesos de bienes consumidos en Míéxico, 90 pesos eran de bienes nacionales y sólo 10 pesos de bienes importados. Para el año 2009 (año en el que el dólar llego a estar por encima de los 15 pesos), la proporción de bienes consumidos hechos en Míéxico subió hasta 91.50 pesos por cada 100 pesos consumidos y sólo 8.50 pesos eran de bienes importados. Despuíés, en el primer semestre de 2011, con un dólar nuevamente barato, tenemos que de cada 100 pesos de consumo sólo 87 pesos fueron para bienes hechos en Míéxico y 13 pesos fueron para consumo de bienes importados. Esto es indicativo de que el precio de dólar si influye en la importación de bienes de consumo, ya que cuando el peso está sobrevaluado la proporción de bienes de consumo importados aumenta y cuando tenemos un peso subvaluado la proporción de bienes importados ha disminuido. Así­, la conclusión es que si queremos que se consuman más productos hechos en Míéxico, se requiere un tipo de cambio competitivo en torno a los $13.50 pesos por dólar.

 Lo peor de todo este asunto es que no parece que vaya a haber una mejora en el corto plazo, sino que cada vez estamos importando más y más bienes de consumo de exterior, tal como lo muestran las cifras oportunas de la Balanza Comercial correspondientes al mes de septiembre publicadas por el INEGI.

Tenemos que en septiembre de 2011 la importación de bienes de consumo sumó 4 mil 992.4 millones de dólares, y esta cantidad representa un 41.2 por ciento más de lo importado en el mismo mes de 2010. Por otra parte, en los primeros nueve meses de este año las importaciones de bienes de consumo suman 38 mil 122.7 millones de dólares, cantidad 29.5 por ciento más alta a la importada en los nueve primeros meses de 2010.

Esto implica que en los primeros nueve meses de 2011 las importaciones de bienes de consumo representan el 14.7 por ciento de las importaciones totales. Tal vez esto no diga mucho, o no representen gran cosa, pero si es un dato preocupante cuando comparamos que en el mismo periodo las importaciones de bienes de capital (maquinaria, equipo, herramienta, etc.) fueron de apenas 25 mil 476.7 millones de dólares.  Es decir, estamos comprando del exterior más en productos terminados que lo que compramos de maquinaria y equipo que nos permita producir bienes nacionalmente.

 En todo ese contexto, un punto adicional que vale la pena destacar es que en los primeros nueve meses de 2011 las importaciones de bienes petroleros sumó 14 mil 706.7 millones de dólares.  Y es no está de más señalar que buena parte de estos miles de millones de dólares se podrí­a haber quedado en el paí­s si tuviíéramos la capacidad suficiente de producir los combustibles que en la actualidad importamos. Esto deberí­a ser un motivo adicional para pensar seriamente en la posibilidad de permitir que la iniciativa privada pueda construir refinerí­as en nuestro paí­s, comprándole el petróleo a PEMEX para no herir susceptibilidades.

Así­ pues, con todas estas cifras podemos recapitular señalando que Míéxico muestra una tasa respetable de crecimiento en su componente consumo. Sin embargo, este crecimiento no beneficia del todo a la planta productiva y al empleo nacional porque la importación de bienes de consumo importados es cada vez mayor, impulsada en buena parte por un peso que durante muchos meses ha estado sobrevaluado. 

 ¿Y cuál es entonces el resultado de todo esto? Podemos argumentar por el lado positivo que un mayor consumo de bienes importados amplí­a la variedad de bienes que podemos consumir en Míéxico y que a veces íéstos llegan a las personas a un precio más bajo; sin embargo, no podemos dejar de lado que hay muchos bienes que si podrí­an ser producidos en Míéxico, y que por lo tanto, su importación desplaza la producción nacional y ocasiona píérdida de empleos, como sucede en el caso de textil, vestido, calzado, bicicletas, y otros tantos sectores de actividad.

 ¿Quíé se puede hacer para contrarrestar este fenómeno? En el cortí­simo plazo se pueden implementar una serie de polí­ticas en los siguientes ámbitos: 1) Ajustar la polí­tica monetaria para que lleve al tipo de cambio a un nivel que le díé competitividad a los productos nacionales (no se trata de tener un peso subvaluado, pero si uno en equilibrio); 2) Detener las prácticas ilegales de comercio internacional como la subfacturación, triangulación y clasificación incorrecta de mercancí­as que se realizan con el fin de evadir impuestos a la importación; 3) Incrementar los aranceles al nivel máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio (35%) en contra de aquellos paí­ses con los que no tenemos un acuerdo comercial y es bien sabido que realizan prácticas desleales de comercio como el dumping, por ejemplo: China y Vietnam; 4) Implementar y respetar Normas Oficiales Mexicanas que impidan la importación de productos “basura” como juguetes, chácharas y chanclas que contienen elevados niveles de sustancias nocivas como plomo y cromo; y 5) realizar campañas intensivas ante la población para que se consuma lo hecho en Míéxico porque eso genera empleos en nuestro paí­s.   
 

 Desde luego que se pueden llevar a cabo otras tantas medidas que eleven la competitividad de nuestro paí­s como la reforma energíética que se traduzca en precios de los energíéticos más bajos, reforma laboral que premie la productividad, reforma educativa que mejore las habilidades de los estudiantes, entre muchas otras más. En este artí­culo hago íénfasis en las que se pueden llevar a cabo en el cortí­simo plazo; y en ese sentido iniciativas como la de CONCAMIN del “Buen Fin” son más que bienvenidas, pero ojala que los consumidores compren lo hecho en Míéxico para que nos fortalezcamos como nación. El consumidor mexicano será un excelente motor de crecimiento económico mientras consumamos lo hecho en Míéxico.



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