El Ministerio de Economía no está dispuesto a permitir que BFA-Bankia opte a la adjudicación de CatalunyaCaixa como es la intención de la entidad que preside Rodrigo Rato, adelantada por El Confidencial, del mismo modo que no le permitió pujar por Unnim. Además, el departamento de Luis de Guindos sigue resistiíéndose a las peticiones recurrentes de un 'banco malo' como solución a la difícil situación por la que atraviesa este grupo financiero.
Con la adquisición de la caja catalana -cuya subasta comenzará esta semana una vez que el FROB seleccione hoy al banco de inversión encargado de su venta-, Rato pretende acceder al ríégimen especial de fusiones que contempla el Real Decreto de saneamiento del sector y que le permite dotar las provisiones del ladrillo que exige la norma en dos años en vez de uno y contra fondos propios.
Algo que aliviaría mucho a Bankia, que ha presentado un plan al Banco de España en el que pretende cumplir los saneamientos en un año que despierta grandes dudas en el resto del sector. Asimismo, podría obtener ayudas en forma de EPA (esquema de protección de activos), como las de todas las subastas anteriores. Un dinero que podría utilizar no sólo para cubrir las píérdidas potenciales de la entidad catalana sino tambiíén para sanear su propio balance.
Sin embargo, Economía pretende aplicar la misma lógica que en el caso de Unnim, porque se mantienen las condiciones que provocaron aquel veto: si no consideraba que la operación Bankia-Unnim diera lugar a una entidad "viable y sólida", menos aún con una caja mucho mas grande como CatalunyaCaixa.
Además, existe un rechazo generalizado en el sector a que las nuevas aportaciones que va a tener que realizar al Fondo de Garantía de Depósitos sirvan para financiar la adquisición de la caja catalana por una entidad que tiene las mayores ayudas públicas (4.465 millones) de la banca española. Sus argumentos son muy similares a los de Economía: BFA no está en disposición de crear una entidad solvente integrando a la caja catalana.
"Si han tenido que dejar caer el Banco de Valencia porque no tenían capacidad para sostenerlo, ¿cómo van a pretender ahora asumir una entidad muy similar como Unnim? Resulta evidente para cualquiera", sostiene una fuente del sector. Por otro lado, el veto de Economía podría ser más sutil esta vez que en caso de la pequeña de las fusiones catalanas: en vez de prohibirle participar directamente, en esta ocasión podría dejarle presentar oferta aunque no tendría ninguna opción en la puja.
Economía vuelve a rechazar el 'banco malo'
Por otro lado, fuentes de toda solvencia aseguran que BFA-Bankia ha vuelto a plantear a Economía la posibilidad de crear un 'banco malo' público que adquiera los activos inmobiliarios de la entidad, básicamente el suelo. Un portavoz del grupo ha desmentido que haya solicitado nada al Ministerio en este sentido.
Su propuesta consiste en la creación de una sociedad inmobiliaria, no un banco, que no estaría sometida a las exigencias de provisiones del Banco de España, en el que el Estado tendría la mayoría del capital y que iría vendiendo de forma ordenada los activos a lo largo de los años. Aunque el principal beneficiario sería BFA (donde el grupo tiene aparcado el suelo), se invitaría a otras entidades a colocar allí sus activos.
Sin embargo, Economía ha vuelto a rechazar el planteamiento, como ya hizo a finales del año pasado (rechazo que dio lugar al Real Decreto de saneamiento elaborado por De Guindos). Y la razón es la misma que entonces: el 'banco malo' público exige una inyección de capital público que España no puede permitirse en un momento en que la prioridad absoluta es la reducción del díéficit.
Otro capítulo de la batalla De Guindos-Rato
El objetivo de BFA-Bankia con el intento de compra de CatalunyaCaixa es mantener su independencia y el control de sus actuales gestores, así como evitar las posibilidades de una nacionalización o un troceo de la entidad, opciones que tambiíén se contemplan en medios financieros si continúa el deterioro de la economía y del negocio bancario por la contracción de márgenes y el aumento de la morosidad.
El veto a Bankia se inscribe dentro de la batalla que mantienen Rato y el Ministro de Economía, Luis de Guindos. Rato trató en su día de 'puentear' a De Guindos para tratar el futuro de Bankia directamente con Rajoy (íéste es el origen de la batalla) y le ha desafiado provisionando fuertes cantidades contra capital sin autorización en BFA, el 'banco malo' que actúa como matriz de la cotizada Bankia.
De Guindos, por su parte, ha asestado duros golpes a su antiguo jefe como la rebaja de sueldos de los presidentes de cajas con ayudas públicas o el citado veto a su participación en la subasta de Unnim. Ahora bien, parece que va a transigir con las fuertes dotaciones realizadas contra fondos propios por BFA-Bankia en 2011, pese a su rechazo inicial a permitir esta práctica.
