Por... Francisco Velázquez
El presidente del BM dice que la publicación del texto se debe a la necesidad de unificar criterios y de contar con recursos para hacer frente a los desastres naturales.
En el marco del B20, foro de negocios que tiene lugar previo a la Cumbre del G-20, se presentó el documento 'Improving the Assessment of Disaster Risks to Strengthen Financial Resilience' ('Mejorar la evaluación de los riesgos de desastres para robustecer la capacidad de adaptación financiera'), editado por el Banco Mundial (BM).
Se trata de un compendio de medidas adoptadas en países del G-20 y en otras naciones para proteger a su población y a sus activos frente a píérdidas causadas por fenómenos naturales desfavorables. En íél se explica tambiíén la manera en que el G-20, el BM y otros asociados internacionales pueden cumplir un papel más destacado colaborando con autoridades nacionales y locales en relación con los desafíos que se exponen en dicho documento.
En este sentido, el BM expuso en un comunicado que el extraordinario aumento, en todo el mundo, de las píérdidas provocadas por desastres es el resultado de un desarrollo incontrolado. Una rápida urbanización y la variación de las modalidades climáticas exacerbarán esa tendencia. El G-20 reconoce la urgente necesidad de integrar la consideración del riesgo en todos los niveles de planificación del desarrollo, para robustecer la capacidad de adaptación financiera de las comunidades y las economías nacionales.
De esta manera, el documento editado por el BM ayudará a realizar esos esfuerzos al contribuir a identificar peligros naturales para adoptar decisiones fundadas. Además, representa un llamado de atención para los ministros de Finanzas y una guía para que los países mejoren sus procesos de adopción de decisiones y se doten de mayor capacidad de adaptación en el ámbito financiero.
En el informe se destaca el papel crucial de la información en la esfera de la adopción de decisiones. Los países deben estar en condiciones de comprender los riesgos que tienen ante sí. Identificar peligros naturales y comprender el impacto que ellos pueden producir en las personas y en los activos es un elemento fundamental para orientar un desarrollo con capacidad de adaptación.
“Cuando sobrevienen desastres naturales percibimos la tragedia del sufrimiento humano, pero los efectos menos visibles pueden ser igualmente devastadores para las personasâ€, señaló Robert Zoellick, presidente del BM.
“Los impactos económicos de los desastres pueden volver a sumir en la pobreza a las personas y comprometer programas para los pobres, al obligar a los gobiernos a distraer recursos financieros. Todos debemos aprender de las experiencias de otros países y a la vez promover intercambios de conocimientos que contribuyan a crear capacidad de adaptación en todos los sectores de una economíaâ€, añadió.
Zoellick dijo que la publicación del texto se debe a la necesidad de unificar criterios y, sobre todo, contar con recursos para hacer frente a las necesidades en materia económica que todo desastre natural conlleva.
Por su parte, el titular de la Secretaría de Hacienda y Críédito Público, Josíé Antonio Meade, señaló que actualmente en Míéxico es posible enfrentar las contingencias, ya que se tiene un mecanismo dentro del Fondo de Desastres Naturales, con recursos por 5,500 millones de pesos.
“La necesidad que tiene Míéxico en materia de administrar sus riesgos es compartida, son muchos los líderes que le ponen atención y así se puede trabajar con 15 países en esta materiaâ€, explicó.
Cabe destacar que, de acuerdo con el BM, en 2011 se registraron en el mundo píérdidas sin precedentes ocasionadas por desastres naturales; su monto, según se estima, puede haber llegado a los 380,000 millones de dólares. Hechos recientes han demostrado que ningún país está a salvo de agobiantes peligros naturales.