Los países del Golfo están de moda, para qué negarlo, todos nosotros nos acordamos de ellos cada vez que llenamos el depósito del coche o cuando nos pasan la factura de la electricidad. Sin embargo, los mandatarios de estos países, no han empezado a planificar su futuro en los últimos tiempos, sino que ya llevan muchos años siguiendo un guión diseñado por un equipo de cerebros brillantes, guiados por un fortísimo liderazgo, con una firme determinación y, por qué no decirlo, un poco de merecida buena suerte.
Fijémonos en Dubai,
Dubai tiene 1.700.000 habitantes y desde 1971 es miembro junto a otros 6 de los Emiratos Árabes Unidos. Su moneda es el dirham de los EAU.
Aunque su situación geográfica nos incite a pensar que cuando los dubaitís escarban un poco en la arena del desierto, el “oro negro” aflora, la realidad es que solamente entre un 3% y un 4% de los ingresos del emirato proceden del petróleo.
¿ De dónde provienen entonces los enormes ingresos de este emirato?
Son tres a mi juicio los pilares en los que se ha asentado esta revolución económica: la inversión extranjera, el turismo de élite y el mercado inmobiliario.
* Aunque Dubai mantuvo su importancia como ruta comercial en la década de 1970 y 1980, la inversión prioritaria ha sido la destinada a la creación de enormes parques industriales a los que el gobierno de Dubai aplica un marco legal específico, que garantiza en extremo los negocios. Este marco favorece desde que está en vigor la inversión extranjera y la fácil y rápida instalación de nuevas empresas. Estas, además, cuentan con una serie de factores favorables como las excelentes infraestructuras con las que el Gobierno ha dotado al emirato, (Jebel Ali o port Rashid, que es el mayor puerto del mundo) y cómo no, cantidad de energía a muy bajo coste. Esto ha hecho que Dubai se reinvente a si mismo como centro comercial y turístico siendo un referente en la zona.
* El turismo de lujo se ha convertido en una fuente importantísima de ingresos, celebrándose innumerables convenciones y congresos internacionales que han servido como escaparate del emirato.
Debido a la importancia del turismo, la mano de obra en el sector servicios está compuesta en su mayoría por inmigrantes del sureste asiático, esta necesidad de mano de obra y la llegada masiva de extranjeros ha propiciado que de una población que asciende a 1.430.000 habitantes, los extranjeros sean mayoría en la población del país. Son importantes las comunidades de Iraníes (400.000) y de británicos (150.000).
Conviene señalar que el Gobierno no permite ningún tipo de nacionalización de personas o permisos de residencia permanentes, dato lógico teniendo en cuenta la composición de la población, pero por el contrario los extranjeros sí que pueden adquirir propiedades y obtener de esta manera la residencia permanente.
* En estas condiciones, ni que decir tiene que el mercado inmobiliario ha resultado y está resultando de lo más rentable. Dubai es junto a las grandes ciudades chinas “una de las más rápidas en crecer”. De cada 6 grúas gigantes en uso en todo el mundo, una de ellas está siendo usada en Dubai. Son conocidas por todos, las imágenes de la palmera que ilustra este aporte (Palm Islands) y cómo no el edificio que se especula sea el más alto del mundo el Burj Dubai con sus 800 metros de altura.
Pensaran ustedes que todo esto está bien pero que teniendo tanto petróleo, pues que no tiene tanto mérito. Solamente un dato, mientras en 1975 el peso de la industria del petróleo y sus derivados en la economía de Dubai era de un 54%, el año pasado sólo el 3% de su PIB de 2007 dependía del “oro negro”.
¿Cómo lo han conseguido entonces?
Pues por medio de ambiciosos y sucesivos planes estratégicos, con objetivos claros y cuantificables en diversos campos, con plazos establecidos de cumplimiento y que, en su día, parecieron en exceso ambiciosos.
Haciendo del desarrollo económico intenso el centro de la vida dubaití, generando confianza (funcionamiento rápido y eficiente de la Justicia, seguridad ciudadana máxima, ausencia de corrupción), mantenimiento de estabilidad tanto política como económica, ofrecer ventajas a los inversores y empresarios de todo el mundo (ausencia total de impuestos, libertad de repatriación de beneficios, costes relativamente bajos aunque crecientes), y por supuesto invertir desde el Gobierno favoreciendo a los negocios (existencia de numerosos megaproyectos de infraestructuras en ejecución y en preparación).
Debo añadir que no todo es perfecto en Dubai, las supuestas injusticias laborales han hecho que varias organizaciones pro derechos humanos intervengan en la petición al Gobierno de que permita la creación de sindicatos.
En fin ya ven ustedes: ideas claras, visión de futuro, ausencia de corrupción, ausencia total de impuestos… no voy a seguir, me entra una depresión parecida a la que vamos a tener cuando los quinquis se decidan a dejar de manipular el Ibex 35 y este se sienta libre.
Salud y suerte en las inversiones. Creo que la vamos a necesitar.