Por… Beatriz De Majo C.
Todo se confabula para que la sociedad urbana china adquiera aceleradamente los hábitos alimentarios de Occidente. De un tiempo para acá, una mayor capacidad de compra por parte de los trabajadores de las ciudades, una menor disposición de las parejas para las tareas hogareñas y una inversión considerablemente alta de tiempo en el tráfico citadino está haciendo crecer notoriamente el consumo de las tiendas de comida rápida. Las franquicias americanas como McDonald’s, Pizza Hut y Kentucky Fried Chicken hacen su agosto e incluso anticipan que este año producirán más plata en China que en Norteamérica.
Las transformaciones espontáneas que se han estado produciendo en la cultura alimentaria, además, consiguen registrar crecimientos de dos dígitos en la industria de los restaurantes e incluso en la de servicios alimentarios desde 2003. Queda, sin embargo, espacio para crecer aún más: con 250 millones de habitantes más en sus zonas urbanas que todo Estados Unidos, esta industria en el país asiático es la mitad de la talla de la norteamericana.
Todo depende de la velocidad de adaptación a las costumbres y requerimientos de los locales. Los restaurantes de hamburguesas McDonald’s prometen que la mitad de los locales que abran en el futuro estarán equipados de una ventana de “take off” para vehículos y otras como Kentucky Fried Chicken han estado incluyendo en los menús desayunos chinos que comprenden los famosos “huevos de 1.000 años”, para ir al encuentro de las preferencias culturales.
La industria de servicios alimentarios crecerá hasta alcanzar tres billones de dólares para 2014. Son las franquicias americanas las que seguirán llevando la batuta en el segmento de comida rápida, aunque los “fast food” de factura asiática también están abriéndose su espacio aceleradamente. McDonald’s tiene actualmente 1.000 establecimientos en la geografía amarilla, pero en 4 años alcanzará la meta de 2.000 tiendas.
Es ilusorio pretender, sin embargo, que los americanos serán siempre los aventajados en una sociedad de costumbres milenarias enraizadas en China.
Un estudio sobre el comportamiento y las preferencias alimentarias de esa colectividad, recientemente realizado por parte de los financistas de una cadena china de comida rápida que ha estado creciendo desde el pico de la crisis financiera a esta fecha a razón de 50% anual, llegaron a comprobar que si a un ciudadano chino se le pone frente a una escogencia, siempre seleccionará su propia comida a aquella de corte occidental y de origen norteamericano. O que, a todo evento, sus preferencias se inclinan más bien a lo asiático, por considerar que las franquicias americanas ofrecen productos que perjudican la salud.
En la gran batalla entre lo asiático y lo occidental en materia de comida fuera del hogar también las grandes casas de comida rápida competirán en función del ambiente y decorado que ofrezcan en sus establecimientos.
Pizza Hut, para este momento, ya ha conseguido posicionarse como un restaurant “casual” por su ambiente grato y no como un comedero pura y simplemente rápido. Y ello cuenta tanto o más que la calidad de la comida, aquí y en China.
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