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En otra señal de píérdida de confianza en el euro, los países emergentes redujeron sus reservas en esa moneda un ocho por ciento al cierre de 2012 y preservaron las nominadas en dólares, destacó el analista Edwin Truman.
Investigador del Peterson Institute en Washington, explicó recientemente que esas economías se deshicieron de 45 mil millones de la divisa europea.
Ahora, el euro solo significa el 24 por ciento de las reservas de las naciones emergentes, luego de que en 2009 ascendieron al 31 por ciento, señaló el experto, quien consideró que el mundo se mueve hacia un sistema multi monedas.
Truman, quien dirigió el departamento de Finanzas Internacionales de la Reserva Federal de Estados Unidos durante 20 años, precisó que los recaudos en dólares se mantienen estables en un 60 por ciento del total.
En su opinión, ese movimiento refleja el efecto de la crisis de deuda en la Eurozona sobre los mercados internacionales, efectos que continuarán porque el crecimiento será lento, las tasas de interíés seguirán bajas y el atractivo ejercido por los activos en euro será escaso, agregó.
Para Truman la divisa estadounidense aguanta por ahora, pero los países en desarrollo han cambiado el euro por otros metálicos, en un intento de mitigar su dependencia a esa divisa y convierten su dinero tambiíén a yenes japoneses, libras británicas y dólares australianos o canadienses.
Dicho proceso de diversificación de la canasta de divisas comenzó en 2010, ante la necesidad de diseminar el riesgo cambiario entre monedas de varios países como consecuencia de la crisis de 2008-2009.
En el transcurso de ese período los bancos aprendieron que un shock fuerte en el valor del dólar o del euro a nivel internacional impactaría las reservas internacionales.
No obstante, Truman advirtió que el euro podría recuperar su atractivo si Europa alcanza la unión fiscal y un mercado único de bonos soberanos, pero su momento pudo haber pasado por los grandes cambios en la economía global.
Además, la píérdida de confianza en esa moneda impulsa el valor de otras que en lo adelante pondrían a prueba tanto al euro como al dólar.
Aunque ambas monedas mantienen una marcada relevancia en el portafolio de los bancos centrales, otras como la canadiense y australiana han triplicado su participación en los mercados.
En tal sentido no pocos analistas estiman que el euro podría seguir cayendo en su ponderación en la canasta y monedas de países emergentes, en especial asiáticos, aumentarían su relevancia.
Pero ello dependerá de la capacidad de esas economías de generar activos financieros interesantes para invertir, por lo que el dólar, si bien ha cedido terreno, se mantendrá todavía como la moneda refugio por excelencia a nivel mundial.
Sin embargo, es notable la importancia que cobra el rublo, al considerar las autoridades rusas que puede llegar a ser una moneda de reserva para lo cual es necesario se utilice como unidad básica en el comercio entre los países de la región.
Los expertos destacan que Rusia avanza en ese sentido, sobre todo en el marco de la Unión Aduanera, pues ya el 90 por ciento de las importaciones desde Bielorrusia y el 40 por ciento de las exportaciones rusas a ese país vecino se pagan con rublos.
A ello se suma que desde hace poco Bielorrusia y Kazajstán mantienen parte de sus reservas monetarias en rublos, mientras Ucrania y Turquía han mostrado su interíés en el asunto.
No menos preocupante resultan para Rusia y otras naciones europeas las condiciones impuestas por los acreedores internacionales a Chipre para su rescate.
Solo los bancos rusos podrían perder con la quita anunciada a los depósitos y las restricciones al movimiento de capitales unos 38 mil 900 millones de euros.
Otro tanto ocurre con las cada vez más claras perspectivas del yuan chino de llegar a ser próximamente una moneda internacional, según la opinión de numerosos economistas.
HSBC, el gigante de servicios bancarios y financieros, estima que para 2015 una tercera parte del comercio con China se pagará con yuanes, convertido para entonces en la tercera moneda internacional.
El uso mundial de la moneda china como divisa para el comercio internacional ya aumentó un 50 por ciento durante 2012.