International Airlines Group (IAG) tiene ya el camino despejado para hacerse con el capital de Vueling que ahora no controla. El empresario Abel Matutes comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que no tiene intención de pelear con el grupo inglíés por la aerolínea de bajo coste. Por tanto, la decisión está en manos de los accionistas, que ya saben que la matriz de Iberia paga un 22% menos respecto a la valoración que tiene de la low cost en su balance.
Según la documentación enviada por IAG a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a cierre de 2012 la compañía británica tenía contabilizado su 45,85% de Vueling en 155 millones de euros. Esta tasación global, incluida tambiíén en la memoria anual recientemente enviada a sus accionistas, supone que el precio por acción de su participación es de 11,30 euros.
Este precio de 11,30 euros es un 22,15% superior a los 9,25 euros ofrecidos por IAG en su oferta pública de adquisición (OPA) sobre la aerolínea con sede en Barcelona, por la que paga 9,25 euros por título. Una cifra que, no hay que olvidar, es la segunda propuesta por el holding controlado por British Airways, ya que el primer precio ofertado apenas era de 7 euros.
Por tanto, la primera OPA, que fue rechazada tajantemente por el Consejo de Administración de Iberia, era un 61% inferior al valor en libros al que IAG tiene valorada Vueling en su último informe anual. Una tasación que, en consecuencia, refleja que el grupo anglosajón quería hacerse con la low cost presidida por Josep Piquíé a precio de saldo.
Varios analistas consultados consideran que la diferencia entre la valoración en libros y el precio de la OPA demuestra que el potencial de Vueling es mucho mayor que el que propone IAG. Algunos brokers, como Fidentiis, creen que la aerolínea de bajo coste puede llegar a valer hasta 15 euros. Otros se preguntan el motivo de por quíé la británica no provisiona su participación en Vueling si la tiene registrada a un precio mucho mayor.
Guerra con la CNMV
La oposición de varios accionistas institucionales a aceptar esos 7 euros y la exigencia de la CNMV de incluir en el folleto de la OPA lanzada en noviembre de 2012 un informe de un experto independiente que justificase el precio –petición que el ofertante se negó a cumplir- provocaron que IAG elevase, el 1 de abril, un 32% el precio inicial hasta los 9,25 euros.
La pasada semana, el organismo supervisor autorizó esa variación en el precio de la oferta, así como a la disminución del límite mínimo de aceptación a 1.244.029 acciones, lo que supone el 4,16% del capital social de la aerolínea catalana (sobre el 54% que no controla). Este último aspecto era el que podría haber implicado mayores dudas para su aceptación, dado que implicaban reducir el porcentaje mínimo de aceptación desde el 48% que contemplaba la primera oferta. Con ese mínimo del 4,16% que recoge la nueva oferta, más el casi 46% del capital de Vueling que actualmente ya controla Iberia, IAG se aseguraría el control de la low cost.
El periodo de aceptación de la OPA se ha ampliado desde el 8 hasta el 19 de abril, fecha en la que los inversores tienen que decidir si aceptan la nueva valoración o esperan una segunda mejora por parte de un tercero. Esas expectativas se han frenado en seco despuíés de que ayer por la tarde Abel Matutes asegurase a la CNMV que no tiene intención de pujar por Vueling. El empresario mallorquín había analizado la operación, tal y como adelantó El Confidencial, pero ha optado por no entrar en el juego.