La CNE hace responsable al Gobierno de la especulación en la energía solar
Por Lorena López para el Economista
Vuelven a saltar chispas entre la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y el Ministerio de Industria. Ahora el encontronazo se produce por las primas e incentivos a la energía solar. No es para menos, cuando el regulador culpa al Gobierno sin tapujos de la especulación que se ha producido en este sector en el último año, cuyo crecimiento se ha multiplicado por cinco.
El regulador lamenta la falta de previsión y el retraso del Ejecutivo a la hora de elaborar la nueva norma y así lo ha trasladado al Ministerio de Industria, según explicaron fuentes de la Comisión de la Energía a elEconomista.
Aceleración de las inversiones
Los hechos se remontan a septiembre del pasado año, cuando Joan Clos, entonces ministro de Industria, anunció que ya se había alcanzado el 80% de los objetivos previstos para 2012 en energía solar. Entonces se lanzó un aviso a navegantes: las golosas primas de 45 cíéntimos por kilovatio sólo se aplicarían por un año más. A partir de ahí se cortaría el grifo y no se dio ningún tipo de detalle sobre lo que ocurría despuíés.
Pero los inversores entendieron que se acabó lo que se daba y comenzaron una carrera para poner en marcha sus proyectos antes de septiembre de este año. Así, al Gobierno le salió mal la jugada porque, en lugar de disuadir a los promotores y ralentizar el crecimiento de la fotovoltaica, provocó el efecto contrario. Ahora tiene que mantener estas primas para las instalaciones que llegaron a tiempo.
El regulador habla de la repercusión económica para el consumidor y el apoyo a la tecnología fotovoltaica que representó 189 millones de euros en 2007 y puede ascender a 524 millones en 2008 y a 885 millones en 2009, lo que conlleva a un incremento de la tarifa para satisfacer el aumento del sobrecoste fotovoltaico de un 1,3% en 2008 y 1,2% en 2009.
Para evitar que el denominado díéficit de tarifa -cantidad que el Gobierno reconoce a las elíéctricas por no subir la luz- no siga su tendencia alcista como hasta ahora, el organismo solicita al Gobierno que aumente el precio de las tarifas elíéctricas y que realice un análisis detenido de todas y cada una de las partidas de coste del suministro elíéctrico, que permita determinar cuáles son las que pueden reducirse.
La CNE tambiíén lamenta la tardanza de la nueva retribución, donde se rebajan las primas un 35%, hasta los 29 cíéntimos. El regulador considera que las primas anteriores eran necesarias en un primer momento para impulsar el desarrollo de la energía fotovoltaica. Y es que el desarrollo de este negocio era muy caro por la escasez de oferta de los bienes de equipo y de las placas solares. Sin embargo, ahora estos gastos se han reducido considerablemente, como consecuencia de unas tecnologías más sofisticadas y el aumento de fabricantes de módulos.
Para el organismo, la evolución del negocio fotovoltaico tendría que haber llevado aparejado una regulación coherente. Pero no ha sido así y el resultado que vislumbra la CNE es que de un día para otro se frenaron bruscamente las inversiones y algunas empresas amenazan con deslocalizaciones.
Vacío legal de 15 meses
Además, afirma que, como pronto, la nueva norma se aprobará a finales de año y hasta que se pongan en marcha los nuevos proyectos habrá un vacío legal. Más allá van los consejeros Luis Albentosa y Carmen Fernández Rozado que en un voto particular critican que no haya una regulación específica para un periodo de 15 meses.
Para evitar el vacío legal, el organismo pide que para las instalaciones que se pongan en marcha durante el último trimestre de este año no existan objetivos de cantidad y a todas las instalaciones que entren en el sistema en ese periodo se apliquen las nuevas tarifas contenidas en la propuesta de Real Decreto.
La CNE tambiíén aboga por que se disminuya la cantidad de nuevas instalaciones fotovoltaicas que tengan retribución y que se controlen y ordenen los proyectos, ya que un crecimiento excesivo de las mismas llevaría a fuertes incrementos de la tarifa elíéctrica.
Al mismo tiempo, solicita un sistema de tarifas, como el "míétodo alemán", que oriente la reducción de los costes de la tecnología, para que el sector evolucione en una senda de sostenibilidad y los ahorros sean trasmitidos completamente a los titulares de las instalaciones. Según el organismo que preside María Teresa Costa este modelo es más flexible en cuanto a que la evolución prefijada de la tarifa va a depender directamente de la reacción del mercado.