Jazztel vive sus mejores momentos. Está en beneficios y acaba de ser elegida para el Ibex 35. La entrada del fundador de Telepizza, Leopoldo Fernández Pujals, como máximo accionista marcó un punto de inflexión. Muchos apostaron por la compañía tras su llegada. Pero un inversor, Francisco Moreno de Alborán, marquíés de Alborán, hizo trampas. Estuvo en las conversaciones que prepararon la entrada de Pujals, usó esa información privilegiada para comprar acciones y lograr un beneficio y acaba de ser condenado por el Tribunal Supremo a pagar una multa de 600.000 euros.
El tercer marquíés de Alborán, heredero del título que Francisco Franco concedió a título póstumo en 1950 a su abuelo, almirante de la Armada, es un directivo con un largo recorrido. Ingeniero, inició su carrera en Dragados, fue presidente de la consultora McKinsey España de 1983 a 1999, luego consejero de Terra y Tavex, entre otras, y en la actualidad es consejero de Faes Farma, donde preside la Comisión de Auditoría y Cumplimiento, responsable de cumplir con las normas del mercado de valores. Esas normas son las que incumplió al invertir en Jazztel, según la sentencia del Supremo, que confirma la multa de 600.000 euros impuesta por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La sentencia revela cómo se gestó la entrada del fundador de Telepizza en Jazztel. El 9 de agosto de 2004, el entonces director financiero, Christoph Schmid, telefoneó a Eduardo Fernández de Valderrama, presidente de Faes, y le sugirió que sería interesante contactar con Pujals para ofrecerle invertir en Jazztel. Valderrama contactó a su vez con Javier Ibáñez de la Cruz, abogado, amigo de Pujals y luego nombrado por este consejero de Jazztel. Ibáñez promovió una reunión entre representantes de Jazztel y Pujals. El 13 de agosto, en un almuerzo en Palma de Mallorca, Schmid le plantea a Pujals la posibilidad de invertir en Jazztel, sin concretar el importe ni el precio.
Los días 25 y 26 de agosto, el asesor legal de Pujals, Josíé Ortiz (tambiíén nombrado luego consejero), inicia los estudios de una posible inversión en la compañía. El 27, Ramón Quintero, asesor financiero de Pujals, solicita por telíéfono información sobre Jazztel a Schmid, que se la envía. El 6 de septiembre se reúnen el equipo de Pujals y la dirección de Jazztel. “En estos momentos se estaba hablando de una inversión por mi parte de 15 a 20 millones de euros, que representaba en torno a un 10% del capital social de Jazztel, y el precio sería el de mercado, tomando en cuenta la media de los últimos 20 díasâ€, declaró Pujals.
La primera reunión en que participa el marquíés de Alborán fue el 10 de septiembre de 2004 en casa de Fernández de Valderrama. Acuden Pujals y su equipo. Alborán se muestra a favor de la entrada de Jazztel, se ofrece a colaborar y muestra su interíés en participar.
Tras varios contactos más, el 15 y 16 de septiembre se celebran dos reuniones en el hotel Wellington de Madrid, a las que asiste Alborán, donde se traslada información privilegiada amparada por un acuerdo de confidencialidad firmado por Jazztel y Pujals.
A la vista de las presentaciones realizadas, Pujals comienza a plantear la posibilidad de invertir una cantidad cercana a los 62 millones, equivalente al 24,9% de la compañía. Se celebran otras reuniones el 20 y 21 de septiembre, día en que la CNMV acuerda suspender la cotización de Jazztel. Justo antes de la suspensión, Moreno de Alborán había comprado un millón de acciones de Jazztel por 260.000 euros a travíés de los bancos suizos UBS y Ferrier Lullin. Al volver a cotizar, y tras confirmarse la entrada de Pujals, Jazztel se dispara en Bolsa. La sentencia cifra el beneficio obtenido por Alborán en 120.000 euros y confirma la multa de 600.000 euros impuesta por la CNMV. Días antes, el 17 de septiembre, había comprado otros 100.000 títulos tambiíén con información privilegiada, por lo que la CNMV le impuso otra multa de 60.000 euros.