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Autor Tema: La crisis se mete en el bolsillo  (Leído 659 veces)

Zorro

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La crisis se mete en el bolsillo
« en: Agosto 10, 2008, 11:38:26 am »
La crisis se mete en el bolsillo

Han pasado doce meses desde que el 9 de agosto de 2007 el BCE inyectara 94.000 millones en el mercado para atajar una crisis de liquidez. Un año despuíés, sus consecuencias económicas continúan provocando dolores de cabeza a los inversores.

Un año despuíés del estallido subprime, íéstos son algunos números: 137.602  millones de euros. Es la capitalización bursátil que han perdido las compañí­as del Ibex35 en los últimos doce meses. En este periodo los mercados han sufrido un fuerte azote bursátil. El principal í­ndice español se ha dejado un 21,5%, y el volumen de negociación tambiíén ha caí­do en picado. Si en agosto de 2007 la media de contratación alcanzaba los 6.000 millones, en la actualidad se ha reducido hasta los 4.200 millones.

Las plazas internacionales no han tenido mucha más suerte.  El í­ndice peor parado ha sido el Cac francíés con una  caí­da de un 22,3%, seguido del Ftse inglíés que baja un 14,3% y el Dax alemán, que pierde un 13,9%. Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones ha caí­do un 16,3%.

En este periodo varios valores españoles se han dejado la mitad de su valor en bolsa. Destaca la constructora Sacyr Vallehermoso que ha perdido un 59%, Telecinco que ha caí­do un 51% o Abengoa, que ha bajado un 49,9%.

La crisis tambiíén ha drenado el mercado de las OPV. Desde que comenzó la crisis, han saltado al parquíé siete compañí­as españolas (Rovi, Iberdrola Renovables, Renta4, Fluidra, Criteria, Codere y CAM). En cambio, antes de que estallara la burbuja, en 2006 y 2007, el número de compañí­as que debutaban en bolsa fueron una decena en cada ejercicio.

Fugas de 60.000 millones de los fondos
Son uno de los productos de inversión más afectados por la crisis subprime. En los últimos doce meses han visto esfumarse casi 60.000 millones de euros hacia otros activos y más de un millón de partí­cipes.

La incertidumbre que ha invadido al mercado ha provocado un aumento de la aversión al riesgo de los inversores lo que ha hecho variar el peso de la preferencia de algunos fondos. Los de renta variable (puros y mixtos), que representaban el pasado verano el 25% del patrimonio total del sector, en la actualidad sólo suponen un 15% de la oferta.

Por ello, las gestoras han comenzado a decantarse por nuevos productos de perfil más conservador que intentan encajar en las nuevas preferencias de los clientes. En este segmento han destacado en los últimos meses, los fondepósitos, fondos que invierten su cartera en algunos depósitos bancarios.

Las hipotecas cuestan 888 euros más al año
En los últimos meses el pago de las hipotecas está ahogando los presupuestos de muchos hogares. La media mensual en junio del euribor,  el í­ndice de referencia para la mayor parte de las hipotecas españolas, se situó por encima del 5,39%. Para una familia con un príéstamo medio  (de 150.000 euros a pagar en 25 años con un diferencial del 0,5%) le costará pagar hasta 956 euros cada mes, lo que representa 74 euros más que hace un año.  Es decir, que la subida de julio le costará a esta familia 888 euros al año.

El repunte de este indicador se debe a los problemas de liquidez, el aumento de los tipos de interíés oficiales y el miedo de los bancos a prestarse dinero entre sí­.

Además, con una polí­tica monetaria al alza, (el pasado 3 de julio, el BCE  subió los tipos de interíés de la eurozona un cuarto de punto hasta el 4,25%), la tensión de la economí­a domíéstica aumenta.

En su última reunión, el jueves, el presidente del BCE, Jean Cleade Trichet, mantuvo el precio del dinero en el 4,25%, aunque en su discurso advirtió de que los últimos datos económicos registrados apuntan a un deterioro del crecimiento del PIB en la zona euro a mediados de 2008.

La deuda pública se ajusta al 4,255%
La aversión al riesgo ha propiciado el apetito de los inversores por los activos refugio en el mercado de deuda pública. La deuda del Tesoro ha sido el activo refugio más demandado en los momentos de mayores turbulencias de la crisis. Esto ha provocado que la rentabilidad, que se mueve de forma inversa al precio del bono alemán a diez años, referencia europea, llegara a tocar un mí­nimo del 3,688% el 17 de marzo, tras el rescate de Bear Stearns por la Reserva Federal. Ayer se ajustaba al 4,255%.

El ebitda de las empresas cae 4 puntos
Disgusto va, disgusto viene. Las consecuencias del enfriamiento de  la economí­a comienzan a hacer mella en el crecimiento del ebitda (resultado bruto de explotación) de las principales empresas del Ibex35. El incremento del 10% registrado en el primer semestre cae cuatro puntos porcentuales respecto al primer trimestre de 2008 (+14%).

Además, los últimos aconteceres económicos y la incertidumbre en el mercado bursátil ha propiciado que muchas compañí­as tengan que revisar sus perspectivas de crecimiento a la baja para finales de año. El peligro de una baterí­a de revisiones a la baja encarecerí­a de inmediato la valoración del mercado español, ya que cuanto más bajo sea el beneficio, el PER (relación precio/beneficio por acción) será más alto.

La crisis cuesta 160 euros más al mes a las familias
La palabra crisis resuena en los hogares españoles. Una inflación en un histórico  5,1%, una continua escalada del precio del petróleo (el barril de petróleo se ha encarecido un 67% en los últimos doce meses, hasta los 114,06 dólares de ayer), el euribor en máximos y el aumento de los recursos básicos como la electricidad y el agua (cuyas tarifas se han incrementado un 11,3% en el caso de la luz, y un 5% en el del agua, desde principios de 2008) son algunos de los principales motivos que tocan de lleno los bolsillos españoles.

Además, el precio de la cesta de la compra ha escalado una media de un 8%, lo que supone pagar 60 euros más en el supermercado. Por su parte, el carburante cotiza a un precio de oro. Con la gasolina y el diesel en máximos, llenar el depósito cuesta 12 euros más que hace un año. En total, la crisis le cuesta a los españoles 160 euros extra al mes. 



Estoy inmerso en la nueva fiebre del oro.